Hipólito Abreu, el verdugo de su partido Tupamaro
- Pugna interna del partido Tupamaro tiene como operador al ministro de Transporte de Nicolás Maduro, que se peleó con sus compañeros en diciembre de 2019. El PSUV no quiere perder las tarjetas de los aliados, que tienen un peso pequeño pero relevante en el desempeño electoral del chavismo
Los partidos Comunista de Venezuela (PCV) y Patria Para Todos (PPT) anunciaron que, junto a otros movimientos de base, marcan distancia del gobernante PSUV. No es poca cosa. Son partidos que, cada vez más, representan un voto importante para las aspiraciones electorales de Nicolás Maduro.
Ahora el primero recibe la visita «tun tun» del Sebin y el segundo está a la expectativa de que el Tribunal Supremo intervenga su directiva, como antes pasó con los partidos opositores. El partido Tupamaro no había anunciado formalmente que marcara distancia del PSUV, y tampoco tuvieron tiempo pues la guadaña judicial le cortó la cabeza a la directiva que tenía.
De los partidos aliados del chavismo gobernante, solo Tupamaro tiene un representante en el gabinete de Nicolás Maduro. Es cierto que los partidos que han acudido en conjunto con el PSUV a procesos electorales logran reunir más del 20% de los votos a favor del mandatario, según datos del CNE, pero la conformación de gobierno nunca refleja tal proporción.
La gran excepción es Hipólito Abreu, el militante de Tupamaro y ministro de Transporte. El cargo lo ocupa desde 2018, luego de haber encabezado desde el año anterior el Instituto de Ferrocarriles del Estado (IFE). El funcionario ahora está en el centro de la polémica partidista, pues es señalado por sus compañeros de ser quien lanzó la estocada judicial sobre la tolda «revolucionaria».
Desde la dirección nacional de Tupamaro lo responsabilizan por la acción. De hecho, aseguran que es algo que comenzó hace meses. La primera denuncia la hicieron en junio pasado cuando Juan Carlos Duque Moncada, uno de los operadores de Abreu y quien fue nombrado por el ministro apenas asumido su cargo gerente general de registros del Instituto Nacional de Transporte Terrestre, le decía a militantes de Tupamaro en Guárico -donde hizo carrera como funcionario- que quien no apoyara «lo que nosotros presentamos en el Tribunal Supremo de Justicia, por iniciativa de Hipólito, debía ser «sacado de la estructura», sustituido, neutralizado, desconocido.
No es casual, afirman desde la tolda rojinegra, que apenas el TSJ intervino el partido y desplazó a la directiva por una encabezada por Williams Benavides como nuevo secretario nacional de organización, Hipólito Abreu le manifestó en redes sociales su apoyo. «Tupamaro es una fuerza rebelde, LEALES a sus principios Revolucionarios y decididos a ser libres», decía también su mensaje en Twitter.
La cultura de la esclavitud es la principal arma del imperio contra los pueblos oprimidos, Tupamaro es una fuerza rebelde, LEALES a sus principios Revolucionarios y decididos a ser libres.
Total apoyo al camarada Williams Benavides.#TupamaroRebelde#LosRebeldesSomosMás pic.twitter.com/h1lxVwxdXE— Hipólito Abreu P (@HipolitoMRT2) August 19, 2020
Abreu había dicho, en una reunión del 19 de diciembre de 2019 que no acompañaría la relegitimación de la directiva de Tupamaro. Ese día fue el proceso de votación interna, y el ministro no participó. Sí dijo: «Dentro de ese proceso de relegitimación en la forma que está planteado aquí, este humilde servidor, no está dispuesto a participar. Relegitimar acá es dar continuidad a lo que hasta ahorita ha venido ocurriendo. Siento que a mí, en esta dirección, tal como está conformada ahorita, se me agotó el tiempo».
En ese proceso fue ratificada por mayoría la «dirección nacional ampliada y operativa» del partido, y los militantes tupamaros afirman que también ese día Hipólito Abreu «materializó su renuncia a la organización». Hasta entonces se desempeñaba como Secretario de Organización Nacional.
Meses más tarde, vino el contraataque. Ares Di Fazio, quien sustituyó a Abreu como secretario nacional de organización y ahora fue desbancado por los magistrados, ha dicho que los desplazados «vamos a enfrentar a la oligarquía, al imperialismo y a los factores reformistas poderosos que han consumado el robo del partido». Junto a sus compañeros, han denunciado que la prisión decretada contra José Pinto forma parte de esos ataques.
Según publicó Infobae, se trató de una jugada tras la cual está Tareck El Aissami, ministro del Petróleo, en su avance por el poder. «Aissami convenció a Hipólito para que le quitara el partido a Pinto. Ahí empezó la pugna».
Otro militante de Tupamaro, Oswaldo Rivero, afirmó que “el partido fue asaltado”, luego de perseguir a Pinto -señalado por un caso de homicidio- sin tener elementos, a su juicio. «Se le violentó la inmunidad parlamentaria», añadió sin señalar a Hipólito Abreu.
Mientras tanto, Benavides, que es diputado aunque no asiste a la Asamblea Nacional desde 2016, avanza y con el apoyo de Hipólito Abreu ha puesto a disposición del PSUV la tarjeta de Tupamaro para una «alianza perfecta» con la tolda gobernante. De esta forma, evitarán lo ocurrido en procesos anteriores donde algunas distancias se marcaron en las regiones cuando Tupamaro lanzó candidaturas propias, como sucedió en Apure, Mérida, Portuguesa y Trujillo, en las regionales de 2012.
El ejemplo de Hipólito Abreu es el que ahora estarían por seguir militantes del PPT, como Ilenia Medina, según el secretario general del partido azul, Rafael Uzcátegui. La diputada sería quien activaría una solicitud al TSJ para intervenir la tolda.
El objetivo de Miraflores es que las tarjetas del cada vez más inexistente Gran Polo Patriótico apoyen a los mismos candidatos, los suyos. Después de todo, la historia electoral reciente indica que PCV, PPT y Tupamaro funcionan como chiripero, pero suman.
En 2012 le dieron a Hugo Chávez la diferencia electoral necesaria para ganar las elecciones presidenciales frente a Henrique Capriles. Meses más tarde, esos y otros «aliados» le dieron a Nicolás Maduro 22% de su votación en la cerrada contienda con el exgobernador de Miranda que terminó con 1,49% de ventaja, según cifras oficiales de 2013. En 2018, en la «reelección» de Maduro pesó 15,5% de sus más de 6 millones de votos anunciados por el CNE.
Entretanto, Juan Carlos Duque Moncada fue acusado en julio 2020 por el Ministerio Público que encabeza Tarek William Saab de participar de una red de legalización de vehículos robados. Fue detenido el 23 de julio por la Dgcim. Su récord muestra varios escándalos por presunta corrupción.
Y la militancia de Tupamaro reclama ante el Tribunal Supremo la decisión que se asemeja a las tomadas con Primero Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática, Movimiento Republicano y Copei. El jueves 20 de agosto hubo una protesta ante el TSJ.
#20Ago 11:24am #Caracas #Protesta
Movimiento Tupamaro protesta frente al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), para rechazar la decisión de imponer una junta ad hoc al partido de izquierda.- @mgutierrezphoto pic.twitter.com/PjtXZLssLO— Reporte Ya (@ReporteYa) August 20, 2020