Entramos o salimos, por Teodoro Petkoff
Autor: Teodoro Petkoff
En un delicadísimo momento del proceso de verificación de las firmas, a escasas horas de vencerse el lapso de un mes que la ley establece para ello, el CNE, por boca de su presidente, emitió anoche una declaración confusa, que en lugar de aclarar la situación contribuye a incrementar dudas e incertidumbre. Esto nos obliga a hacer algunas precisiones.
Como ya es sabido, la revisión de las planillas para el RR presidencial había finalizado. Anoche, sin embargo, el CNE anunció una nueva revisión de las planillas correspondientes a los primeros trece estados, que en orden alfabético van desde Amazonas hasta Lara. Se recordará que en este grupo de estados fue colocado en observación (ojo, no anuladas, sino en observación) 5,6% de las planillas. En el grupo de estados que van desde Mérida hasta Zulia se produjo un cambio brusco en el porcentaje de planillas objetadas, que en conjunto montó a 45% del total.
Hecho esto se procedió a revisar por segunda vez las planillas recogidas por el oficialismo para los diputados de la oposición y en esta nueva revisión, realizada con los criterios “estrictos” con que se efectuó la revisión de la segunda mitad de las planillas para el RR presidencial, el porcentaje de objeciones también saltó, según una fuente, de 0,6% en la primera revisión (anulada por el CNE por haber sido hecha sin su autorización) a 50% en la segunda y, según otra fuente, de 9% a 23% . Ahora se ha decidido revisar los primeros trece estados (desde Amazonas hasta Lara) con los mismos criterios “estrictos” que fueron aplicados posteriormente al Evento 1 (RR diputados oposición) y a la segunda mitad del Evento 2 (RR presidencial).
Salta a la vista una irregularidad de no poca monta: en la mitad del proceso, después que fueron revisadas las planillas del Evento 1 y la primera mitad de las del Evento 2 con un criterio determinado, este, sin que se haya explicado satisfactoriamente con base en qué, fue cambiado por otro.
Incluso, fue en este momento cuando apareció una “hojita”, cuya paternidad nadie reconoce, que fijaba pautas (absurdas, por lo demás) para la consideración de las huellas digitales. Esto hizo posible numerosas objeciones.
Posteriormente, el Directorio desautorizó esa “hojita” y sus criterios, pero el incidente revela lo que ya una vez señalamos: en las instancias inferiores del CNE actúa alguna gente que lo hace por su cuenta y sin duda no propiamente de un modo limpio.
Esta nueva revisión de los trece estados se tomará, según el CNE, dos días, pero como hasta ahora los lapsos no se han cumplido, seguramente serán más y ya la suma de los retardos compromete la propia seriedad del organismo. Es obvio que aun sin esta nueva demora, el lapso que supuestamente finalizaría el 13 de febrero para anunciar el resultado de la verificación no va a ser cumplido. Por lo demás, el propio Carter lo advirtió, cuando insinuó que probablemente para el 1º de marzo es que podría estar listo todo el proceso de revisión. Ahora podemos poner en duda esta nueva fecha porque en las estimaciones de Carter no entraba, por ejemplo, este otro retardo producido por una segunda revisión de trece estados.
Ahora bien, el centro de gravedad de todo este asunto está en el Comité Técnico Superior y en el propio Directorio del CNE, que son los encargados de decidir el destino final de las planillas objetadas. Una cosa tendría que estar clara: las decisiones a tomar tienen que serlo con base en los criterios, los reglamentos, previamente establecidos y no sobre los que han ido surgiendo sobre la marcha. Las reglas de juego no pueden cambiarse a tenor de las contingencias que van apareciendo en el camino. Sobre las llamadas planillas tipo “plana” no existe ningún criterio y a menos que mediante un examen grafológico se pudiera determinar que las firmas también provienen de una misma mano, el hecho de que los datos (cédula y nombre) hayan sido escritos por una sola mano no tiene mayor significación porque hay numerosas razones que pueden explicar esto (desde ganar tiempo hasta imposibilidad de escribir por parte de un firmante). En el caso de las “planas” serán los reparos, a partir de la publicación de las cédulas de los firmantes, quienes podrán permitir un juicio definitivo.
Por lo pronto, tenemos, primero, una cosa clara: el lapso legal para anunciar los resultados no será cumplido. Los ciudadanos cumplieron con los suyos. El CNE no. Segundo, el juego todavía no está decidido y será en el Comité Técnico Superior y en el Directorio donde se jugará el inning definitivo. ¿Qué criterios establecerá el CNE para decidir sobre las “planas” ? Esperemos que prevalezca el sentido común y que los integrantes del organismo, en particular los de su mayoría, tengan muy presente que los “tecnicismos” (a menos que sean trampas evidentes) no pueden vulnerar la intención y la voluntad del ciudadano. Esta hora requiere mucha firmeza y determinación pero también mucha serenidad para no irse de bruces.