Francisco Alfaro: Estrategia de Maduro de dialogar para ganar tiempo ya caducó
El politólogo y experto en resolución de conflictos Francisco Alfaro estima que la precaria situación del país está forzando tanto al gobierno como a la oposición a llegar a un acuerdo. Advirtió que será necesaria la observación de la comunidad internacional para hacer seguimiento a los convenios que se logren
«La situación de Venezuela hoy en día es insostenible y el gobierno podría, si es inteligente, aprovechar esta oportunidad y buscar una salida negociada al conflicto. Pero supongamos que la vuelva a utilizar para ganar tiempo, creo que es una estrategia inviable en el corto plazo. Creo que el propio gobierno tiene que ver que la situación económica está afectando no solo a los civiles sino al estamento militar».
Así lo manifestó el politólogo Francisco Alfaro, quien considera que, siendo la Fuerza Armada Nacional (FAN) uno de los soportes más importantes de la coalición en torno a Nicolás Maduro, el mandatario tiene que darse cuenta de este panorama. A su juicio, si no se reinstitucionaliza el país, va a ser muy difícil que las condiciones económicas mejoren incluso para el sector castrense. «Si la caída de la producción petrolera sigue en picada, si no hay posibilidad de garantizar inversión extranjera, si no hay seguridad jurídica, esto va a tener un impacto mayor, con lo cual la propia coalición en torno a Nicolás Maduro no va a poder garantizar su permanencia en el poder. Es algo que ellos deberían estar viendo y midiendo».
En entrevista con la alianza TalCual-Provea, Alfaro indicó que se debe buscar un proceso de redemocratización del país. «Un proceso que equilibre mirar al futuro con estabilidad. Tiene que venir un equilibrio entre reforma económica y redemocratización».
El experto en estudios para la paz aseguró tener mayores expectativas en esta oportunidad de que el gobierno de Nicolás Maduro y los representantes del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, alcancen un acuerdo que pueda destrancar el juego político y dirigir al país hacia la superación de la crisis económica y social. No obstante; advirtió que hará falta la observación y apoyo de la comunidad internacional para cumplir con lo que se convenga en las conversaciones que se adelantan en Barbados.
Estado Frágil
–Dado el contexto en que este proceso se produce, con fuerte presión internacional, con el informe de la Alta Comisionada para los DDHH de las Naciones Unidas que confirmó la violación de DDHH en Venezuela y los anuncios de nuevas sanciones por parte de la Unión Europea ¿cuál es la posibilidad de que se llegue a un acuerdo?
-La condición de las dos coaliciones en estos momentos es mucho más complicada de lo que era hace unos meses. Si bien es cierto que todavía a estas alturas la coalición en torno a Nicolás Maduro es más fuerte que la de Guaidó, si lo vemos como una cuerda diríamos que es el nudo más fuerte, es cierto que al día de hoy la situación no es la misma que hace unos meses; estamos hablando de una condición económica bastante complicada, una caída en la producción petrolera bastante marcada, un informe de la alta comisionada muy esclarecedor y muy duro para la coalición de Maduro y también una preocupación por parte de las principales potencias que apoyan esa coalición, fundamental de China, que requiere, para desplegar de alguna manera su fuerza comercial de países estables, y una de las cosas que no tiene Venezuela es estabilidad. Por otro lado, el tema de Venezuela no es local sino que se expande a la región por el éxodo masivo de emigrantes, muchos de los cuales salen en situación de pobreza, pero hablamos también de un Estado que se ha ido fragilizando y que sin lugar a dudas es una de las mayores preocupaciones para los vecinos en la región. Las expectativas en torno a Barbados uno pudiese decir que son más altas que en otras ocasiones. La presencia de Noruega como mediador es fundamental, es un país que tiene mucha experiencia y las delegaciones van con otro ánimo.
El analista explicó que ambas coaliciones representan en sí mismas un archipiélago, que no son son totalmente uniformes y que están conformadas por grupos de poder, unos más moderados y otros más radicales y extremistas.
-¿Qué posibilidades hay de cumplir con los acuerdos en caso de que se logre un convenio electoral, dada la presencia de esos grupos radicales, como en el lado del chavismo está Diosdado Cabello que niega toda posibilidad de unas elecciones presidenciales y del lado de la oposición hay quienes se han opuesto a cualquier acercamiento con el gobierno?
-Es muy buena pregunta. ¿Están representadas las partes en esas delegaciones que se han enviado? Si volvemos al tema del archipiélago pareciera que en la delegación de Nicolás Maduro faltaría un representante de Diosdado Cabello y del lado de la oposición también faltarían representantes de la posición más extremista como de la más moderada y mucha gente habla del chavismo disidente.
Precisó Alfaro que pareciera que la única manera de que lo que se apruebe en Barbados pueda cumplirse parte de las siguientes premisas: primero que ambas coaliciones persuadan o presionen a los otros grupos de su archipiélago para que se plieguen al acuerdo, lo que amerita un trabajo de opinión pública importante ya que se han venido planteado por meses dos vías que son excluyentes una de la otra, por un lado la del «cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres» con ese orden, y que si no se cumple puede haber una decepción en una parte de la población; y la segunda, del lado de Nicolás Maduro, que insiste en que la revolución no solo vino para quedarse sino que se va a profundizar y que (los de la antigua dirigencia) ‘no volverán’, lo que genera la interrogante de si se acuerda algo que no vaya en esos sentidos cómo se va a hacer para que se cumpla.
«Las propias redes sociales muchas veces fungen como una especie de trapiche de todas aquellas figuras que abogan por una salida negociada, y también los medios oficialistas del gobierno plantean una realidad absolutamente excluyente; es algo con lo que habrá que lidiar para que lo que se acuerde se pueda cumplir», señaló.
–¿Cree que no está garantizado entonces que se cumpla lo que se acuerde?
– Se necesita un trabajo tanto interno como a lo externo, hacia la opinión pública, de esas coaliciones para que puedan tener ese respaldo. Es importante considerar el tema de la presencia, dependiendo del avance de este mecanismo, de los grupos de peso, ¿se les incorpora? ¿Se les ignora?
– Hay sectores que consideran que el gobierno con estos procesos de diálogo busca ganar tiempo. ¿Pero hasta cuándo puede evadir llegar a un acuerdo?
– El gobierno sigue siendo el nudo más fuerte de la cuerda a pesar de que la cuerda está más endeble. El gobierno ha utilizado estos mecanismos de diálogo como mecanismos de apaciguamiento, para ganar tiempo y legitimidad, pero creo que esa estrategia caducó porque la comunidad internacional está muy clara en cómo se ha utilizado en el pasado. Ese involucramiento no solo de Noruega; del Grupo Internacional de Contacto, sino de las propias potencias apoyando este mecanismo indica que hay una verdadera preocupación para empujar a que esto tenga algún tipo de salida, porque lo de Venezuela, si sigue por donde va, podría derivar o en una escalada de la violencia que nos puede llevar a un conflicto interestatal, a una profundización de esta situación y llevarnos a convertirnos a algo parecido a la Cuba del período especial o, tercero, una fragilización del Estado donde cada vez aumenten más los grupos que controlan territorios por recursos, que es la dinámica que se vio en África, en los Balcanes, donde el Estado pierde control sobre el territorio.
Reparaciones
Francisco Alfaro aseguró que hay un tema fundamental cuando se habla de una transición y es el relativo a las víctimas de violaciones a los Derechos Humanos por todos estos años. «Hay un informe, nada menos que de la alta comisionada para los DDHH, que no es una ONG, estamos hablando de las Naciones Unidas. Creo que esta situación, si los actores son inteligentes deberían estar pensando en eso».
Añadió que la oposición tiene que ser prudente y estratégica para entender que la posibilidad de una salida negociada es importante. «Muchas veces los objetivos maximalistas de quiero todo o nada, han dilapidado oportunidades, que en anteriores ocasiones ha tenido la oposición. Es importante medir el estado de las fuerzas. Alguien comentaba que la oposición había obtenido las mayores victorias en el camino electoral y las peores derrotas en el camino insurreccional, estoy de acuerdo».
–De lograrse un acuerdo que conduzca a una salida electoral cómo quedan estas violaciones de los DDHH que se constataron en el informe de Michelle Bachelet.
-En los últimos años, los países que han sufrido transiciones de este tipo, han experimentado distintos tipos de justicia, penal, restaurativa, transicional. La experiencia de la justicia transicional, que es lo que se está tratando de aplicar en Colombia, es una experiencia que debemos seguir con mucha atención porque es necesario garantizar un equilibrio que es muy difícil en estos conflictos, entre la aplicación de justicia y la estabilidad y la paz del futuro. Algunos países como España, para garantizar la estabilidad y la paz hacia el futuro, engavetaron la justicia. Es el segundo país del mundo con mayor cantidad de fosas comunes. Hay países que se han ido por el lado contrario, que por aplicar justicia penal en el período de transición dilapidan la misma provocando una regresión autoritaria por no saber equilibrar eso. Es verdad que en el caso de Chile (el dictador Augusto) Pinochet estuvo 9, 10 años más como comandante en jefe de la Fuerza Armada, pero sí se desarrollaron comisiones de la verdad que repararon a las víctimas de otras maneras, simbólica, económica. Es importante irlo equilibrando.
«Un conflicto que no repara a sus víctimas irremediablemente no se resuelve. Tenemos el caso de la vicepresidenta de la República que llegó a decir en un programa en televisión que la revolución era su venganza personal. No sabemos cómo van a actuar aquellos que no sean objetos de reparación, tiene que haber reparación para que el conflicto pueda ir sanando las heridas», precisó.
Coalición
Desde la perspectiva de Alfaro, en Venezuela deben hacerse profundas reformas económicas que es preferible sean acordadas para que de esa manera puedan generar cambios a futuro. Advirtió que un cambio político en el país no necesariamente implicará un cambio económico, y viceversa, por lo que está convencido de que deben acordarse cambios económicos y políticos.
«(El exministro) Víctor Álvarez hablaba de un gobierno de coalición, creo que esa sería la propuesta más pertinente y adecuada para el país, porque aseguraría que el gobierno que asuma a partir de una negociación no asuma todos los costos de una serie de medidas y decisiones que habrá que tomar, y porque si ese gobierno no cuenta con apoyo de quienes están saliendo en este momento podría sufrir o un golpe de Estado al poco tiempo y de alguna manera permitiría que se garantice ese equilibrio entre aplicación de justicia y estabilidad. A pesar de que estamos mal, podemos estar peor a nivel de violencia. Es la propuesta más sensata, ¿tendremos la madurez para implementar eso? Suráfrica lo hizo, Chile también.
–Usted ha hablado de lo pertinente de un gobierno de coalición, pero suponiendo que vamos a un proceso de elecciones y gana un candidato de la oposición, habiendo sectores con posiciones disímiles, ¿es necesario que todos se sometan a un programa? ¿Estar claros en las medidas que se van a tomar?
-Debería ser así. La oposición tiene un reto enorme, mayúsculo. En los últimos dos años se ha venido dando un proceso de aumento en la desconfianza en el sistema electoral, lo cual es muy grave. Una de las garantías de que nuestro sistema electoral sea auditable es que es automatizado. Por motivos inducidos se ha generado una desconfianza hacia el organismo electoral y el sistema automatizado. Mucha gente piensa que si volvemos al voto manual va a ser más seguro, lo cual es absolutamente falso porque el sistema manual no tiene mecanismo de auditabilidad, en cambio el automatizado sí, se imprime una papeleta que permite ser comparada con los resultados electrónicos, algo que permitió saber que la gobernación del estado Bolívar (2017) le fue arrebatada a Andrés Velásquez. Por un lado hay que retomar la confianza en ese electorado, y también está la idea de una salida que no pasara por lo electoral; hay un sector que es minoritario, pero al que hay que volver a convencer de la pertinencia de una salida electoral.
«Hay que decir algo, una salida electoral por sí sola no es democrática. En 2004 tuvimos una salida electoral, el referendo revocatorio presidencial, allí el ganador, que fue Hugo Chávez pasó posteriormente la aplanadora a pesar de que hubo un acuerdo en 2003 donde la oposición se comprometía a respetar los resultados pero ambas partes convenían el respeto a las minorías y la reinstitucionalización, lo que no se respetó. Si ese es el criterio que vamos a tener de ahora en adelante olvídate que el conflicto se va a agravar».
–¿Cuál es el rol de la comunidad internacional para una transición? ¿Los acuerdos políticos ameritarían la presencia de observadores para su cumplimiento?
-Así es, un elemento fundamental para unas elecciones tendría que ser la observancia internacional y nacional. En Venezuela hay ONG que ejercen de observadores nacionales, muy rigurosos y serios pero tiene que ser acompañada de la comunidad internacional. Tiene que haber una actualización del Registro Electoral, es un elemento fundamental. También tienen que darse garantías para que los acuerdos tengan seguimiento. La comunidad internacional se dio cuenta muy tarde de lo que ocurría en Venezuela, porque lamentablemente el marco jurídico internacional está formado para atajar rupturas de orden constitucional al estilo clásico, golpes de Estado, pero en Venezuela se utilizó la democracia mayoritaria para ir socavando la democracia liberal y representativa. La democracia mayoritaria parte simplemente de la ley de la mayoría, pero la representativa garantiza la separación de poderes, respeto a las minorías, la alternancia en el poder, y todo eso se fue socavando progresivamente y la comunidad internacional solo se dio cuenta de esto en 2015 cuando se viola el principio de la mayoría en las elecciones de Asamblea Nacional y los anticuerpos, el sistema de justicia interamericana, se han mostrado inefectivos en este tipo ante ese tipo de amenazas internas. Un elemento para la comunidad internacional es cómo actualizar el marco jurídico e institucional para poder atajar este tipo de amenazas desde la propia democracia y los propios estados internamente. La comunidad internacional está preocupada de que la fragilización del Estado venezolano derive hacia un estado fallido, lo cual sería catastrófico.