Hernán Jabes: Me sorprende que «Jezabel» esté en las carteleras de cine de Venezuela
El más reciente trabajo del realizador chileno-venezolano, «Jezabel», es una cinta «provocadora, transgresora e incómoda», que muestra la perversión y maldad de un grupo de jóvenes que crecen en la crisis política, social y económica de la Venezuela de 2017
«Ay, qué buena película, increíble actuación, la fotografía, pero me hubiera gustado no verla», le confesó una actriz española al cineasta chileno-venezolano Hernán Jabes (Santiago de Chile, 1969), luego de visionar en el pasado Barcelona Film Festival su más reciente película: Jezabel, y quien firma esta nota comparte la conclusión de la actriz.
Y es que este largometraje de suspenso, una adaptación de la novela homónima de Eduardo Sánchez Rugeles, narra una historia difícil de digerir, perversa y donde reina la maldad y la impunidad.
*Lea: #AgendaCul | Cine, teatro y buena música para no pasar el fin de semana aburridos
«La película es provocadora, transgresora, incómoda; en ella todo tiene un porqué. Está pensada para que no se te olvide, para que quede en tu cabeza. Me gusta su provocación, que no sea políticamente correcta, que en ella no mande la hipocresía», explica el realizador residenciado en México.
Fue justamente la «falta de corrección política, desparpajo y analogía» con algunos grupos que conforman la sociedad venezolana lo que llamó la atención y motivó a Jabes a llevar esta historia a la gran pantalla. Para la escritura del guion trabajó con Sánchez Rugeles: «Fue muy lúdica la relación, un encanto, repetiría trabajar con Eduardo», revela el también director de Macuro, la fuerza de un pueblo (2008) y Piedra, papel o tijera (2012).
Jezabel es una adaptación de la novela homónima de Eduardo Sánchez Rugeles | Foto: Cortesía
Jezabel está ambientada en el 2033, en una Caracas en la que no quedan rastros del rojo y los «ojitos del eterno» apenas se divisan en las ruinas de construcciones inconclusas. En ese país post revolución bolivariana un periodista dedicado a recopilar casos de violaciones a los derechos humanos, «para hacer memoria», comienza a indagar en el asesinato, en 2017, de una adolescente que fue amiga y amante de su pareja: Alain Barral.
En esos viajes al pasado, Alain recuerda a cuatro estudiantes de bachillerato que, en medio del caos político, económico y social de la Venezuela de finales de la segunda década del 2000, viven despreocupados entre sesiones de sexo, drogas y juegos psicológicos; hasta que muere una de las chicas del grupo.
La cinta mantiene la esencia del libro, pero es otra cosa, «tiene un giro distinto al final», advierte Jabes. También apunta que pareciera estar dirigida a un público joven, pero en realidad es «para todo el mundo», –aunque confiesa que se la mostró a su madre con un «poco de vergüenza, pero ella entendió la idea»–.
Gabriel Agüero (Yo y las bestias), Eliane Chipia, Shakti Maal y Johanna Juliethe interpretan al cuarteto de amigos; y Erich Wildpret (Elipsis), encarna a Salvador Grasso, el periodista. Completan el elenco Diana Volpe, Armando Cabrera y María Conchita Alonso, quien tiene una pequeña participación en la cinta; pero era un talento indispensable para el director.
«María Conchita es un símbolo. Aunque sale muy poco en la película su presencia es fundamental. Tener a una figura como ella, que ha sido tan crítica del chavismo en ese papel y diciendo lo que dice, me pareció una analogía fabulosa. Le planteé la idea, a ella le gustó y lo hicimos», cuenta el director.
Agüero, Chipia, Maal y Juliethe se alzaron con los premios a mejor actor y mejor actriz de reparto del 18 Festival del Cine Venezolano, donde la cinta también se llevó el galardón que otorga la prensa y el de mejor edición y montaje. El Barcelona Film Festival fue otro espacio que reconoció el trabajo actoral de Agüero.
Jezabel tardó seis años en llegar a la pantalla grande, Jabes tuvo primero que parar el rodaje para conseguir financiamiento y luego la pandemia retrasó otros procesos; sin embargo, aclara que esta pausa le sirvió a él y al elenco en el desarrollo de los personajes.
«Resultó de maravilla para la construcción del Alain en la etapa adulta, de verdad Gabriel estaba trabajando con recuerdos. Ha sido mi mejor filmación, el mejor rodaje», asegura.
Gabriel Agüero, Eliane Chipia, Shakti Maal y Johanna Juliethe interpretan al cuarteto de amigos | Foto: Cortesía
Algunas escenas del largometraje pueden llevar al espectador –por su estética y composición– a recordar escenas de Melancolía y Ninfomanía, obras del polémico Lars Von Trier, cineasta con el que Jabes comparte su «carácter», aunque aclara que no hace referencia ni guiños a su filmografía.
«Puede tener una referencia a Von Trier en su carácter, porque me gusta su carácter, pero también se pueden encontrar otros, pero no es algo intencional. De Von Trier admiro su insistencia, me gusta su transgresión y rebeldía», indica.
En esta obra acompañan a Jabes, Adrián Geyer en la producción; Gerard Uzcátegui, en la dirección de fotografía; y Alfredo Correia, en la dirección de arte. La música es de Tomás Barreiro y temas de la banda venezolana Famasloop.
Jezabel y la memoria
El realizador venezolano, quien tiene más de un lustro residenciado en México, pero sigue ligado a Caracas y con familia aún en el país, coincide con el periodista del filme en que, tras procesos políticos y sociales, como los vividos en Venezuela y Chile, la reconstrucción de la memoria es fundamental.
«Nosotros como país necesitamos reconstruir nuestra memoria adecuadamente, para entender cuáles son los próximos pasos, hacia dónde avanzar y no cometer los mismos errores que cometemos una y otra vez», señala y advierte que es poco lo que está haciendo el cine local por esto.
«Creo que el cine venezolano no ha sido tan responsable como debería al dejar un legado de una época, su cultura y gente. Cada uno está por su lado haciendo lo que más le gusta», aunque hace la salvedad de que hasta cierto punto es comprensible: «el cine venezolano está en crisis, como el país», sentencia.
«Soy de los cineastas que me gusta no solo entretener con cualquier género, sino dejar cosas y dejar un legado de una causa, algo que quede ahí, como constancia de lo que somos como país”, añade.
*Lea: Sergio Monsalve: «El cine no aguanta más una polarización como la de hace cuatro años»
Jezabel se estrenó en las salas de cine de Venezuela el pasado 11 de agosto, luego de pasar por los festivales de Miami (EEUU), Barcelona (España) y Mérida (Venezuela) –y aún le esperan otras citas en Asia y Europa–, hasta el momento de esta entrevista la receptividad de la cinta ha sido «positiva, incluso de gente a la que le parece que la historia es muy chocante, pero reconoce que es una buena película», precisa Jabes.
También hay quienes al verla temen que es poco el tiempo que estará en cartelera, por la crudeza de sus escenas. Auguran que pueda ser censurada.
«A mí ya me sorprende que esté en cartelera, y estoy agradecido. El Estado tiene un discurso de apertura, que por lo menos se está viendo en la cultura. Se está proyectando la película», dice Jabes.