Falcón: dos décadas de sed
Aun cuando el estado centroccidental cuenta con seis embalses, el 40% de su población sufre de sed desde hace alrededor de dos décadas, la razón: fallas de gestión, inversión y mantenimiento en los sistemas termoeléctricos
Un tercio de la población mundial vive en países que sufren la falta de agua. Esta problemática cada año recrudece, por lo que especialistas creen que para el 2025 la cifra aumente a dos tercios.
Venezuela entra en la lista de las naciones que atraviesan una crisis que ha alcanzado un nuevo nivel de urgencia a medida que el agua potable se vuelve cada vez más difícil de encontrar.
La pregunta es ¿por qué falta el agua en un país que cuenta con cinco grandes cuencas hidrográficas, entre ellas la del río Orinoco?
Para el ingeniero hidráulico, profesor de la escuela de Ingeniería Civil y vicepresidente de la Asociación Internacional de Investigación Hidroambiental, Arturo Marcano, el problema de Venezuela no es de escasez de agua sino de severas fallas de gestión y mantenimiento.
“Si no hay inversión en la renovación de los sistemas, podemos llegar a una inminente escasez del vital líquido”, precisó Marcano en su ponencia sobre la potencialidad del agua en Venezuela y los retos a superar, ofrecida en la XVII edición del foro Guayana Sustentable, organizado por la Universidad Católica Andrés Bello.
El catedrático explicó que en virtud de la puesta en marcha del Arco Minero del Orinoco (AMO), la contaminación de la cuenca del río homónimo y sus afluentes con el mercurio utilizado para los procesos, supone un grave riesgo para el país.
“El agua vale más que el oro”, fue la conclusión final de Marcano, quien insistió en la necesidad de mejorar hacia una gestión integrada de los recursos hídricos. Las consecuencias de ello son la poca inversión y mantenimiento en las plantas hidroeléctricas y acueductos, y su consiguiente efecto negativo en los servicios básicos.
La poca inversión en los sistemas termoeléctricos, que son equipos que tienen más de 30 años y presentan graves daños por desgaste, han determinado la política de sobreexplotación de los embalses y represas hidroeléctricas, durante las últimas tres grandes sequías que ha atravesado Venezuela desde inicios del 2000.
Falcón el más golpeado por la escasez del agua
El estado Falcón es uno de los más áridos de la geografía venezolana. La hidrografía en la región es muy pobre, todos los ríos desembocan en el mar Caribe o en el Golfo, por lo que el suministro de agua dulce depende de embalses y presas ubicadas en la región noroccidental.
Con una población en crecimiento, es notable la demanda por los servicios públicos, sobre todo del agua potable.
De acuerdo al último Censo Nacional de Población y Vivienda efectuado en el 2011, la región falconiana cuenta con 902 mil 847 almas distribuidas en sus 25 municipios. La mayoría se aglutina en el municipio Carirubana donde residen 203 mil 583 ciudadanos.
Es precisamente ese crecimiento demográfico lo que ha acelerado la crisis por la carencia del agua,aunado a la falta de políticas efectivas para enfrentar la prolongada sequía y la sedimentación de las reservas del recurso no renovable lo que ha permitido que aproximadamente al 40% de la población en Falcón sufra de sed desde hace alrededor de dos décadas.
En el año 2000, el gobierno de Jesús Montilla le presentó al presidente Hugo Chávez, el proyecto de construcción del Gran Acueducto Bolivariano, el cual fue conocido como el “Coloso de Falcón”.
La construcción de esta obra representó una inversión de 500 millones de dólares, tras un convenio con el gobierno de China. De hecho los trabajos del acueducto fueron encabezados por una empresa de ese país de nombre CAMCE, la que se encargó de llevar la red de tubería en una longitud de 180 kilómetros, desde el embalse de Matícora en Mene Mauroa hasta la estación principal Alí Primera en Paraguaná.
Nueve años después, le tocó a Stella Lugo de Montilla quien fungía como mandataria regional, inaugurar una obra que sería el alivio para aquellas localidades martirizadas por la sequía.
Sin embargo, a casi 20 años de su construcción, el “Coloso de Falcón” es para muchos un fracaso, debido a deficiencias en el diseño de ingeniería que culminó con roturas en varias partes de los 180 kilómetros de tubería, según lo denunciaron los voceros del Colegio de Ingenieros de la región, quienes advirtieron que la sustitución de una tubería de acero por una de plástico polietileno de alta densidad en el lecho marino del Golfete de Coro, violentaba las especificaciones establecidas en el proyecto.
Las consecuencias no se hicieron esperar, y hoy por hoy, las roturas en esa zona que comunica a Coro con Paraguaná, evitan que el vital líquido llegue a la península a través del Gran Acueducto Bolivariano.
Paraguaná seca y desesperada
Desde el 2008 se incrementó la deficiencia en el bombeo del agua para la península de Paraguaná a causa de los bajos niveles en los embalses de Barranca y Hueque.
Aunque se promovió la “salvación” con la puesta en marcha del Acueducto Bolivariano, la improvisación y la mala ejecución del proyecto, echaron por tierra las esperanzas de las 600 mil personas que serían beneficiadas con los 2 mil 500 litros de agua por segundo que se dotarían a través de la obra.
En el 2015 la insostenible situación ameritó que la gobernadora Stella Lugo de Montilla declarara a Falcón en emergenciahídrica a través del decreto en Gaceta oficial N° 40.696.
Del texto se desprende que “debido al intenso período de sequía en los últimos años, se ha limitado el suministro de agua en Falcón”.
Según el decreto; la operatividad en la producción y distribución de agua potable era afectada principalmente por el crecimiento en la demanda del servicio y la instalación informal de sistemas de distribución de este recurso.
Ante el escenario se solicitó la urgente implementación de medidas que permitieran resolver el problema.
Dentro de estas acciones se establecieron los programas de racionamiento en mayor medida dentro de la península de Paraguaná, donde se suministraba el servicio por tuberías dos veces por semana.
Poco a poco el racionamiento fue tomando fuerza. En este último trimestre del 2019, el caos por agua ya es un común denominador en la mayoría de los sectores de los tres municipios de la península.
La crisis se enfatiza en el municipio Carirubana por poseer el grueso de la población, tal como se desprende del censo del 2011;son alrededor de 200 mil ciudadanos, los que a diario claman por un trago de agua.
Dolarización del agua
El desabastecimiento del agua por tubería puso en marcha la dotación del importante recurso a través de camiones cisternas que se surten en el llenadero Alí Primera. Esta fue otra de las medidas implementadas en el esquema del decreto de emergencia.
En la actualidad, un aproximado de mil personas diariamente, se aglomera en el lugar desde la madrugada en búsqueda de un cupo para optar por mil litros de agua.
Aquellos que no logran el anhelado “numerito” que les permita el llenado de tanques a través de cisternas, tratan de negociar con los camioneros el suministro que en la mayoría de los casos debe ser cancelado en divisas.
Estas irregularidades ha sido denunciada hasta el cansancio por la comunidad, pero hasta el momento ningún organismo se ha pronunciado ni ha ejecutado acción alguna para verificar, controlar y aplicar sanciones a quienes se encargan de la dolarización del agua”.
Alonso Sánchez reside en Las Mercedes y en una palabra dibujó lo que a día a día tiene que hacer para llevar agua a su casa. “Calamidad es la que vivimos quienes no tenemos dólares para pagar por el llenado de los tanques”.
Pedro Weffer del sector Las Adjuntas es una persona de la tercera edad, quien expresó que en el llenadero unos pocos se hacen ricos con la necesidad del pueblo. “Ya no tengo edad para andar corriendo detrás de los cisterneros, tampoco tengo dólares, así que me toca resignarme a que se dignen en cumplir con el cronograma de bombeo para esta zona, que ya tiene cuatro meses sin el suministro”.
Tomas ilegales
En la península no existe ninguna comunidad que en estos últimos años goce del normal suministro de agua potable. Muchos sectores pasan de tres a cuatro meses esperando el bombeo que se hace por 24 o 48 horas, cuando máximo.
Ante la falta de respuesta por parte de la hidrológica falconiana, la población en desespero optó por improvisar algunas tomas de agua en las tuberías provenientes del Complejo Refinador Paraguaná.
Es así como a todo lo largo de la intercomunal Alí Primera se registran alrededor de ocho tomas ilegales.
Habitantes de los sectores aledaños hacen peripecias para llevar todo tipo de contenedor y cargar agua para sus hogares.
El riesgo se presenta al momento de cruzar la peligrosa vía. Ya se han registrado varios accidentes con lesionados por arrollamiento. Algunos han encontrado la muerte por tratar de beneficiarse con un poco de agua.
Jesús Arape manifiesta que aunque no es el deber ser, se ve obligado a agarrar agua en dichas tomas, porque los cisterneros excedieron los límites de su presupuesto.
Esta modalidad se ha extendido hacia todas las parroquias de Punto Fijo y Los Taques. Ya se cuenta un aproximado de 40 tomas con la misma característica; riesgosa para quienes acuden a buscar agua en ellas.
¿Pura y de calidad?
Existen muchas dudas sobre el grado de potabilidad del agua en Falcón. Existen leyes establecidas por la Organización Mundial de la Salud sobre la pureza del agua que es consumida por la población y la responsabilidad del Estado en garantizar dichas especificaciones.
La ingeniero Keysa Sánchez de González, exdirectora de la Oficina de Gestión Ambiental en Punto Fijo adscrita al Ministerio de Ambiente y profesora de Gestión Ambiental en la Universidad de Falcón, aseguró que en el embalse de Barrancas existe una planta de tratamiento para potabilizar el vital líquido y las instalaciones de Hidrofalcón cuenta con un laboratorio bien equipado en el que se hacen muestras periódicas del agua que se consume en la región.
“Este proceso se cumple al menos en la primera etapa, lo que está en duda es el tratamiento a que es sometida el agua luego que llega a la estación de Tacuato y posteriormente a Punto Fijo, hasta esta etapa se desconoce si es sometida a los análisis pertinentes”.
Otro de los puntos que deben ser considerados en el tratamiento del agua, tiene que ver con su transportación en camiones cisternas que en su mayoría no cumplen con las normativas de salubridad para el almacenamiento y posterior suministro a la colectividad.
Para la especialista, el proceso de potabilización del agua puede carecer de confiabilidad producto de las deficiencias que existen en políticas efectivas de planificación. “Si no hay organización y planificación y se accionan los procesos con el día a día, no se puede lograr un buen servicio, ni calidad de agua. La planificación debe profundizarse en la distribución del agua, pues las leyes internacionales establecen que el servicio de agua debe ser continuo y permanente. No es posible que nos encontremos en una contingencia permanente, con tantos recursos monetarios que percibió el Estado. Se podría entender una deficiencia a consecuencia de largos periodos de sequía, pero es inaceptable que se deba al desinterés del Estado por algo que es un derecho humano”.
Paraguaná debe apostar a las desalinizadoras
Existen estudios que aseguran que en la península de Paraguaná la única salida viable a mediano y largo plazo para el problema de dotación del servicio de agua es la ejecución de macros desalinizadoras.
Un ejemplo de lo exitoso de estos proyectos es la experiencia de la vecina isla de Aruba , la cual es pionera en el proceso de desalinización de agua para consumo humano en el Caribe, según señaló Miriam Dabian, directora regional de la Autoridad de Turismo de Aruba, quien explicó que la compañía pública de agua y energía de la isla, W.E.B. Aruba N.V., responsable de los procesos de potabilización y distribución a través de una moderna planta desalinizadora, es la segunda más grande en el mundo por su tamaño.
Paraguaná al igual que Aruba, cuenta con una amplia extensión de mar, lo que representa los recursos necesarios que través de tecnología especializada se convierte en agua apta para el consumo humano.
La profesora Keysa Sánchez de González manifestó que los esfuerzos de los entes gubernamentales deben dirigirse hacia ese punto. “Los paraguaneros debemos buscar nuestras fuentes de abastecimiento de agua. Sabemos que no contamos con agua subterránea suficiente para toda la población y las lluvias son esporádicas, pero tenemos un inmenso mar que al igual que otros países, se ha convertido en la principal fuente de agua potable a través de las desalinizadoras.
Plata perdida
Aclaró que hablar desalinizadoras no se refiere a las plantas que desde el 2017 se instalaron en la península y las que en estos momentos se encuentran paralizadas por falta de mantenimiento y de personal que las opere.
Aseguró que con la inversión de todas esas plantas se pudo haber llegado a construir al menos una macro desalinizadora sustentable como la ubicada en Aruba, que garantiza el vital líquido a todos sus habitantes por igual.
Especial: La Mañana