En Táchira rompen la cuarentena para buscar leña y cocinar con ella
En la frontera con Colombia, los tachirenses se las arreglan para poder sobrevivir ante la falta de alimentos y fallas en los servicios públicos
Jonathan Maldonado /La Nación
Los habitantes de la frontera cada día se las ingenian para sortear las constantes fallas de los servicios básicos en medio de la cuarentena. A más de un mes de la medida anunciada por la administración de Nicolás Maduro para evitar la propagación de la cofid-19, la ciudadanía debe interrumpir constantemente el «aislamiento social» para buscar alternativas y poder subsistir.
“No hay gas, no hay luz, no hay nada”, dijo una señora de 63 años que se identificó como Luz Marina en el barrio 5 de Julio en San Antonio del Táchira mientras cargaba un tronco que, en reiteradas ocasiones, daba la sensación de que la iba a derrumbar.
La mujer lamentó el escenario que se vive en medio del confinamiento. “Toda la mañana estuvimos sin luz. Hasta ahorita fue que la pusieron”, describió indignada frente a lo que considera una indolencia por parte de las autoridades de Corpoelec. “En la noche, vuelven y la quitan”, recalcó.
Su única opción, para poder cocinar es ir a la montaña y cargar con los troncos. “Uno lo que hace es un arrocito; hay pocos alimentos”, prosiguió y manifestó que espera que las autoridades se acuerden de los más desprotegidos en un momento donde no hay entrada de dinero.
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Según Luz Marina, desde enero no le llega gas a su casa. “Enero, febrero, marzo y abril. Cuatro meses aquí sin gas. Y mire, cargando leña”, remató para reiterar que el CLAP no se ha asomado a su comunidad.
El agua sigue sin aparecer en muchas comunidades del Táchira
La incertidumbre para los residentes de la frontera en el Táchira se acrecienta ante la frecuente escasez de agua potable. Hay comunidades en las que el vital líquido no sale de los grifos desde hace dos meses.
En la parroquia El Palotal, los ciudadanos de la parte alta llevan más de un mes sin el servicio. “Estamos en cuarentena y mire cómo nos toca bregar para conseguir el agua”, lamentó Domingo Garnica, habitante de la zona.
Para bajar a buscar el vital líquido, Garnica usa una carreta. Allí sube las «pimpinas» que va llenando. “Tenemos más de un mes sin agua”, recalcó el caballero mientras se alistaba para regresar a su hogar.
Según los habitantes de la zona, ese peregrinaje es común verlo en el municipio Bolívar. Pese a que las autoridades municipales han dispuesto de camiones cisterna para llevar agua a las zonas más altas, el plan se ha quedado pequeño ante la escasez.