Hoteles «premium» sobreviven diversificando su modelo de negocios por escasez de clientes
La estrategia de negocios de los hoteles cinco estrellas no depende en gran medida de los temporadistas, sino más bien de viajes de negocios, actividades políticas o diplomáticas, y eventos en los que participen artistas o deportistas, razón por la cual Caracas congrega la mayor cantidad de establecimientos de lujo sin tener tanto atractivo turístico. El perfil más empresarial de este segmento de la hotelería facilita el alquiler de sus espacios para organizar eventos como conferencias, charlas y bodas como mecanismos alternativos de financiamiento
Como muchas de las actividades económicas del país, el sector hotelero atraviesa una mala racha y ni siquiera los servicios de más alta gama quedan al margen de la crisis, pues a raíz de sus bajas tasas de ocupación y sus elevados costos de mantenimiento, han optado por diversificarse para sobrevivir.
Los ocho años de contracción económica padecidos por Venezuela entre 2014 y 2021 impactaron con mayor fuerza a la hotelería, especialmente por su estrecha vinculación con el turismo, un sector marcado no solo por la caída del Producto Interno Bruto (PIB), sino también por la cuarentena por covid-19 que limitó la movilidad tanto nacional como internacional.
Durante 2020 y parte de 2021 hubo una paralización casi total de la industria turística en Venezuela. En este período se detuvo el tránsito aéreo internacional, sumado a restricciones de movilidad interna y escasez de gasolina, lo que además se combinó con la pérdida de poder adquisitivo del venezolano. Como resultado, la población nacional no tenía los medios para hacer turismo y los extranjeros no podían acceder al país.
Esta crisis llevó al sector hotelero a afrontar mínimos históricos. En 2020, año en el que inició la cuarentena en Venezuela, la ocupación de las habitaciones de hoteles cayó menos de 10%, según cifras ofrecidas por el Consejo Superior de Turismo (Conseturismo). Constituyó una reducción importante frente a 2019, cuando a pesar de la crisis se consiguió un 30%.
El sector empezó a aliviarse a partir del levantamiento de las restricciones de la cuarentena, en 2022, un proceso acompañado además por un repunte de la actividad económica y una recuperación modesta de los salarios reales. La ocupación hotelera de ese año alcanzó 40% y se sentaron buenas expectativas de cara a 2023.
El desempeño de la economía no ha sido el esperado en el transcurso del año. Datos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) estiman, en promedio, una caída de la actividad económica de 2,4% en estos primeros nueve meses del año, pese a que los últimos tres han empezado a mostrar signos positivos de recuperación.
Para el sector hotelero, el problema es complejo, ya que a este contexto se añade la proliferación de alternativas como el alquiler de casas y apartamentos, una tendencia que se ha extendido en los últimos años y compite frontalmente contra la hotelería.
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Pero el segmento de alta gama, los hoteles de cuatro y cinco estrellas —en especial los últimos—, apuntan a un público distinto, apelan a ese 4% de la población que genera ingresos superiores a 600 dólares, según mediciones hechas por Ecoanalítica.
De acuerdo con Conseturismo, el rendimiento de estos hoteles no es mucho mejor que el del resto del sector. En el transcurso del año, la ocupación ronda 30%, similar a la de los establecimientos de tres estrellas o menos.
Sin embargo, su estructura de costos les impulsa a gastar mucho más dinero, por lo que depender únicamente de la ocupación habitacional en este contexto es inviable para la sustentabilidad del negocio.
«La ocupación de los hoteles de cuatro y cinco estrellas en 2023 no ha tenido un repunte importante en comparación con el año pasado. Por eso vemos la diversificación del modelo de negocio. Un hotel que viva solo de habitaciones, no existe», destacó Leudo González, presidente de Conseturismo.
El diminuto mercado al que pueden apuntar los hoteles de este perfil ha hecho que exista una oferta demasiado amplia para una demanda tan reducida, por lo que el alojamiento no puede ser la única fuente de financiamiento; así que se han centrado también en el alquiler de sus espacios para diversos fines, usualmente, la organización de eventos empresariales.
«No hay mercado para tanta gente. Vemos que se hacen muchos eventos en establecimientos muy conocidos, donde tienen en oferta muchos salones y todos los días están ocupados. Este modelo de negocios complementa al alojamiento», explicó González.
Reglas de juego distintas
Los hoteles cinco estrellas juegan con reglas distintas dentro de la industria, no solo dentro de la coyuntura económica del país, sino desde que nació esta rama de la hotelería nacional.
La categoría de cinco estrellas se otorga a los hoteles que cumplen con una serie de elementos normados por el Gobierno, ente encargado de categorizar a los hoteles. La característica principal de estos recintos es su tamaño, pues son instalaciones enormes con cientos de habitaciones, que además cubren todos los servicios y ofrecen exclusividad a sus clientes.
El presidente de la Federación de Hoteles de Venezuela (Fenahoven), Alberto Vieira, explicó a TalCual que este proceso está en manos del Ministerio de Turismo y que tras la pandemia, ha incrementado la categorización de instalaciones hoteleras.
«Es un proceso administrativo aplicado a establecimientos de alojamiento turístico para medir la calidad y cantidad de servicios que los establecimientos ofrecen a sus huéspedes. En este período post pandemia, con el ministro Alí Padrón, cerca de 10 hoteles han sido categorizados», detalló.
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La mayoría de estos hoteles cinco estrellas se encuentran en las grandes ciudades, que no son destinos típicamente turísticos. Por ejemplo, pese a ser un destino que no destaca particularmente por su interés turístico, Caracas cuenta con 11 hoteles adscritos a la Asociación Venezolana de Hoteles Cinco Estrellas (Avecintel):
- Hotel President
- JW Marriott Hotel Caracas
- Hotel Tamanaco
- Hotel Humboldt
- Waldorf Hotel Boutique
- Eurobuilding Hotel & Suites
- Pestana Caracas
- Meliá Caracas
- Centro Lido
- Renaissance Caracas Hotel
- Hotel Altamira Suites
Esto se debe a que el perfil de los clientes que se hospedan en este tipo de recinto no corresponde con el turista tradicional, sino que reciben principalmente a personas de las altas esferas políticas, diplomáticas o empresariales que necesitan pernoctar en la ciudad por motivos específicos.
«El mercado se divide entre altos ejecutivos, diplomáticos, políticos, deportistas, artistas; así como gente que hace negocios o eventos. Hay un segmento de turismo que llega, pero no es lo que estamos acostumbrados a ver», subrayó González.
Por supuesto, hay destinos turísticos con hoteles de lujo. En Nueva Esparta se concentra una cantidad importante de ellos, pero el turismo de lujo no siempre va de la mano con hoteles cinco estrellas.
Conseturismo indica que los destinos turísticos más solicitados en el segmento «premium» este año han sido Margarita, Anzoátegui, Morrocoy, Mérida, Los Roques y Canaima; estos últimos cuatro lugares destacan por sus posadas y campamentos, que suelen apostar por el lujo, pero quedan al margen de la categorización de hoteles de cuatro o cinco estrellas.
Entonces, la ocupación de los hoteles de mayor perfil suele concentrarse en las grandes ciudades, como Caracas, Valencia o Maracay, con el añadido de Margarita que sí destaca como destino turístico y también como hogar de hoteles de lujo.
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Expectativas para 2024
A pesar de que los resultados de los últimos nueve meses no fueron los esperados y que el sector turístico —y consigo el hotelero— no crecieron, hay señales suficientes para esperar un mejor rendimiento el próximo año.
Uno de esos indicios tiene que ver con la inversión, pues desde Fenahoven indican que el segmento premium empieza a inyectar dinero en algunos proyectos en destinos turísticos tradicionales.
«Hemos visto inversiones interesantes que se están desarrollando en zonas de gran atractivo turístico, orientadas al segmento premium, como lo son Los Roques, la región capital, Canaima, Margarita, Anzoátegui. Hay una dinámica en torno al turismo venezolano bien interesante», apuntó Vieira.
El incremento de esfuerzos en el sector no parece ser en vano, pues sí existe un mercado potencial, solo que está alejado de los servicios hoteleros. Las agencias turísticas reportan índices importantes de movilidad desde el exterior hacia el país y también internamente, pero estos movimientos no se reflejan en una mayor ocupación.
«Cuando comparas la ocupación con lo que nos reportan las asociaciones y cámaras de turismo sobre la llegada de turistas, hace contraste porque hay un incremento. La pregunta que nos hacemos es ¿a dónde está llegando esta gente? No está llegando a la hotelería formal», sostuvo González.
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En efecto, el Ministerio de Turismo adelanta a estas cámaras un crecimiento importante en materia de visitas al país. La activación de vuelos internacionales con cada vez más países y frecuencias ha impulsado de manera sustancial la estadística de ingresos al territorio nacional y se buscan nuevas oportunidades teniendo en cuenta este contexto positivo.
Hace apenas unos días, la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (Fedecámaras) firmó un acuerdo de cooperación comercial con el gremio que conglomera a las cámaras de comercio e industria de Curazao. Entre las oportunidades de negocio que pueden aprovecharse, la que más destaca es la turística.
Tan pronto como se firmó este acuerdo, se dio a conocer un proyecto en desarrollo que permitiría conectar la vía marítima de Venezuela con la de Curazao mediante viajes en ferry, lo que abriría las puertas para que venezolanos visiten la isla caribeña por precios reducidos, pero también a que turistas de Curazao tengan un acceso rápido a Venezuela.
Para el representante del gremio turístico, Curazao ejemplifica las oportunidades en las que se puede trabajar en esta materia, ya que es un territorio que es visitado por miles de neerlandeses al año, potenciales clientes de la industria turística venezolana.
«A Curazao llegan unos 600.000 neerlandeses todos los años que pudieran venir a Venezuela si hacemos una promoción interesante para atraerlos, porque están a media hora de distancia», argumentó González.
Al esfuerzo privado también se suma el interés de los entes gubernamentales en posicionar mejor a Venezuela como país de interés turístico, con una mayor presencia en ferias internacionales y alianzas con otras naciones, como las ya firmadas con Rusia y Polonia, que facilitan el ingreso de extranjeros.
Considerando que hay una mayor conexión aérea, que se prevé un crecimiento económico para 2024 y que se promociona mejor el turismo venezolano, el sector ve con buenos ojos los meses venideros.