Gobierno debe ponerse las pilas con planes para prevenir desastres antes de las lluvias
Las lluvias que se registraron en 2022 dejaron 80 muertos, más de 60.000 personas perjudicadas y unas 14.000 viviendas afectadas, según datos del ministro de Interior y de Justicia, Remigio Ceballos. Expertos consultados por TalCual indican que los hechos fatídicos por la temporada de precipitaciones pueden evitarse. Aseguran que el Gobierno, en todos sus niveles, debe activar un plan para la inspección y mantenimiento de drenajes primarios y secundarios para evitar su colapso
Las lluvias del año pasado superaron el promedio anual, algo que no sucedía desde 1954, según los datos de la estación de hidrometeorología de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Las precipitaciones del 2022 y los hechos fatídicos que de ellas se derivaron, dejaron en evidencia las fallas abismales que tiene el país en materia de gestión de riesgos y nuestra casi inexistente cultura preventiva. Si no se corrige el patrón de omisiones y desaciertos del Gobierno las tragedias formarán parte del acontecer anual.
En Venezuela, la temporada de lluvias se desarrolla entre los meses de mayo y noviembre. Los 161 días de precipitaciones (5,3 meses) que se registraron en 2022 dejaron —además de incomunicación por el colapso vial e inundaciones urbanas— 80 muertos y 14 mil viviendas afectadas. En total, más de 60.000 personas perjudicadas (26.000 familias), según datos del ministro de Interior y de Justicia, Remigio Ceballos. Estas cifras bien pudieron ser menores e incluso inexistentes, si el Poder Ejecutivo, en todos sus niveles, hubiera tenido en agenda la atención de los sistemas de drenajes y el mantenimiento a las presas de retención de sedimentos en las cuencas hidrográficas.
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El comportamiento habitual del gobierno ha sido «como vaya viniendo, vamos viendo». Aunque el año pasado se informó que durante la temporada de lluvia se crearon unos 33 refugios fijos y se distribuyeron más de 900 toneladas en insumos en 14 de los 23 estados del país, no se tienen reportes de las acciones de mantenimiento previas a la época lluviosa.
«Los desastres no son naturales, por más que intervengan fenómenos naturales. Son el resultado de procesos históricos, sociales y materiales», aseveró a finales de año a TalCual, Desastres se intensifican por fallas en gestión de riesgos y cero cultura preventiva, Rogelio Altez, antropólogo de la (UCV), quien se ha dedicado a investigar el impacto de los desastres en la población.
Sin lluvias
Ahora que las lluvias cesaron es el momento perfecto para que el Gobierno haga mantenimiento tanto a los sistemas de drenaje primarios o macrodrenajes, que son todos los cauces, quebradas y canalizaciones y los drenajes secundarios o microdrenajes, que son las cunetas, sumideros, rejas, colectores, las tanquillas y todo lo que conforma la red en sectores urbanos, explica a TalCual José Luis López Sánchez, investigador del Instituto de Mecánica de Fluidos de la UCV.
López Sánchez, también Individuo de Número de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, explica que lo primero que debe hacerse es una inspección a todas las obras. En el caso de Caracas menciona que las autoridades deben hacer un diagnóstico, por ejemplo, a las presas de las quebradas Anauco, Cotiza y Catuche a fin de constatar el grado de sedimentación.
Detalla que algunas de esas estructuras son presas abiertas que se obstruyen por ramas y árboles. Hace referencia también a obras ubicadas en ríos del estado Vargas y apunta que las que tienen daños más significativos son las de los ríos Camurí Grande, Camurichico (hacia el este del litoral central) y la de la quebrada El Tigre, en la cuenca del río Mamo (al oeste), debido a que presentan grandes problemas de erosión.
«Estimamos que 70% de las presas están sedimentadas y algunas están en peligro de colapso. Es necesario ver la magnitud de los sedimentos en los diques y contradiques y para ello es menester remover la vegetación para ver el estado en el que se encuentran las obras”, expone.
Este 20 de enero, el viceministro para la Gestión de Riesgos y Protección Civil (PC), mayor general Carlos Pérez Ampueda, sostuvo una reunión con las Regiones Estratégicas de Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (Redan) y las Zonas Operativas de Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades de PC para evaluar líneas de acción, equipamiento, capacidad operativa y proyectos a ejecutar en 2023 y así «fortalecer la prevención, el desempeño y capacidad de respuesta ante situaciones de emergencia».
En el encuentro dijo que se acordó formar tanto a funcionarios como a las comunidades, con cursos y talleres en materia de primeros auxilios, atención prehospitalaria, gestión de riesgo y actuación inmediata ante accidentes y eventualidades. A través de Twitter el Ministerio de Interior y de Justicia indicó que estas actividades buscan fortalecer la prevención; mejorar el desempeño y capacidad de respuesta ante situaciones de emergencias o desastres.
#20Ene || Autoridades de la Dirección Nacional de @pcivil_ve sostuvieron un encuentro en el cual participaron los jefes de las unidades regionales y estadales, con la finalidad de revisar las líneas de acción, capacidad operativa y proyectos a ejecutar en 2023. pic.twitter.com/lfMCvuOZmK
— MPPRIJP (@MijpVzla) January 20, 2023
Históricamente predecible
«Las lluvias forman parte de un ciclo históricamente predecible», afirma a TalCual el ingeniero civil José María de Viana. Precisa que las precipitaciones francas se presentan cada año entre junio y noviembre, por lo que es necesario que las ciudades y las autoridades establezcan rutinas de tareas que prevengan y atiendan las contingencias.
De Viana coincide con el investigador de la UCV, José Luis López Sánchez, en que es el momento ideal para hacer las labores de mantenimiento. «Ahora que las quebradas están secas es posible meter máquinas para remover vegetación, o en las presas para el control de sedimentos de los ríos», dice.
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Según De Viana, hace 20 años, antes de la llegada del chavismo al poder, las rutinas para la mitigación de riesgos tenían relevancia dentro de la gestión del otrora Distrito Federal.
«Ha habido un cambio de gobierno, tanto municipal como general. La gente que maneja las regiones ha descuidado este tema. Ha habido un deterioro en las competencias técnicas y muchos (funcionarios) no saben la importancia de atender estos problemas».
José María de Viana hace énfasis en que las cosas más urgentes a ser atendidas en Caracas durante la temporada seca es el sistema de drenaje secundario. Subraya que una muestra de que en los últimos años no se ha hecho nada desde el gobierno para frenar su deterioro son «las mismas lagunas» que se forman en las principales arterias viales de la capital apenas llueve.
Entre las razones enumeradas por De Viana para inspeccionar los sistemas de drenajes secundarios de las ciudades se encuentra el hecho de que las tuberías, en las temporadas de lluvias, pueden sufrir daños debido a la violencia del agua.
«Hay una regla y es que, al principio, los daños pueden ser pequeños, pero si no son atendidos se convierten en huecos grandes. Lo primero que verificamos es que no haya roturas o erosión», recuerda de los años que estuvo como presidente de Hidrocapital.
Detalla que para este personal capacitado debe meterse en los conductos en los que sea posible, mientras que los más pequeños deben ser inspeccionados con una cámara. «Una pequeña rotura puede ser desastrosa».
Agrega que solo visualizar los conductos naturales no es suficiente porque hay una parte del terreno que se impermeabilizó y ahora se produce más agua. «La ciudad la vemos (en la superficie), pero por debajo del suelo hay una red de tuberías que se instaló para que el agua de las lluvias no hiciera daño a la urbe», algo que sin mantenimiento igual sucede.