Hipotecando el país, por Teodoro Petkoff
Están pasando por debajo de la mesa las insólitas y absolutamente anticonstitucionales operaciones de venta a futuro de nuestro petróleo por parte del gobierno de Chacumbele. Éste fue a Brasil a pedir 4.300 millones de dólares prestados y ¿qué dio como garantía? Petróleo de la Faja del Orinoco a los precios de hoy. Con China y Japón se han concretado operaciones similares de crédito público por 8 mil y 3 mil 500 millones de dólares con garantía de petróleo a futuro, pero a precios actuales.
Ante todo, es preciso señalar que tal hipoteca sobre el petróleo contradice explícita y tajantemente el artículo 12 de la Constitución que, una vez más, Chacumbele se pasa por el forro olímpicamente. Dice ese artículo, que copiamos íntegro: «Los yacimientos, mineros y de HIDROCARBUROS, cualquiera que sea su naturaleza, existentes en el territorio nacional, bajo el lecho del mar territorial, en la zona económica exclusiva y en la plataforma continental, pertenecen a la República, son bienes del dominio público y, por tanto, INALIENABLES E IMPRESCRIPTIBLES. Las costas marinas son bienes de dominio público». No parece necesario explicar nada porque el texto es meridianamente claro: el petróleo venezolano es inalienable, es decir, sobre él no se puede constituir hipoteca de ningún tipo y por tanto no puede ser utilizado como garantía de ninguna operación financiera que adelante la República. Es más, en el artículo 301 se establece que «No se podrá otorgar a personas, empresas u organismos extranjeros regímenes más beneficiosos que los establecidos para los nacionales». Ningún venezolano puede recibir petróleo como garantía.
¿Por qué sí los extranjeros? Y el 303 pauta que «el Estado conservará la totalidad de las acciones de Pdvsa«.
Pero, el principal activo de Pdvsa ahora está siendo hipotecado, lo cual compromete parte de las acciones del único accionista, el Estado venezolano.
Para cubrir con barniz legal el estupro a la Constitución, ya el propio Presidente había modificado por decreto, pasando también por encima de la normativa constitucional, la Ley de Administración Financiera del Sector Público, permitiendo el otorgamiento de las garantías «a que hubiere lugar», es decir, el petróleo puede ser dado en garantía para la deuda nacional.
Podría uno imaginar la gritería que habrían armado estos «nacionalistas» y «socialistas» si algún gobierno anterior hubiera realizado una operación semejante.
«Traición a la patria» es lo más menudo que habríamos escuchado. Ahora bien, ¿ha habido, aunque sea por cubrir las formas, alguna autorización parlamentaria a tal operación? No. ¿Ha habido una explicación del propio Presidente sobre este plan antinacional? No.
Nos hemos enterado por la prensa brasileña. Yo-ElSupremo no sólo no piensa estatizar ninguna empresa brasileña sino que, en la práctica, permite al Estado brasileño (porque el banco prestamista es estatal) nacionalizar parte de nuestras reservas petroleras de crudos pesados. Con «nacionalistas» así, los países que miran hacia nuestro petróleo no necesitan entreguistas en nuestro gobierno.
Por primera vez en nuestra historia el subsuelo venezolano ha sido entregado a intereses extranjeros, contradiciendo doctrina asentada por el mismísimo Simón Bolívar.