Elecciones presidenciales, ¿huimos o los enfrentamos?, por Xabier Coscojuela

Autor: Xabier Coscojuela | @xabiercosco
Lo que se había venido rumoreando terminó de concretarse este martes, cuando Diosdado Cabello pidió a la Asamblea Constituyente que ordenara al Consejo Nacional Electoral el adelanto de las elecciones presidenciales. Era muy difícil que el chavismo no tratara de aprovechar las ventajas que tiene en estos momentos para volver a convertir la minoría que es en mayoría.
La oposición, la que está agrupada todavía en la Mesa de la Unidad y quienes no están en esa instancia, se encuentran ahora ante la necesidad de tomar una decisión que va a ser fundamental para el futuro. Que Venezuela sea un país con futuro dependerá de acabar con la dictadura de Nicolás Maduro.
Para ello es indispensable recuperar la coherencia opositora y también alcanzar una verdadera unidad lo más amplia posible.
Sin esas dos condiciones, que no son las únicas, será imposible derrotar el autoritarismo de Maduro y del cogollo que lo respalda.
La decisión de adelantar las elecciones también pone en tres y dos las negociaciones que se estaban desarrollando en República Dominicana. Era evidente que sectores del gobierno buscaban echar para atrás este diálogo. Una prueba de ello fueron las declaraciones del ministro de Relaciones Interiores, general Néstor Reverol, asegurando que una infidencia de un delegado opositor en República Dominicana había ayudado a encontrar a Oscar Pérez y su grupo.
El gobierno sabe que no le conviene retirarse de esas negociaciones. No las quiere, pero su interés es no aparecer como el que las rompe. Por eso busca cualquier excusa para justificar su decisión de hoy. No es la primera vez que funcionarios gubernamentales son sancionados, incluso ya se anunciaron otras sanciones mientras se desarrollaban las negociaciones. Pero la decisión de la Unión Europea de esta semana parece darle más fuerza a los sectores más radicales del maduro-cabellismo.
Ante este hecho, la oposición debe medir muy bien que va a hacer en relación con las negociaciones. Mantenerse o retirarse no es una opción fácil.
Ambas, como siempre, tienen sus pros y sus contras. También hay que ver qué decidirán los países que han servido como acompañantes en este proceso.
En todo caso, la oposición debe recomponerse a marcha forzada y hallar la fórmula más expedita para escoger un candidato unitario lo más amplio posible para concurrir a estas elecciones. Organizarse para vencer la abstención y para defender los votos el día de las elecciones es otra tarea urgente. No vemos otra salida sino concurrir a ese proceso.
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