En el barrio José Antonio Páez le exigen a Hidrocapital agua tras seis meses de sequía

Más de mil personas se ven afectadas por la falta de agua en esta comunidad. Aseguran que no tienen dinero para comprar cisternas y se quejan de los dolores en el cuerpo por cargar agua de otros lugares
Los habitantes del barrio José Antonio Páez, ubicado en el kilómetro 11 de El Junquito, cerraron la vía este lunes desde las 4:00 de la madrugada hasta las 8:30 am como forma de protesta contra Hidrocapital, pues tienen seis meses sin recibir el servicio.
Con un mecate, amarrado de un extremo a otro de la vía, con chatarra, cauchos y basura, los manifestantes trancaron el paso de los vehículos y motos. Además, gritaban «queremos agua, queremos agua», al ritmo de las cacerolas.
Magaly Bracamonte, habitante de esta localidad e integrante de un proyecto de agua, dijo que durante los meses que han estado sin el servicio han sostenido reuniones con la Hidrológica de la Región Capital, pero aún no les han dado ningún tipo de respuesta. «Nos han mandado a callar porque no quieren resolvernos el problema», afirma Bracamonte.
La comunidad José Antonio Páez está ubicada en una pendiente inclinada hacia abajo y el agua que les llega proviene de Mamera, surtida a través de bombeo, y no de El Junquito. Magaly Bracamonte asegura que más de mil personas se ven directamente afectadas por la falta del líquido.
Del mismo modo, Bracamonte condena que tengan que recurrir a la compra de camiones cisternas pues no siempre tienen para cancelar el costo elevado. «Mil litros de agua nos cuesta 200.000 bolívares y no todos tenemos ese dinero semanalmente».
Otra habitante de la zona aseguró que las dos escuelas que funcionan en José Antonio Páez están prácticamente paralizadas por la escasez de agua. «Uno manda a los niños a estudiar solo para que le den desayuno, les dan pasta con caraotas y, a las 9:00 am los devuelven para las casas porque no hay agua. Con este Gobierno no está funcionando nada», recrimina la mujer.
A las 7:51 de la mañana llegó a la protesta el comandante de la Guardia Nacional Moncada Castillo para mediar entre los manifestantes. «La razón es para quien la tiene, les doy toda la razón porque el agua es un derecho humano. Yo sé lo arrecho que es cargar agua porque también vengo de barrio», dijo el funcionario para luego pedir que abrieran el paso.
Sin embargo, la petición del comandante Moncada Castillo no fue aceptada y esperaron hasta las 8:15 am que los mismos funcionarios de la GN buscaran al representante de Hidrocapital.
«Las mujeres nos vamos a quedar sin matriz cargando agua, no aguantamos los dolores de espalda», fue la primera queja de una manifestante a Sergio Moussa, representante de la Hidrológica de la Región Capital.
«De tres equipos que surten agua para la zona, dos están dañados e Hidrocapital los está reparando, pero no es fácil porque los repuestos son importados. Tienen que entender que la solución no es para ya», les dijo Moussa para seguidamente ofrecerles apoyo con una inspección a cargo de un subgerente de la empresa y con algunas cisternas de agua, pero «hasta donde lleguen» porque es un terreno de difícil acceso.
Los habitantes del barrio José Antonio Páez accedieron a abrir el paso a las 8:35 de la mañana y se fueron con el representante de Hidrocapital para mostrarle su situación. No obstante, las palabras de Sergio Moussa fueron contundentes: «Ahorita no se puede hacer nada porque las bombas están dañadas».