Esta es la historia de cabos sueltos de la fallida Operación Gedeón
Las revelaciones de la agencia AP, y del Washington Post, además de las declaraciones de JJ Rendón a CNN, dan cuenta de la extravagante historia que condujo a la fallida Operación Gedeón, por la cual Jordan Goudreau ahora reclama incumplimiento de contrato. El estratega de Juan Guaidó niega que el diputado haya firmado acuerdo alguno pero confirma que sí hubo un convenio con el exmilitar que hizo aguas antes de ejecutarse, o al menos según él creía
Más de 20 detenidos, incluyendo dos norteamericanos, ocho muertos, un arsenal incautado. Desde el domingo 3 de mayo la Operación Gedeón está en boca de casi todos. En el gobierno de Nicolás Maduro, sin duda. Hablan de «una bahía de cochinos», de una «playa girón».
En la oposición el verbo es menos fluido. Muchos dirigentes políticos han optado por el silencio absoluto. Juan Guaidó ha sido cauteloso, hablando en plataformas controladas: comunicados escritos o en video, sin preguntas. Ha dicho que ni la Asamblea Nacional ni el gobierno encargado tuvo nada que ver con la incursión armada, a la que calificó como una masacre pues en el régimen «sabían de esa operación, los infiltraron y los esperaron para masacrarlos», reflejó un video publicado el 6 de mayo.
Algunas horas más tarde, el Washigton Post publicó un reportaje sobre la Operación Gedeón con entrevistas, entre otros, a JJ Rendón y a Jordan Goudreau. El diario, pudo confirmar TalCual, preparó el trabajo durante varias semanas y cuando tuvieron todos los elementos presentó el resultado de la investigación que contó con más de una decena de fuentes.
JJ Rendón fue nombrado integrante del Comité de Estrategia del gobierno interino de Guaidó, que encabeza Sergio Vergara (aparece también como firmante del contrato con Goudreau), a mediados de agosto de 2019. Dos meses después, comienza esta historia.
En el texto, JJ Rendón explica que como Guaidó decía que «todas las opciones estaban sobre la mesa», él se puso a buscar opciones, como parte de ese Comité de Estrategia. Entonces se estudiaron varios escenarios, incluyendo secuestrar a Maduro, aplicar la teoría del «enemigo universal» -que sirvió para capturar nazis luego de la Segunda Guerra Mundial, pero ya ha quedado en desuso- y otras tantas. Finalmente, se centraron en lo que establece la Constitución venezolana: una persona usurpa el poder en el país, y puede ser capturado por ello.
La noche del miércoles 6 de mayo, Rendón confirmó a CNN que ese estudio «tomó mes y medio» tiempo durante el cual «se hizo un análisis de lo que estaba ajustado a derecho».
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En septiembre, dice el Washington Post, ocurrieron conversaciones entre Rendón y Goudreau, pero también con otros contratistas que habían dado sus ofertas. La mayoría de ellos pedía 500 millones de dólares por el trabajo. Silvercorp, en contraste, pidió $212,9 millones, a ser pagados una vez cumplida la misión.
En el acuerdo se estableció el monto que sería pagado con recursos provenientes de ventas futuras de crudo. Además, parte del pago saldría, según dice la investigación, del contenido de un galpón en Venezuela que supuestamente está lleno de dinero del círculo cercano de Maduro. Una suerte de bóveda plena de dólares en efectivo bien empaquetados de donde, una vez «recuperados», saldría 14% para Goudreau. Rendón mostró fotografías de ese lugar a los periodistas del Post.
En octubre ya el plan había avanzado hasta el punto de tener un acuerdo firmado (con Goudreau), cuántos hombres involucraba, el financiamiento y otros detalles. Silvercorp debía contar con 800 combatientes para participar en una operación de búsqueda y captura de Nicolás Maduro, cuyo objetivo era removerlo del poder en Caracas para que Juan Guaidó se instalara como legítimo presidente. Ello coincide con lo dicho por el capturado Luke Denman en un video que mostró VTV la tarde del miércoles 6 de mayo.
El acuerdo se habría firmado en Washington, Estados Unidos, el 16 de octubre de 2019, entre Goudreau, JJ Rendón y Sergio Vergara, según insistió el segundo a CNN. Era miércoles, y en Venezuela Nicolás Maduro amenazaba con cárcel a quienes promovieran «guarimbas», un tribunal imponía prohibición de salida del país y presentación cada 30 días al entonces primer vicepresidente del parlamento Edgar Zambrano, se estrelló un Sukhoi en Guárico y Jorge Rodríguez se reunía con «la mesita».
En Estados Unidos varias rúbricas se estampaban en papeles. JJ Rendón señala que su firma, la de Goudreau y la de Vergara están repartidas por todas las más de 40 páginas del documento, como es habitual en un contrato para dejar fe de que todas las partes están de acuerdo con el contenido de cada hoja. Según Rendón, Guaidó no firmó.
Dijo, de hecho, que aunque el presidente del parlamento estaba enterado de los planteamientos y opciones que estudiaba su Comité de Estrategia, no tenía la información a detalle de operación alguna. A CNN le explicó que el diputado sabía «generalidades» de lo que hacía la comisión pero que no estaba al tanto de los detalles.
Rendón se preguntó en CNN cómo el diputado habría podido firmar si el evento ocurrió en Estados Unidos, cuando el líder político estaba en Venezuela. «¿Firmó por telepatía?», cuestionó.
Goudreau, por su parte, grabó parte de una llamada en la que se escucha a Guaidó decir «estoy por firmar». Rendón dijo a CNN que desconoce esa llamada, porque no comenta sobre grabaciones clandestinas.
El venezolano en Miami ha dicho varias veces a varios medios que Goudreau no está mostrando el documento completo, sino solo seis páginas y una última con la estampa de Guaidó, «que no sé cómo llegó ahí». Él, en cambio, entregó al Washington Post el documento completo de más de 40 páginas que detalla lo acordado, y con las firmas en cada hoja.
El «gobierno interino» ha dicho que no tiene «ningún vinculo» con Silvercorp. En presente, y no en pasado. Pero JJ Rendón, que forma parte de ese interinato, dijo el 6 de mayo en CNN que el acuerdo existía y era una exploración preliminar pues «no se avanzó para que se hiciera efectivo».
La explicación del estratega dada al Post detalla que Goudreau tenía 45 días para mostrar que podría ejecutar la misión. Pero pasó el tiempo y no había evidencias de que tuviera 800 hombres. Aun así, el exmilitar pidió un adelanto de 1,5 millones de dólares. En respuesta, Rendón le transfirió 50 mil verdes para «gastos». En CNN, el firmante afirmó que ese dinero era suyo, de su patrimonio personal, y no del gobierno interino.
El periódico continúa narrando que luego de haber firmado el acuerdo, Goudreau comenzó a actuar «erráticamente» según Rendón, y no mostró evidencias de que podría cumplir lo que había prometido. A la W Radio de Colombia, el estratega dijo el jueves 7 de mayo que Goudreau «se acercó para prestar sus servicios (…) hubo una falsa oferta, nos dimos cuenta de que había filtraciones y no nos generó confianza.
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Según el Post, el norteamericano incluso envió un mensaje a Rendón diciendo que Washington estaba plenamente informado del asunto, particularmente la vicepresidencia que ocupa Mike Pence, a través de un asistente. Pero la oficina de Pence dijo al diario el miércoles 6 de mayo que no hubo contacto alguno con el dueño de Silvercorp.
Lo mismo afirmó Mike Pompeo, el secretario de Estado, al añadir que si la operación hubiese sido organizada por la Casa Blanca y el Pentágono, el resultado sería distinto.
Según dijo Rendón al Post y a CNN, Goudreau no cumplió con lo acordado por lo que el convenio «quedó sin efecto» a finales de octubre, «antes de la reunión del 8 de noviembre», que fue «después de haberle dicho que no queríamos nada con él (Goudreau)», explicó al canal de televisión. En el periódico detalló que en ese encuentro, ocurrido en un apartamento de su propiedad en Miami, tuvo una discusión muy fuerte con el contratista.
Entonces Rendón y otros opositores involucrados consideraron la operación como «muerta». Hasta el domingo, cuando ocurrió la incursión en Macuto, y fue noticia.
El estratega, no obstante, también le dijo al Washington Post que días antes del «macutazo» el abogado de Goudreau le envió una carta demandando un pago de $1,45 millones. En ese momento, comenzaron los opositores a temer que el asunto se hiciera público.
Ahora, develada la fallida Operación Gedeón, el venezolano afirmó a CNN que Goudreau está buscando cobrar el dinero por unos servicios que no ejecutó, por un acuerdo que no tuvo ejecución, ni validez, ni continuidad, que se había vencido. Un paso siguiente al intento de chantaje que, denuncia, ocurrió justo antes.
Agrega el Washington Post que tanto EEUU como Colombia estuvieron en contra de una operación como la resultante. Ya el gobierno de Maduro había develado en marzo detalles de la misión, incluso dando pistas de los nombres de los norteamericanos involucrados y otros detenidos, como quedó registrado en este video de VTV (minutos 35:20 y 51:21, por ejemplo).
Lo que había dicho AP
El 1 de mayo, dos días antes del «macutazo», la agencia de noticias AP publicó una investigación en la que develaba los detalles de una operación militar fracasada. «El plan era simple, pero peligroso. Unos 300 voluntarios fuertemente armados se colaron en Venezuela desde el extremo norte de América del Sur. En el camino, atacarían bases militares en el país socialista y provocarían una rebelión popular que terminaría en el arresto del presidente Nicolás Maduro», comenzaba el texto firmado por Joshua Goodman.
El texto detallaba que el cabecilla era Clíver Alcalá Cordones, hasta ser extraditado a Estados Unidos por narcotráfico, y que ya entonces «las autoridades de los Estados Unidos y Colombia están haciendo preguntas sobre el papel de su musculoso asesor estadounidense, un ex Boina Verde».
El texto de AP terminó siendo premonitorio: «Cuando surgieron indicios de la conspiración el mes pasado, los medios estatales controlados por Maduro lo retrataron como una invasión provocada por la CIA, como el fiasco cubano de la Bahía de Cochinos de 1961. Una investigación de The Associated Press no encontró evidencia de la participación del gobierno de EEUU en el complot. Sin embargo, las entrevistas revelaron que los líderes de la oposición respaldada por Estados Unidos en Venezuela sabían de la fuerza encubierta, incluso si rechazaban sus perspectivas».
También la nota especifica que varios de los exiliados luego del 30 de abril de 2019 se reunieron en Bogotá con Jordan Goudreau, fundador de Silvercorp, quien se negó a ser entrevistado en esa ocasión.
Además, cita a Ephraim Mattos, un ex SEAL de la Marina de EEUU que entrenó a algunos de los posibles combatientes en medicina táctica. «No había posibilidad de que tuvieran éxito sin la intervención militar directa de los Estados Unidos», dijo.
Mattos visitó los campamentos y afirmó que nunca conoció a Goudreau, pero que sí vio que en los campamentos colombianos no había agua corriente y los hombres estaban durmiendo en el suelo, saltando comidas y entrenando con escobas recortadas en lugar de rifles de asalto.
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El ex Seal mostró un documento a AP que enumera los suministros necesarios para una operación de tres semanas. Los metadatos del archivo indican que fue creado por Goudreau el 16 de junio, que ahora se sabe fue justo cuatro meses antes de la firma de un contrato con JJ Rendón y Sergio Vergara.
La agencia norteamericana detalla que «no está claro dónde Alcalá y Goudreau obtuvieron su respaldo, y el dinero recaudado para la iniciativa parece haber sido escaso. Una persona que supuestamente prometió apoyo fue Roen Kraft, un excéntrico descendiente de la familia productora de queso que, junto con un exguardaespaldas de Trump, Keith Schiller, se encontraba entre los que se reunieron con enviados de la oposición en Miami y Washington. En algún momento, Kraft comenzó a recaudar dinero entre su propio círculo de amigos del fondo fiduciario para lo que describió como un «golpe privado» que Silvercorp llevaría a cabo, según dos empresarios a quienes pidió dinero».
En una entrevista telefónica con AP, Kraft reconoció haberse reunido con Goudreau tres veces el año pasado, y que el exmilitar interrumpió todas las comunicaciones con él el 14 de octubre, cuando parecía que tenía la intención de una acción militar. «Nunca le di dinero», dijo Kraft.
AP recuerda que el plan se tambaleó rápidamente cuando uno de los combatientes voluntarios fue arrestado por entrar en Venezuela a hurtadillas desde Colombia. Y luego la policía de Colombia paró a un camión que transportaba un cargamento de armas nuevas y equipos tácticos, valorado en unos 150.000 dólares, que Alcalá reclamó como suyo poco antes de entregarse a la justicia estadounidense.