Entendiendo | El petróleo y la receta del chavismo para destruir Pdvsa
Falta de inversión, corrupción, nepotismo y negligencia son algunos de los ingredientes de la receta usada por el chavismo para destruir Pdvsa, empresa que alguna vez apareció en lista Global 500 de la revista Fortune en el puesto 39 entre las más grandes del mundo sobre la base de sus ingresos
Foto: Incendio en la refinería de Amuay (25/08/12). Cortesía: José R. Rodríguez
El petróleo mueve el mundo. Lo hace desde hace más de un siglo, pero con mayor énfasis a raíz de la II Guerra Mundial (1 de septiembre de 1939 – 2 de septiembre de 1945), cuando las grandes potencias y los países productores entendieron la importancia geopolítica y estratégica de este recurso natural no renovable.
Venezuela, por más de 50 años, fue uno de los grandes protagonistas del negocio petrolero. Principalmente desde el primero de enero de 1976, fecha en la que comenzó a operar Petróleos de Venezuela (Pdvsa) luego de la nacionalización el 30 de agosto de 1975 por parte del gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez.
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Aun con los vaivenes característicos del mercado petrolero, Pdvsa fue durante sus primeras tres décadas ejemplo de eficiencia, tanto así que apareció en lista Global 500 de la revista Fortune en el puesto 39 entre las empresas más grandes del mundo sobre la base de sus ingresos, siendo la segunda en la región de Latinoamérica.
«Lo que hay hoy en Venezuela en materia de infraestructura ha sido gracias a que la empresa petrolera ha estado manejada por el Estado. No se crea que todas esas grandes carreteras, autopistas y distribuidores viales, más allá de que hoy no se les haga mantenimiento, la infraestructura misma de hoteles, universidades privadas y públicas, todo se hizo con el petróleo, con financiamiento del Estado», afirma el experto petrolero Rafael Quiroz Serrano.
Añade que tal vez durante la mal llamada por el chavismo ‘cuarta república’, se «robaron algunos reales, no discuto eso, pero a diferencia de estos últimos veinte años el robo era mínimo comparado con lo que ocurre ahora y era mínimo comparado con lo que se invertía entonces en Venezuela».
Y entonces ¿qué pasó?
«A lo largo de los últimos 20 años la industria petrolera venezolana, en todas sus fases, ha sido destruida», asegura el también especialista José Toro Hardy al tratar de explicar la receta del chavismo para destruir Pdvsa.
Recuerda que en diciembre de 1998, cuando Hugo Chávez gana las elecciones, Venezuela estaba produciendo 3 millones 300 mil barriles.
«Ya se había concluido el proceso de apertura petrolera que implicaba en conjunto una inversión por el orden de los 65.000 millones de dólares, entre lo que iba a aportar Pdvsa y los inversionistas privados. De haberse cumplido con aquellos contratos ya suscritos, hoy Venezuela debería estar produciendo cerca de cinco millones y medio de barriles diarios. Y sin embargo, lo que estamos produciendo se ubica en 350 mil barriles por día y está en franca caída», asegura.
Añade que el gobierno de Hugo Chávez (1999-2013) acabó con la meritocracia. «Para ellos, el término meritocracia pasó a ser una mala palabra. Despidieron 20.000 trabajadores de la industria, que en promedio tenían 15 años trabajando para la industria, de manera que en conjunto acumulaban 300 mil años de experiencia y conocimiento».
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Caída desde 2003
Según Toro Hardy, el pueblo no se debe creer la historia de que el desastre por el que atraviesa actualmente la estatal petrolera es producto de las sanciones de los Estados Unidos contra el régimen de Nicolás Maduro. «Eso no es así. La producción viene cayendo desde el paro nacional del año 2002. Hasta el año 2008 se mantuvo en dos millones y tantos de barriles y de ahí en adelante cae verticalmente hasta los niveles que están actualmente».
Subraya que tras los acontecimientos de 2002 y 2003 la industria petrolera pasó a estar en manos de gente mucho menos calificada.
«Luego del paro la producción petrolera se recuperó y mantuvo más o menos un nivel por el orden de los dos millones 802.000 barriles diarios, pero nunca retomó la etapa de crecimiento acelerado que traía para el momento que Chávez llega al poder», asevera.
Para Toro Hardy resulta inexplicable que mientras el gobierno anunciaba que supuestamente invertía ingentes cantidades de dinero en la industria petrolera, la producción de Pdvsa cada vez fuera menos. «Debe haber ocurrido algo muy extraño, muy difícil entender cómo se destinaba tanto dinero del petróleo, pero la producción caía en vez de aumentar».
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Recordó que Chávez modificó la Ley Hidrocarburos por vía habilitante, en lugar discutirla en el Parlamento y sin explicarle al país en qué consistía.
Además, elevó el impuesto sobre la renta de 35 a 50%, se aumentaron las regalías de 16% a 30% y creció la participación del Estado en las empresas mixtas al 60% en los casos de la Faja Petrolífera del Orinoco, quitándole toda capacidad de decisión a los pocos particulares que todavía quedaban en el país.
«De ahí en adelante esas condiciones no eran viables. Con precios del petróleo por encima de 100 dólares el barril hubiera podido mantenerse este esquema, pero como los precios de 2008 en adelante caen fuertemente, pues la producción se vino a pique», subraya Toro Hardy.
Agrega que hoy Venezuela, fuertemente dependiente del ingreso petrolero, ya no puede contar con sus petrodólares. «La producción cayó vertiginosamente y los precios también, de manera que ya no hay ingresos de nuestra industria petrolera que está hoy en día devastada».
Pero para comprender en toda su magnitud esta debacle es necesario entender cómo funciona el negocio petrolero.
Entendiendo el negocio petrolero
Los venezolanos, desde que tenemos uso de razón, comenzamos a escuchar acerca de las oscilaciones del precio del barril del crudo, pero pocas veces nos preguntamos cómo se obtiene este producto.
El negocio petrolero viene dado a través de lo se puede denominar una cadena de valor de tres grandes etapas, que a su vez incluyen varios procedimientos mediante los cuales se extrae el crudo, se procesa o refina para generar sus derivados como la gasolina, el kerosene, grasas, aceite de motor y liga de frenos, entre otros muchos, que son posteriormente comercializados.
Existen diferentes tipos de crudo y se clasifican de acuerdo con su densidad que está vinculada a la relación entre su peso específico y fluidez con respecto al agua.
Se mide a través de grados API (American Petroleum Institute), clasificación universal que da una idea de la viscosidad.
Bajo este esquema, el petróleo puede ser liviano (entre 30 y 40 grados API); mediano (de 21 a 30 grados API); pesado (9,9 a 19,9 grados API) y los extrapesados (0,01 a 9,9 grados API). Cuanto más ligero (más grados API) su precio es mayor en el mercado.
La mayor parte de las reservas de Venezuela son de crudo pesado, un hidrocarburo que, para venderse, debe ser mejorado con aditivos o con petróleo liviano.
Refinerías por el suelo
Rafael Quiroz Serrano explica que nuestro país posee seis refinerías, tres que pertenecen al Centro de Refinación Paraguaná (CRP) las cuales son Amuay, Punta Cardón y Bajo Grande (las dos primeras en Falcón y la última en el Zulia).
Luego están la refinería de El Palito (Carabobo), la de Jose en Anzoátegui y finalmente la refinería de San Roque ubicada en el oriente del estado Anzoátegui.
El CRP, cuando es gerenciado de forma eficiente y sin corruptelas, tiene la capacidad para refinar 900.750 barriles diarios, lo cual lo ubica actualmente como el segundo del mundo en su tipo justo detrás de la refinería Jamnagar (India) y seguido por la refinería Ulsan (Corea del Sur).
Para Quiroz, la hecatombe de Pdvsa se debe principalmente a la falta de inversión sobre todo en la etapa aguas arriba (exploración y producción) en lo que respecta al mantenimiento de pozos.
«No se le puso cuidado a la parte de exploración y se descuidó la parte fundamental de la industria petrolera que es la producción que ha venido cayendo desde 2004, en los primeros años en forma lenta, paulatina, pero en los últimos siete años de manera más pronunciada», advierte.
Añade que el abandono por parte del gobierno de Maduro del parque refinador ha agudizado la crisis. Explica que se trata de industrias de alta tecnología que requieren un mantenimiento anual, las paradas de planta, que toman entre 15 y 35 días dependiendo de la capacidad de conversión de la planta.
«La refinería en Punta Cardón tiene cuatro años sin mantenimiento. Amuay hasta hace poco tenía tres años, la de El Palito igual. Esos son complejos industriales sumamente delicados porque precisamente forman parte de la fase donde se requiere más ciencia y más tecnología», afirma.
Explica Quiroz Serrano que tras las paradas de planta las refinerías se vuelven incluso más eficientes, «teniendo el mismo tamaño sin extenderla ni ampliarla, puede refinar más barriles que el año anterior».
Considera que la cadena de los hidrocarburos en Venezuela actualmente está afectada. «Si no se produce, no se pueden refinar, si no refina, no se puede transportar, y si no se transporta no se puede comercializar. Así de simple», subraya.
¿Qué hacer?
Tanto Toro Hardy como Quiroz Serrano coinciden en que el futuro de Pdvsa depende íntegramente de que se produzca un cambio político en el país, lo antes posible, antes de que la industria petrolera termine prácticamente por desaparecer.
«De no ocurrir la industria petrolera no tiene la más mínima posibilidad de recuperarse. La recuperación pasa por un cambio fundamental, un giro de 180 grados en cuanto a las políticas petroleras. Habría que devolverle la seguridad jurídica, la confianza y habría que hacer enormes inversiones», advierte Toro Hardy.
«Si aquí no se produce un cambio político olvidémonos de un viraje en la industria petrolera, olvidémonos que vamos a levantar la producción, también olvidémonos que podamos reinstitucionalizar y reconstruir a Petróleos de Venezuela», dice por su parte Quiroz Serrano.
Toro Hardy señala que se debe tener en cuenta lo relativo a los años que le quedan al petróleo como principal agente energético del mundo. Recuerda que según la Agencia Internacional de la Energía, hasta el año 2040 la demanda mundial de petróleo seguirá creciendo, pero ahí en adelante va a caer luego que sea desplazado por otros agentes menos contaminantes.
«A la industria petrolera venezolana le quedan aproximadamente 20 años y para poder retomar la producción que tenía Venezuela hace 20 años habría que disponer, entre inversiones y gastos, una suma entre 25 y 30 mil millones de dólares anuales durante los próximos ocho a diez años», advierte el experto.
Pero el Estado venezolano, que está quebrado, no tiene la más mínima posibilidad de realizar esas inversiones. «La única posibilidad que nosotros tenemos de recuperar la industria petrolera en los años de vida útil que le quedan es en manos del sector privado».
Citgo clave
Otro elemento indispensable, según Toro Hardy es la recuperación de los mercados que se han perdido durante la llamada revolución bolivariana.
«Pdvsa, como dueña de Citgo, llegó a tener en los Estados Unidos siete grandes refinerías, oleoductos que atraviesan ese país de sur a norte, 15 mil setecientas estaciones de servicio, llegamos a controlar el 10% del mercado interno de la gasolina más grande del mundo, que es el de los Estados Unidos», recuerda.
Para Toro Hardy teníamos la integración vertical perfecta. «Éramos capaces de llevar el petróleo desde nuestro subsuelo hasta el tanque de gasolina de los automovilistas americanos, pasando todo el tiempo por instalaciones venezolanas. Me refiero a yacimientos venezolanos, pozos venezolanos, oleoductos venezolanos aquí o en los Estados Unidos, refinerías venezolanas aquí o en los Estados Unidos, tanqueros y súpertanqueros venezolanos, puertos venezolanos. Eso es lo que antes teníamos».
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Considera que aunque Citgo está muy disminuida con respecto a lo que llegó a ser, aún conserva tres grandes refinerías en los Estados Unidos cuya propiedad está en riesgo.
«Es indispensable salvar a Citgo para poder mantener un pie puesto dentro de ese enorme mercado que los Estados Unidos. Si se logra salvar a Citgo en la medida en que se pueda recuperar la producción petrolera habrá donde colocarlo en ese mercado», afirma.
«Durante los últimos 20 años se trató de reemplazar el mercado de los Estados Unidos por el de China. El problema es que un tanquero que sale de las costas venezolanas tarda cuatro días en llegar a los EEUU y en el Golfo de México ancla frente a alguna de nuestras refinerías. Ese mismo tanquero que sale de las costas Venezuela tarda cerca de 45 días en llegar a China, donde no hay una sola refinería capaz de procesar los crudos pesados y ácidos de Venezuela, en tanto que las refinería de Citgo están diseñadas como trajes a la medida para este tipo de crudo», explica.
Olvidar el mito de la Faja
Otro requisito, estima por su parte Quiroz Serrano, es no invertir «un centavo más» en la Faja del Orinoco. «Lo que ya se invirtió ni modo. El costo de producción ahí oscila entre 27 y 34 dólares por barril. Ya nadie quiere meterse en esos proyectos tan largos y de tan tanta inversión».
Considera que la atención debe centrarse en los yacimientos maduros o marginales donde se debe aplicar un proceso secundario de producción, «incluso terciario en algunos. Hay cerca 20000 pozos que pueden ser activados, que en la década del 80 fueron cerrados. Sabemos dónde están ubicados, sabemos la profundidad, la presión y cuando barriles se sacaron y cuántos quedan».
Añade que otro de los males que dejó Chávez fue construir el mito de que Venezuela posee en la Faja la reserva petrolera más grande del mundo. «Eso no es cierto».
«Los 300 mil millones de barriles que supuestamente tenemos no son reservas probadas, son probables porque están por debajo del precio de comercialización».
Añade que en todo caso Venezuela ocupa el octavo puesto entre los países con las mayores reservas del mundo detrás de Arabia Saudita, Irak, Irán, Rusia, Estados Unidos, Kuwait y Emiratos Árabes.
Petróleo y pandemia
Sobre el futuro del mercado petrolero en medio de la pandemia por la covid-19, tanto Toro Hardy como Quiroz Serrano coinciden en que todo dependerá de la manera que se produzca la recuperación de la economía mundial.
«Cuanto antes se logre recuperar la economía pues más y más rápido se podrá recuperar la industria petrolera. Hoy el coronavirus está afectando fuertemente a toda la economía. Lo que se espera es que en EEUU el Producto Interno Bruto caiga en el orden del 9%. Lo mismo ocurriría en Europa, Rusia, en general con las principales economías del mundo. En el caso específico de China, que se estimamaba iba a crecer 6 ó 7 % se proyecta solo un 1%.», afirma Toro Hardy.
«La economía mundial ya entró en recesión, no hay discusión. Esta recesión se produndizará en la medida en que no se le encuentre solución al problema del coronavirus y ahí está Venezuela incrustaba como un elemento, independiente de que la producción haya caído a 400 mil barriles o menos», asegura por su parte Quiroz Serrano.