Grueso de auditorías para las elecciones del 21N comienzan a partir de agosto
De cara al 21 de noviembre están pendientes trece auditorías a realizar por los técnicos del CNE y con veeduría y acompañamiento constante de los representantes de los partidos políticos que participarán en las elecciones
Las elecciones no son simple campaña electoral, envío de máquinas a los centros de votación y la “fiesta democrática”, el latiguillo repetido por varios rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) para referirse al día de las elecciones. Las auditorías forman parte importante de los comicios, pues son las revisiones que hace el organismo al software, hardware y demás componentes necesarios para que la transmisión de un voto desde Tucupita, por ejemplo, hasta Caracas, se realice de forma óptima.
El cronograma electoral para las elecciones regionales y municipales, previstas para el 21 de noviembre, establece 14 auditorías. La primera de ellas corresponde a la revisión del software de selección de los organismo electorales subalternos (30 de junio), es decir, el sistema y procedimientos con los cuales se elegirán a aquellas personas que conformarán las juntas regionales, municipales y las mesas electorales.
Como explicó el director general de la Oficina Nacional de Planificación y Organismos Electorales Subalternos (Onoes), Luis Guillermo Piedra, a todas las organizaciones políticas nacionales, regionales e indígenas se les entregó un CD con la data de base para la selección de los integrantes subalternos, registro electoral correspondiente al mes de mayo de 2021, y el software de sistema automatizado para el proceso de selección y entrega de los números hash generados para la realización de la elección.
Pero hay otra auditoría que ordenó el CNE antes de las establecidas dentro del cronograma: la del sistema automatizado de votación, que inició el pasado 14 de junio. Para esto, el organismo designó a diez auditores externos, todos profesores universitarios especializados en áreas de sistemas e informática.
#AlMomento Rueda de prensa para presentar balance de la primera fase de la Auditoría Integral del Sistema Automatizado de Votación, a cargo de los 10 académicos, científicos, expertos que desde el 14 de junio se encuentran revisando el software de la máquina de votación pic.twitter.com/oUGUnwPVDM
— cneesvenezuela (@cneesvzla) July 2, 2021
La auditoría integral al sistema automatizado de votación es un proceso que hace el CNE para sí mismo, explica Luis Lander, director del Observatorio Electoral Venezolano (OEV). “Tiene distintos módulos para revisar las distintas cosas que componen el sistema electoral, y enmendarlas. Todo esto se hace antes del proceso de auditorías del software, es decir, se hace con antelación para poder enmendar alguna falla ante esa auditoría con partidos y ya esté resuelta. De los diez auditores, cinco fueron designados por el rector Carlos Quintero y cinco por el rector principal Roberto Picón, y son todas personas con calificaciones suficientes”.
En un primer balance, dado el 2 de julio, los auditores aseguraron que el software hasta ahora “cumple con lo esperado” en cuanto a seguridad y funcionamiento. De su parte se han hecho recomendaciones para mejorar algunos aspectos actuales, que no están relacionados con la integridad del voto o identidad del elector.
“Lo que se espera de un sistema de votación y una máquina de votación se cumplen a grandes rasgos. Si esa calidad del trabajo se mantiene, podremos dar un informe final sobre lo que hemos visto”, afirmó el profesor de la Universidad Simón Bolívar Robinson Rivas.
Además, Rivas dijo que el grupo de diez auditores espera poder revisar la transmisión de datos, hacer una inspección del software de producción de máquinas y una revisión a la propia máquina de votación y el captahuellas.
Por su parte, el profesor Emilio Hernández reiteró que el software actual fue desarrollado bajo especificaciones dadas por el CNE, “y que refleja de algún modo la madurez que ha tenido la institución de llevar procesos electorales de forma automatizada”.
Auditorías pendientes
De cara al 21 de noviembre todavía quedan pendientes trece auditorías a realizar por los técnicos del CNE y con veeduría y acompañamiento constante de los representantes de los partidos políticos que participarán en las elecciones.
Tan solo dos auditorías para estos comicios tienen uno o dos días menos que lo establecido en el cronograma electoral de 2020. Estas son las auditorías de producción de máquinas de votación y de predespacho de dichas máquinas. El resto de las actividades se mantiene igual o se le agrega máximo tres días (auditoría de datos electorales fase I).
La más cercana es la auditoría del Registro Electoral, prevista para el 3 de agosto. Aquí se revisarán y realizarán los descargos sobre posibles problemas con identidad o duplicidad de electores, cambios inconsultos de centros de votación, entre otros aspectos.
Para septiembre están previstas las auditorías del software de máquinas de votación (6 al 17 de septiembre) y de datos electorales ADES Fase I (17 al 24 de septiembre). En octubre hay pendientes otras cuatro, que corresponden a la revisión de los cuadernos de votación (11 al 13 de octubre); archivos de máquinas de votación (15 de octubre); el software de totalización (18 al 29 de octubre); y la producción de máquinas de votación (26 de octubre al 12 de noviembre).
Noviembre es el mes más movido en cuanto a auditorías se refiere, a pesar de ser el mes de las elecciones. Además de la revisión de la producción de máquinas de votación, se hacen las auditorías de infraestructura tecnológica electoral (1 al 5 de noviembre); de predespacho de máquinas de votación (14 de noviembre); de puesta cero de los centros nacionales de totalización (19 de noviembre); de telecomunicaciones Fase I (20 de noviembre); de telecomunicaciones Fase II (22 de noviembre); y por último, de datos electorales ADES Fase II (29 de noviembre al 3 de diciembre).
Panorama actual
Luis Lander, director del Observatorio Electoral Venezolano (OEV), recuerda que se están dando dos procesos de auditorías distintos: las 14 contempladas en el cronograma electoral, que se hacen con participación de los técnicos del CNE y de organizaciones políticas participantes, y la auditoría integral del sistema automatizado de votación.
“Por lo menos hasta la elección de la asamblea nacional constituyente, hasta que estuvo Smartmatic en 2017, las auditorías se hacían bien y los técnicos quedaban satisfechos. Con esto no estoy diciendo que tenemos el mejor sistema automatizado, pero estos procesos permitían garantizar que efectivamente el voto emitido se registraba, se transmitía, se contaba bien”, señala.
En las elecciones siguientes, dice Lander, hubo distorsiones que incluso fueron denunciadas por Smartmatic, como el abultamiento del número de votos para la ANC. Además, recuerda que debido al incendio en los galpones del CNE, ocurrido en marzo de 2020, se tuvo que cambiar el parque automatizado del organismo.
“Allí se produjo un proceso poco transparente de compra de máquinas, el software que utilizan, todo eso que involucra al sistema automatizado y que ya se conocía cuando la licitación la tenía Smartmatic. Los técnicos lo conocían y sabían que el problema no estaba allí, había problemas en el sistema electoral venezolano pero no en la parte automatizada”, afirma el director del OEV.
Una de las cuestiones que ha quedado claro en este nuevo proceso de auditorías, en especial la del sistema automatizado de votación, es que no hay grandes diferencias ni novedades entre los software desarrollados por Smartmatic y ExClé.
Entre ellas que las máquinas utilizan Windows 10, aunque actualmente tienen una versión no licenciada, o que los archivos del hardware están protegidos para evitar alteraciones antes del evento electoral.
El director del OEV resalta que si un aspecto del sistema funciona mal, afectará al resto. “Las máquinas pueden estar bien, recoger los votos, pero si el proceso de transmisión o totalización falla, el sistema en su conjunto no funciona bien”. Destaca que la auditoría del software de las máquinas de votación es crucial, al igual que los cuadernos de votación, pero insiste en que se trata de un conjunto de procesos que deben funcionar al unísono para que en el día de la elección no se presenten problemas.