Es mentiroso ese hombre, canta Olga Tañón
Ahora sí entiende este minicronista por qué Su Alteza dijo que en Petare vivían puros oligarcas, con piscinas en sus mansiones y rodeados de campos de golf. ¡Claro! Es que al ritmo de cincuenta por hora, en diez años, todos los habitantes de Fila de Mariches, La Dolorita, Carpintero, etc., etc., salieron de la pobreza y ahora son ricos. Es que el sectarismo es una vaina. También este humilde escribidor entiende ahora que es puro sectarismo no admitir que los niños de la calle desaparecieron de nuestro paisaje urbano. Es que esos muchachitos que uno ve en cada semáforo, haciendo malabarismos, están «registrados» y eso basta para que hayan dejado de ser los mismos cuya presencia llevó a Chacumbele a prometer que se quitaría el nombre si «en tres meses» no había resuelto ese problema. Pero, ¡era tan fácil! Bastaba con «registrarlos». Sólo los malvados retardados mentales de la Cuarta no vieron nunca lo que estaba a la vista.
Sin embargo, me inclino a pensar, más bien, que Chacumbele no ve nunca a esos chamos malabaristas -y por eso cree que ya no hay niños abandonados-, porque su caravana blindada no se detiene ante los semáforos. Pasa rauda, con «moscas» y camionetotas llenas de guardaespaldas, que abren paso. Por cierto, y hablando comos locos, hace añales dijo Chacumbele que iba a eliminar también los guardaespaldas. Otra promesa fallida. Ahora no sólo él sino la más humilde de las focas anda con espalderos. Ese mensaje de Chacu es una mina de oro.
Nunca había oído yo tantas mentiras por minuto en ninguno de nuestros presidentes anteriores. En los diez minutos que lo oí, dijo la siguiente lista de mentiras: nunca había habido subsidios a la producción agrícola en Venezuela; hace 44 años que no se construía un sistema de riego en Venezuela; en nuestro país no había búfalos, los trajo la revolución; el ganado tipo Carora se había acabado, el socialismo lo rescató; no había investigación agrológica, el Fonaiap estaba desmantelado; en La Marqueseña no había sino rastrojos y cuatro vacas flacas.
Eso fue en sólo diez minutos. Imagínense las mentiras que habrá dicho en 7 horas y 34 minutos. Pinocho se queda pendejo.