En Ferrominera le dan largas a la solicitud de reincorporación laboral de Rodney Álvarez
Tras casi 11 años encarcelado por un delito que no cometió, en este momento Rodney Álvarez está temporalmente desempleado, depende del apoyo de familiares y ONG, por ello espera una pronta respuesta por parte de la Ferrominera del Orinoco
«Tienes que esperar, por órdenes de arriba», fue la respuesta que recibió Rodney Álvarez el 4 de julio, fecha en que, en teoría, recibiría respuesta definitiva a su solicitud de reincorporación a CVG Ferrominera Orinoco. Estatal que lo despidió injustificadamente días después de ser arbitrariamente detenido por el homicidio de Ronny Rojas, otro trabajador, en junio de 2011, durante una asamblea por elecciones sindicales.
Asimismo, en su momento le manifestaron que debía volver a ir este miércoles 6 de julio y ver si se tenía una respuesta de su caso.
El pasado 27 de junio —a dos meses de haber obtenido libertad plena—, el obrero de 36 años emitió la solicitud formal de reincorporación laboral y el pago de 10 años y 10 meses de salario y beneficios laborales arrebatados tras su injusto encarcelamiento.
Todo apunta al retraso burocrático que se ha implementado en la administración pública venezolana, lo que entorpece la decisión de la empresa sobre este trabajador, quien además, no puede viajar constantemente a conocer el estatus de su caso debido al alto costo del pasaje.
«Fui a la empresa, y me encuentro con casi una negativa. Después de haber sufrido 11 años, ¿van a continuar hiriendo o lastimándome, quitándome derechos que tendría que gozar como trabajador y como persona?», expresó en entrevista con Correo del Caroní.
«Reciben mi solicitud de buena manera. Pero lo que yo necesito es una respuesta concreta para poder brindarles lo básico a mis hijos, como educación, vivienda y alimentación», agregó.
Álvarez está temporalmente desempleado, depende del apoyo de familiares y ONG.
El Tribunal 11 de Juicio del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dictó sentencia absolutoria para Álvarez el 18 de mayo. Álvarez atribuye su liberación a que el Estado no tenía más elementos para mantenerlo privado de libertad.
Expertos atribuyen la liberación de Álvarez a la presión ejercida por organizaciones nacionales e internacionales. En todo caso, aseguran, su libertad plena no fue un acto de justicia por cuanto el Estado no admitió su responsabilidad tras encerrar al obrero por más de una década por razones políticas.
Álvarez cumplió más del 80% de la condena por un crimen que no cometió y, hasta el momento, no hay una investigación abierta para dar con el responsable de la muerte de Ronny Rojas, toda vez que ni Álvarez ni su familia han sido indemnizados por esta grave violación a sus derechos humanos.
Aun así, el obrero no tiene aspiración de denunciar al Estado ante la Corte Penal Internacional (CPI) o la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).
Álvarez quiere volver al puesto de trabajo que ocupó en Ferrominera Orinoco durante tres años, aun cuando la empresa le dio la espalda al poco tiempo de su arresto.
«Jesucristo sufrió y no dejó de amar, ¿verdad? Bueno, yo amo a mi empresa, no sé por qué, y es ahí donde quiero seguir. Extraño el compañerismo, la solidaridad, la familiaridad, el empuje. Si tú sufrías, el otro sufría contigo. Cosas que quizás ya no estén, pero podemos volver a construirlas. Yo no desisto, amo a mis compañeros, somos la familia Ferrominera y como en toda familia, hay altos y bajos», dijo.
«Se nos está tratando de la peor manera en la que se puede tratar a los trabajadores de toda la CVG. Estamos siendo tratados como bestias, hasta que un día se despierte esa fiereza y de una vez por todas peleemos desde una misma trinchera por nuestros derechos secuestrados. Necesitamos perder el miedo al patrón», agregó.