Un adiós para Alejandro Chacón
Con una amplia trayectoria en el periodismo deportivo, Chacón destacó en las fuentes de fútbol, ciclismo y baloncesto, pero especialmente se convirtió en un referente del balompié venezolano
Autores: Omar Pineda | Tony Cittadino Héctor Becerra
Recuerdos de Alejandro
Héctor Becerra
Más que una nota de duelo por esta muerte tan inesperada, sentida y absurda, quiero más bien dejar aquí algunos de los recuerdos de Alejandro que me permita la memoria. Escribirlos a medida que vayan saliendo, a partir del día en que se presentó como compañero de brega en la redacción donde se preparaba el número 1 de Tal Cual.
Desde ese momento, por allá en abril del 2000, Alejo dejó bien claro cuáles eran los rasgos de su difícil personalidad. Llegó al diario de Teodoro como un periodista todavía en formación, pero ya nutrido de una cultura general sobre el promedio, olfato de sobra para la noticia, siempre informado.
Antes de incorporarse al staff de Deportes había tenido un breve paso por Venevisión, que él mismo confesó no había sido muy placentero no sé por qué motivo. Su contacto con el periódico lo hizo vía Alonso Moleiro, con quien compartió promoción en la Escuela de Comunicación Social de la UCV.
Fue Moleiro, eso sí lo recuerdo bien, a quien le oí describir por primera vez lo que fue la marca de su forma de ser. Nos dijo algo así como esto: “Es muy preparado y trabajador… de repente lo ves molesto y gruñón, pero al rato está contento”. No se equivocaba Alonso. Ciertamente esa doble condición lo acompañó tanto en lo profesional como en lo rutinario. Y así todos lo aceptaban y lo aceptaron hasta su ida apenas a los 51 años.
Desde el principio también mostró su estilo de comunicador. Era conocedor a fondo de los caprichos y triquiñuelas de las fuentes, en los que nunca caía. Implacable en las ruedas de prensa. Nada de contemplaciones. En el periódico se encargó a fondo de la disciplina que manejaba como pez en el agua: el fútbol. Hasta ahora no he conocido en persona a nadie, periodista o no, que sepa más de fútbol que Alejandro. Quizás igual. Pero no más.
En esa primera etapa, la del posicionamiento de Tal Cual como medio innovador, combativo y creíble desde la sede inicial de Boleíta, compartimos tareas con Julio César Tovar, Javier Leiro, Carlos Bautista Romero y Fernando Peñalver, entre otros. Fueron los prometedores años del inicio. Con 48 páginas a todo color, cinco para la sección de Deportes.
Con los sucesos del 11 de abril de 2002, y el subsiguiente paro petrolero, el periódico entró en la crisis que llevó a la reducción de las páginas y a rebajar los salarios. Teodoro planteó dos opciones a los trabajadores: quedarse ganando la mitad del salario, con la promesa de devolver lo no pagado una vez recuperada la normalidad, o renunciar. Alejandro optó por la segunda.
Alejo se fue y durante un tiempo participó en diversos programas de radio y dirigió Simplemente Fútbol, un semanario impreso que él impulsó. Fue jefe de Prensa de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) y estando en ese cargo le tocó vivir en Montevideo el celebrado triunfo 0-3 de la Vinotinto sobre Uruguay en 2004, el famoso Centenariazo. Conociendo su ética y forma de ser, uno sospechaba que no permanecería más de la cuenta en el puesto. Porque la dirigencia era uno de sus blancos predilectos a la hora de redactar denuncias y exigir responsabilidades.
Así fue. Regresó a Tal Cual, ya recuperado en lo económico, para reintegrarse a la casi desaparecida sección de Deportes. Javier Conde, jefe de redacción convertido en gerente general de emergencia, sugirió formar un equipo mínimo “para hacer al menos tres páginas”. Rápidamente surgió el nombre de Alejandro con todo y su conocido complejo carácter. “Él ya conoce el periódico y nosotros lo conocemos a él”. Nada más que hablar.
Esta segunda etapa, la del edificio Pascal, la del adiós de Teodoro y la jefatura de Xabier Coscojuela, la de sus “riñas” con el promisor pasante a tiempo completo Antonino Cittadino, se extiende más allá de la entrada de TalCual a la web, manejada por el eterno Omar Pineda. Ya ellos han escrito sobre el “Gordo”. También han circulado mensajes en las redes sociales. Cito en particular uno de Juan Pablo Arocha: “Triste. Creo que (Alejandro) fue el único de los redactores que compartió con casi todos los equipos de reporteros de TC hasta el cierre del diario impreso”.
Un acertado punto éste el de Juan Pablo. Ciertamente Alejandro evidenció a la larga que fue tan talcualero como el que más. Se cansó de protestar y reclamar sus derechos como empleado. De broma hasta se peleó con Teo por eso. Amenazó con irse del diario más de una vez, pero nunca lo hizo, y terminó siendo una especie de tutor, un profe, para los más jóvenes. Todos te recordaremos.
Alejandro sigues en el grupo
Omar Pineda
El destino, que no suele hacer acuerdos con nadie, nos ha jugado una emboscada. Alejandro Chacón, periodista avezado en el área deportiva, miembro fundador del diario TalCual y exjefe de prensa de la FVF, falleció el fin de semana de un infarto en Bogotá. El Gordo Chacón, como le decíamos en redacción, fue hasta el último instante una persona honesta, trabajadora y un aguerrido polémico, dispuesto a discutir sobre política, de cine o deportes entre tantas de sus aficiones. Era un tipo jovial, caluroso, travieso y acunaba un carácter que le hacía ver como cascarrabias, particularmente si le añadía su vozarrón a la hora del debate, más cuando se metían con su condición de culé y magallanero, dos de sus más apreciadas aficiones. Se nos va Alejandro así, joven y necesario para el periodismo, y en el grupo de chat de los talcualeros quedará un enorme vacío afectivo, porque ese muchachón cercano tal vez a los 50 años, era la sal de las largas conversaciones entre los compañeros de trabajo, hoy dispersos por el mundo. Nos quedan sus argumentos, sus intervenciones, sus jodas, sus peleas con Ludo o conmigo, pero sobre todo su extensa sonrisa de un amigo que no se peló un cumpleaños o una despedida de año en la redacción y apostó su talento y su conocimiento a este oficio que no se ejerce de otra manera que no sea con la pasión, como lo supo hacer el Gordo. Hasta luego, Alejandro. Sigues en el grupo.
Periodismo de luto
El gremio periodístico y el mundo del fútbol se encuentran de luto la mañana de este lunes 25 de noviembre, pues el reconocido periodista deportivo Alejandro Chacón, falleció la noche del domingo en Bogotá, Colombia, a causa de un infarto fulminante.
Chacón se encontraba en su hogar al momento de recibir el impacto en su corazón. Sus conocidos y allegados, principalmente del ámbito periodístico, difundieron rápidamente la noticia a través de redes sociales.
Me entero con pesar del fallecimiento de Alejandro Chacón. Nos conocimos en la UCV, jugamos fútbol de salón juntos, compartimos transmisiones y viajes hilarantes por carretera siguiendo a la selección en tiempos de vacas flacas. Hasta en las diferencias, supimos respetarnos QEPD
— Daniel Chapela (@dchapela) November 25, 2019
Expreso mis condolencias a los familiares y amigos de Alejandro Chacón, me informan que falleció en Colombia. Querido y respetado por sus colegas y amigos. En paz descanse.
— Mari Montes ❤️⚾️ (@porlagoma) November 25, 2019
Son muchos los recuerdos y las anécdotas de coberturas, eliminatorias, Libertadores, Primera División y más, Dios te tiene en su gloria querido amigo Alejandro Chacón entre los buenos siempre fuiste de los mejores.
QEPD mi entrañable amigo @achacon20 pic.twitter.com/Ja8YIfYpre— Richard Mendez (@RichardMendezTV) November 25, 2019
Con una amplia trayectoria en el periodismo deportivo, Chacón destacó en las fuentes de fútbol, ciclismo y baloncesto, pero especialmente se convirtió en un referente del balompié venezolano para todos los comunicadores sociales del país. Incluso clubes de fútbol nacionales como Caracas FC, Monagas Sport Club y Zulia FC presentaron sus respetos en publicaciones de redes sociales.
#ElClub
Nos unimos al duelo que vive el periodismo deportivo venezolano, y en especial el ligado a nuestro fútbol, por el fallecimiento en Bogotá del periodista Alejandro Chacón. Descanse en paz.
⚫️✝️ #Institucional pic.twitter.com/0CVMxviZee— Zulia Fútbol Club (@Zulia_FC) November 25, 2019
⚫️ La familia violeta lamenta el sensible fallecimiento del periodista deportivo venezolano, Alejandro Chacón.
Enviamos mucha fuerza a sus familiares y amigos en este terrible momento. Que Dios lo tenga en su gloria 🕊 pic.twitter.com/z4Cp9Y0W2d
— Metropolitanos FC (@Metropolitanos_) November 25, 2019
La familia del @Caracas_FC se une al duelo que embarga al deporte venezolano por el fallecimiento del periodista Alejandro Chacón, quien además en vida formó parte de nuestro circuito oficial. Fuerza a sus familiares y paz a su alma. pic.twitter.com/kFGnL0I9WL
— Caracas Fútbol Club (@Caracas_FC) November 25, 2019
Desde TalCual expresamos nuestras más sinceras condolencias a un periodista ejemplar, que además escribió para nuestro periódico impreso.
Sorprendido ingratamente con la muerte de mi amigo y colega Alejandro Chacón, una excelente persona con quien conversé y discrepé sobre diferentes temas, en particular política y fútbol. Un fuerte abrazo a sus familiares.
— Xabier Coscojuela (@XabierCosco) November 25, 2019
Acabo de enterarme de la muerte de mi amigo @achacon20, buen periodista, siempre solidario, amante del ajiaco y un talcualero que siempre sonreía. Conversar con él siempre era enriquecedor. Lo voy a extrañar. Hay luto en @DiarioTalCual.
— Víctor Amaya (@victoramaya) November 25, 2019
Alejandro Chacón, el periodista irreverente
Tony Cittadino y Alejandro ChacónTony Cittadino (Mallorca). – Parece mentira que tenga que escribir de ti, Alejandro Chacón. Pero, hacerlo, es el mejor homenaje que puedo hacerte. Mi amigo y colega, te marchaste sorpresivamente este domingo 24 de noviembre y tu pérdida no puede más que dejarme un gran vacío y mucha tristeza, porque sabes que te debo mucho y te quiero mucho.
Te conocí en el año 2007, cuando ingresé como pasante de prensa en nuestra casa, el Diario TalCual. Desde entonces, nos unió una gran amistad, que perdurará por siempre. Con sus aprendizajes, sus consejos, sus alegrías y sus rabietas, pero que siempre fueron para bien.
Durante cinco años, compartí contigo en la redacción del periódico y fue una experiencia que siempre te voy a agradecer. Lo mejor es que siempre lo supiste, porque cada vez que pude te lo dejé saber y para ti era gratificante. Lo recibías con mucha humildad, porque sabías que habías aportado un grano de arena.
Esa manía que querer pulirme, me ayudó a forjar el carácter en el medio. Fuiste el periodista más terco, agudo e irreverente que he conocido. Pero a su vez, una persona muy noble, pícara y hasta burlona. “Gordo” Chacón, eras una mezcla rara, pero te queríamos.
Tu manera de ver la noticia, muchas veces nos hacía discrepar y entrábamos en esos largos debates. Manejabas no solamente el fútbol, al que le entregaste toda tu vida. Especialmente el venezolano. Siempre contabas con orgullo cuando fuiste jefe de prensa de la FVF, en la época en la que la Vinotinto era de vacas flacas. Te gustaba evocar que viviste el “Centenariazo” y la época en la que fuiste redactor de Luis Manuel Fernández en Noticiero Venevisión.
Eras magallanero y culé de corazón, pero recalcabas la importancia de escribir sin la camiseta. Eras muy delicado con eso. Sabías de todos los deportes, pero qué difícil era llevarte la contraria. Contigo se podía hablar de cualquier tema, porque insistías que el periodista debe ser integral: deporte, política, cultura, religión o música. Tenías una capacidad de análisis, que pocas veces he visto. Como siempre decías, te gustaba “buscarle la quinta pata al gato” y que la fuente se pusiera nerviosa al saber de ti. No a la inversa.
Todavía recuerdo esos días en los que te encerrabas en la sala de reuniones del periódico y se te escuchaba alzar la voz al realizar una entrevista, en la que alguna fuente se quería ir por otro lado. No tenías medias tintas. Contigo no valía ser “blandengue”. Era blanco o negro. Siempre querías más. Hacer algo diferente. Marcar pauta, pero sin buscar fama. No te gustaba el show.
Recuerdo que llegabas a la redacción y me saludabas cantando: “Antonini Cittadini Bambini”, mientras yo te llamaba “Alessandro Chiaccone”. Reíamos recordando la vez que fui de traje y corbata a la primera pauta del periódico, porque decías que me parecía a un vendedor del Atalaya en el Metro de Caracas. También gozabas con mis discursos de agradecimiento en las reuniones del periódico y ni hablar del “clásico” de la toalla rosada en la Serie del Caribe 2010 en Margarita, que planeaste con Saúl Uzcátegui. Cuando los dos se juntaban, había que correr. Eran un peligro, porque les gustaba chalequear. Nuestro amigo David Ludovic, puede dar crédito de eso.
Un aprendizaje constante
La primera vez que estuve a tu cargo fue en agosto de 2009. Para entonces, nuestro coordinador de deportes, Héctor Becerra, se tomaba unas vacaciones y asumías el puesto mientras tanto. Creo que los tres, formamos un gran equipo de trabajo. Los primeros días fueron una guerra, al punto de tener discusiones airadas. Querías cambiarme el estilo de redactar y darle un vuelco total a las pautas. No querías tanto béisbol y no te gustaba la página de las tablas.
De ahí nació el apodo de “El Cabito” que en broma te colocó nuestro también querido Héctor Landaeta. Cada vez que entrabas a la oficina, el “Gordo” decía que eras una especie de Cipriano Castro, porque te gustaba mandar y susurraba: “A pararse firmes, viene ‘El Cabito’”, mientras reíamos y bajaba la tensión.
Sin embargo, las cosas fueron mejorando y comenzamos a sacar trabajos interesantes. Teníamos dos reuniones diarias. Una en la mañana, para dar un bosquejo del día y, otra, al final de la tarde, para pensar en trabajos fríos, mientras te gustaba escuchar a Los Amigos Invisibles, porque “sus letras son una nota y el ritmo de la música era diferente”.
Había que rezar para convencerte, porque eras terco, pero honesto. Tanto, que provocaba darte un coquito. Así nació la idea meternos con el Mundial de Natación de Roma, por los polémicos trajes de poliuretano. Hicimos una serie de trabajos sobre los estadios deportivos de la capital, la visita de Iker Casillas a Venezuela y una entrevista al delantero del Caracas FC, Fernando Aristeguieta. Tu orgullo por saber que el jugador era del colegio San Ignacio de Loyola era inmenso. Siempre sacabas tu chapa por haber estudiado allí.
También recuerdo las pautas con el ex presidente de la FVF, Rafael Esquivel, buscando sacar información acerca de si el defensa Fernando Amorebieta jugaría o no con Venezuela. Tanta fue la insistencia, que el propio Esquivel lo llamaba por teléfono en mi presencia para ver que no mentía y se hacían los contactos necesarios. Una vez me enseñó su celular y me dijo: “Mira los mensajes que le mando, no es mentira. Dile a Chacón que se quede tranquilo”.
Al año siguiente, se repitió la dupla. Héctor se fue de vacaciones, volviste al mando y recuerdo la mejor pauta que hayamos hecho juntos. Siempre la cuento, porque fue muy especial. Por esos días, el ex presidente Hugo Chávez en otro de sus delirios de poder, argumentaba que el golf era un deporte de ricos y burgueses. Esa tarde, mientras tomábamos un café en “El Comején” y pensábamos en las pautas, decías que a eso había que darle la vuelta, porque Fidel Castro y el “Ché” Guevara jugaron golf en los años 60.
“¿Sabes qué? Vamos a llamar al Hotel Meliá Las Américas en Cuba. Ahí la ex atleta y golfista Ana Guevara impartirá una clínica en octubre. Vamos a ver qué piensan ellos”, me dijo con su característico tono de voz ronco y a la vez cansado y con un cantadito, que Max Cordaro sabe imitar a la perfección.
Yo te miraba incrédulo: “Chacón, tú estás loco. Quién nos va a atender y, de paso, diciendo que somos de TalCual, menos”, te dije entre risas. Pero tú, insistías y me aupabas a hacerlo. Cuando se te metía una idea en la cabeza, no había quién te la sacara.
Hicimos una apuesta. Si lográbamos hacer la pauta, te tenía que brindar una “sfogliatella” que vendían en la Pastelería Doris, que quedaba muy cerca del periódico. La nota la sacamos en la contraportada y la titulamos: “En Cuba sí le paran al golf”. Fue un éxito y, al día siguiente, me dijiste que César Miguel Rondón le leyó en su programa de radio.
Fueron tantos los momentos buenos, que hoy me vuelves a sacar lágrimas, pero de nostalgia y tristeza. Cuántas veces fuimos a pautas en tu camioneta Samurai, en la que, además, celebramos que me gané un televisor en un evento de la Big Cola durante la histórica goleada del Barsa de Pep al Real Madrid de Mourinho de 5-0 en 2010.
Las últimas dos veces que te vi, hablamos largo y tendido, por más de dos horas. Una fue en la fiesta del Día del Periodista de la Gobernación de Miranda en 2013 y, la última, en la presentación de Noel “Chita” Sanvicente como director técnico de la Vinotinto en 2014.
Este año retomamos el contacto en enero, porque querías comprar unos pantalones en la fábrica Lois. Nos pusimos al día y me contabas sobre la difícil situación en Venezuela, que te llevaba a vivir algunos meses en Colombia, con tu familia. Me diste consejos para adaptarme a España como inmigrante y me animaste a seguir adelante.
Te sentí preocupado por la salud, en especial por conseguir las medicinas para la hipertensión y el colesterol. Durante el año volvimos a hablar, hasta que lo hicimos por última vez en chat privado en septiembre por los amistosos de la Vinotinto.
Hasta hace nada, compartiste con nosotros en el grupo de WhatsApp de TalCual. El sábado en la noche leía tus tuits de la final de la Copa Libertadores antes de dormir y. este lunes por la madrugada, despierto con la triste noticia de que ya no estás.
Aunque es muy difícil de digerir, estoy seguro que allá arriba te recibieron con mucho cariño Teodoro Petkoff, Héctor Landaeta, Kees, “la negra” Alicia, Pedrito Febles y Carlos Horacio Moreno.
Vuela alto, Gordo!
Dios te bendiga siempre.