Estrategia bélica de Trump busca justificar las deportaciones de migrantes venezolanos

De momento, la Casa Blanca descarta una intervención militar para derrocar a Maduro, pero el despliegue de tropas aumenta la presión sobre su administración que ha llamado a la población a unirse a las filas de una milicia ciudadana para defender el territorio
La tensión sube entre Venezuela y Estados Unidos desde que la Casa Blanca incrementó considerablemente su presencia militar en el mar Caribe. Washington afirma que el despliegue de buques de guerra, aviones caza y miles de hombres permite luchar contra el narcotráfico procedente de sudamérica y en particular de Venezuela. Caracas respondió con ejercicios militares y un llamado al diálogo con Estados Unidos. ¿Qué busca la Casa Blanca con la militarización del Caribe?
Con ocho buques de guerra, un submarino, aviones caza y miles de hombres, Estados Unidos reforzó su presencia militar en el mar Caribe. Washington ha lanzado además tres ataques letales contra lanchas de supuestos narcotraficantes.
Donald Trump y su Gobierno apuntan en particular a las redes venezolanas de narcotráfico de las que Nicolás Maduro sería presuntamente cómplice. Pero el argumento de la guerra contra las drogas responde ante todo a una postura política, analiza David A. Smilde, profesor de Sociología en la Universidad de Tulane en Luisiana y buen conocedor de las relaciones entre Washington y Caracas.
«En su campaña, Donald Trump prometió a sus seguidores que iba a luchar contra las drogas bombardeando a los carteles», dice el experto.
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«Hay verdaderamente un problema de drogas en Estados Unidos, en ciudades como San Francisco, aquello parece como una película de terror, hay mucha gente adicta al fentanilo, el problema es que el fentanilo no pasa por Venezuela. Incluso, según la DEA (Oficina antidrogas de EE.UU), menos del 10% de la cocaína que llega a Estados Unidos pasa por Venezuela», agrega Smilde, quien califica las acciones de Trump de «teatro político».
Según el especialista, la estrategia bélica de la Administración Trump y la destrucción de lanchas buscan demostrar la existencia de una amenaza externa y de esta manera justificar las deportaciones de migrantes venezolanos.
«Si ellos pueden demostrar que tienen un conflicto con Venezuela, entonces eso les puede ayudar y darles herramientas para deportar a miles de venezolanos sin juicio», analiza.
De momento, la Casa Blanca descarta una intervención militar para derrocar a Maduro, pero el despliegue de tropas aumenta la presión sobre su administración que ha llamado a la población a unirse a las filas de una milicia ciudadana para defender el territorio.
Nicolás Maduro «está bajo presión, sin duda. Tanto el chavismo como la oposición piensan en una posible invasión terrestre, lo que no ocurrirá. Si algo pasara, sería un bombardeo aéreo», asegura David Smilde. «Nicolás Maduro moviliza milicia para mandar el mensaje de que cualquier operación sería costosa porque tiene a la ciudadanía movilizada», concluye el académico.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.