El Rey está desnudo, por Laureano Márquez
¡Por fin!… costó Dios y su ayuda, pero ya el mundo entero ha comenzado a notar que el traje de camuflaje es eso que llaman un body painting, que el Rey lo que está es desnudo. Por donde quiera que va, mete la pata y decepciona. Baste citar algunos de los más relevantes acontecimientos de las últimas semanas: -Podemos lo abandona y también Isaías, eso sin contar la lista de los que no pueden o no saben cómo bajarse del barco. A una amiga antichavista que trabaja en el gobierno la obligan a marchar, pero las adhesiones por miedo no cuentan.
-El episodio del Rey (el otro, el vestido) ha mostrado al mundo de manera bastante gráfica lo que muchos opositores no hemos podido, con largas entrevistas preñadas de argumentos. No cabe duda de que el rey Juan Carlos es un hombre de rapidez mental: En dos horas descubrió lo que a nosotros nos ha tomado nueve años.
-En la cumbre de la OPEP tampoco la cosa es muy buena que se diga, al punto que algunos comentan que el Rey de allá dijo: «¿Leish ma ptfcot?», que traducido del árabe al español quiere decir «¿Por qué no te callas?» -En París la cosa tampoco estuvo bien.
La mala costumbre de andar revelando conversaciones privadas hizo que, hasta el mismo Uribe, que ha dado notables muestras de la paciencia que se le tiene al vecino incómodo, haya decidido poner fin a la mediación.
-Todos los que hasta ahora se han transado por dinero, ahora comienzan a descubrir que la plata no lo es todo y que hay límites.
En fin, se le acabó la buena estrella. Una querida amiga astróloga me confirma que tiene a Marte, el dios de la guerra, retrógrado. Es el tiempo de las metidas de pata. No le queda otro camino que el de la provocación, porque es el único en el que se siente seguro. Pero que nadie se llame a engaño, su momento de mayor peligro recién comienza, porque al saberse desnudo, lo que se le desata al Rey es una ira espantosa, incontenible, que exige mayor serenidad y equilibrio (remember The warrior oracle). Por eso hay que ir a votar, mucho más por razones de eso que llaman feeling, astros, clima espiritual, halo cósmico, Weltanschauung (llamadle como queráis), que por las sesudas argumentaciones racionales, que no están de más, pero ya esto está en manos de la Providencia, por eso: «a Dios rogando y con el mazo dando».
Así, pues, como en el proverbio chino, vivimos tiempos interesantes, que son los peores. No cabe duda de que algo está pasando, pero, como diría Churchill: «Ahora bien, este no es el fin. Ni siquiera es el comienzo del fin. Pero tal vez es el final del comienzo». Por eso, a los estudiantes: Nunca me gusta dar consejos porque no tengo con qué y menos a ustedes, que han dado suficientes muestras de conciencia, inteligencia, estatura moral y coraje como para avergonzarnos a todos; pero, si me permiten, sólo uno: No vayan a Miraflores. No se trata de un problema de valentía o cobardía, ni siquiera de que tengan todo el derecho, como lo hicieron otros estudiantes. Se trata de no colocar las cosas en el terreno en el que el Rey se desenvuelve con mayor comodidad.
Si le conviene a él no es buena idea. Cuando vayan a Miraflores, que sea con la banda presidencial terciada en el pecho de alguno de ustedes, en el tiempo que vendrá cuando la semilla de la conciencia que estáis sembrando germine.
PS: No todo es negativo y digno es reconocer las cosas que tienen sentido. Este gobierno, al menos, en algo es coherente: Comienza la escasez de papel tualé justo cuando ya llevan rato escaseando los alimentos. Es un esfuerzo de planificación estratégica que desde esta columna reconocemos. De la escasez de criterio, mejor no hablar, porque es la única democráticamente repartida.