Epa, Teodoro, “¿qué hubo?”
TalCual se convirtió en una familia y una gran escuela. No es un lugar común. De todos los trabajos que tuvimos, fue el mejor. No hay comparación alguna
@TonyCittadinoTV
“Epa, qué hubo”, así solía entrar Teodoro Petkoff a la redacción del Diario TalCual para saludar al personal, revisar las minutas del día y estar pendiente durante la hora del cierre del periódico, ahora convertido en página web por la falta de papel que ahoga el periodismo en Venezuela. Teo, como lo conocimos desde nuestra pasantía en deportes en el año 2007, falleció este miércoles 31 octubre en Caracas a los 86 años y es una de las noticias más duras y difíciles de digerir.
Político, economista, ex guerrillero y fundador del partido MAS, fue una de las personas más influyentes en la política y en los medios nacionales. Se lo ganó con respeto y con el acostumbrado carácter que lo hacía ver quizás como un hombre duro y estricto, pero que en realidad era noble y amante del deporte. Solía conceder entrevistas a medios internacionales, porque además fue candidato presidencial. Parecía un galán de novela. Impresionaba el temple y la fortaleza que tenía, porque además viajaba dentro y fuera del país para participar en foros políticos y periodísticos. Por otra parte, el periódico tenía un estilo único: su portada era un editorial que todos los días salía firmado por Teodoro.
Así lo conocimos en septiembre del año 2007, cuando abrió las puertas para trabajar como pasante de deportes del periódico. No podíamos ocultar la emoción, ni los nervios. Justo antes de comenzar la charla, escuchamos por primera vez la voz y el grito del “gruñón” Teodoro. “¡Coño, otra vez cadena! Hasta cuándo. Pendiente con lo que dice, aunque seguro será pura paja”, advertía a los periodistas por una de las tantas cadenas del fallecido presidente Hugo Chávez.
Para ese entonces, el periódico era vespertino y se preparaba el cambio para pasar a matutino. El coordinador de deportes, Héctor Becerra, confío en nuestro trabajo y nos enseñó muchísimas cosas, de las que aprendimos y sentimos gran orgullo, por ser parte de “la familia talcualera”, como la describimos quienes tuvimos el privilegio de pasar su sala de redacción.
TalCual se convirtió en una familia y una gran escuela. No es un lugar común. De todos los trabajos que tuvimos, fue el mejor. No hay comparación alguna. Es el mejor legado que deja Teodoro, con quien tuvimos una relación de respeto y amistad. No tenemos nada malo que decir de él. Al contrario, estamos convencidos de que fue el jefe más brillante, culto y preparado, que pudimos tener.
Una de las cosas que más disfrutamos fue conocer al Teodoro conocedor del deporte. Cómo le gustaba hablar de la disciplina que fuera, pero en especial del beisbol y sus Tiburones de La Guaira. Cómo los defendía, a pesar de saber que para entonces tenían unos 20 años sin ganar. Ya llevan 30. Sin embargo, siempre fue crítico.
Anécdotas, hay muchísimas. Pero lo más importante fue que siempre confío y enseñó a escribir sin miedo. “Claro y Raspao”, como el lema del periódico. A los seis meses de estar como pasante, TalCual sacó una edición especial dedicada al beisbol. Tres cuerpos, de unas 30 páginas aproximadamente. Todo un lujo, que nos permitió viajar a Mérida como enviado especial a conocer la tierra del CY Young venezolano, Johan Santana.
Además cubrimos la Serie del Caribe Margarita 2010 como enviado especial, siendo una de las pautas que evocamos con más nostalgia y aprecio. También seguimos de cerca a la Vinotinto en el Premundial 2010 y cubrimos cinco temporadas de la LVBP, con dos finales en vivo y directo, incluida la última de los “eternos rivales” en 2010 y dos jornadas extra de infarto para decir la final. Lo mejor, fue recibir un premio en junio de 2010 con la Mención de Honor Periodista del Año
TalCual enseñó a patear la calle y Teo siempre estaba pendiente. Reíamos porque por nuestra descendencia italiana, bromeaba diciendo. “Tony, eres como el Marco Scutaro del periodismo, porque ¿cómo te gusta tanto el béisbol siendo de familia italiana? Es algo curioso”. Por eso, disfrutamos buscar la noticia, sin importar los límites que implicara una llamada a Cuba para hablar del golf, el deporte que según “El Supremo” era de la “oligarquía criolla”, pero que Castro y el Che, jugaron en Cuba.
Pero pensamos que el mayor reto y espaldarazo que sentimos, fue hacer la portada para informar que España se había titulado campeón en el Mundial Sudáfrica 2010. Estábamos de guardia y al finalizar el juego, llegó hasta el puesto y dijo: “Tony, vamos a la oficina y hacemos algo diferente. Vamos a colocar la foto del gol y un juego de palabras”. Se sentó en la silla y estiró las piernas sobre el escritorio. Luego de pensar un par de minutos, se sentó, acomodó el teclado de la computadora que tenía sobre una pila de libros y tras varias opciones, nació la portada con la frase “Golé”, un juego entre gol y olé.
Otro de los momentos que más recordamos, fue una llamada para reclamar al vicepresidente de los Tiburones, Antonio José Herrera, por no permitir la entrada del “Chivita” Lezama a los juegos como home club de los salados. Esa orden se mantiene hasta la actualidad y Lezama tiene 99 años.
Fue un lunes. El día anterior, estuvimos en el estadio Universitario y vimos cómo el personal de seguridad sacaba al fanático número 1 del Caracas por bromear con la tribuna, en un juego que perdía La Guaira. Teodoro se enteró, nos llevó a su oficina, pidió el número del directivo y desde ahí realizó la llamada, pidiendo explicaciones con su voz ronca. “¿No les da pena sacar a una persona más anciana que yo del estadio?”, preguntó a Herrera. Luego de escuchar los argumentos, mantuvo su postura de denunciar el atropello a Lezama y cerró diciendo: “Bueno, hagan lo que quieran, pero por eso ese equipo no gana más. Es una vergüenza”. Luego de un par de horas, Tiburones sacó un comunicado explicando lo sucedido.
También tenemos gratos de recuerdos por la ocasión en la que pidió que le imitara la voz. En las mañanas, Teo entraba a la redacción y saludaba a todos: “Epa, qué hubo”. Le agarramos “la caída” y lo comenzamos a imitar. Una mañana, él entró a redacción, saludó y nadie respondió. Todos pensaban que había sido yo y le explicaron. Teodoro no entendía y fue hasta nuestro puesto a preguntar con seriedad: “¿Cómo es eso de que imitas mi voz? Hazlo para ver”. Nunca habíamos visto reír tan sabroso a Teodoro, porque además pidió que también imitara al coordinador de economía, “el gordo Landaeta” y al caricaturista del periódico, Kees. Es uno de los momentos que siempre llevaremos en nuestra memoria con mucho afecto, porque pensábamos que se molestaría y sucedió todo lo contrario. Esa mañana se reía a carcajadas. En esas bromas, hasta cayó su secretaria, la querida Azucena, al buscar a Teo por redacción y no conseguirlo.
A pesar de ir a otros medios, TalCual siempre será nuestro preferido. No en vano, también le debo el haber conocido a mi esposa. Tampoco olvidaremos el apoyo cuando falleció nuestra abuela y se acercó a la funeraria, en un gesto que no podemos devolver por estar fuera del país.
Sin embargo, una de las cosas que más lamentamos, es que Teodoro se marchó sin ver el desenlace de la pesadilla en la que está convertida Venezuela y sin ver ganar a sus Tiburones. El país democrático, le echará de menos. ¡Hasta siempre, Teo!