Farruco el excluido, por Simón Boccanegra
El comisario Farruco por lo general adoba sus flatos mentales con consideraciones sobre la exclusión y la inclusión social y cultural. Según el comisario, antes de Chávez en el mundo de la cultura todo el mundo estaba excluido. Ésta era sólo asunto de élites. En cambio, bajo su gestión millares y millares de creadores culturales habrían sido «incluidos». Desde luego, no seré yo quien vaya a refutar el diagnóstico sobre la exclusión social existente en nuestro país. Podría decir que en este punto coincido con el comisario. Lo malo es que todo sigue igual después de ocho años de Yo-El-Supremo. Pero hay que tener la catadura moral de este tipejo para hablar de sí mismo como un excluido. La empresa de arquitectura de la cual Farruco era socio principal ejecutó muchas obras con los gobiernos de AD y Copei. Pero, una en particular, revela hasta qué punto Farruco era un pobre marginal: la Plaza Bicentenaria y el edificio administrativo, en el Palacio de Miraflores fueron diseñados por la firma de arquitectos a la cual pertenecía Farruco. Éste era recibido y departía con los presidentes Herrera Campins y Lusinchi. Él era de la élite.Todo el mundo sabía que era de La Causa R pero a nadie en aquellos gobiernos se le habría ocurrido vetarlo por esa razón. Pero, un pigmeo moral como el comisario Farruco cada vez que oye la palabra «tolerancia» saca la pistola.