Hugólatra, por Teodoro Petkoff
¡Pobrecito Hugo! Todo lo que quiere es irse a Sabaneta a jugar con sus nietos, a descansar de tantos ajetreos y afanes, a velar por la famiglia, a ver si encuentra una mujercita que lo quiera, pero no puede. No puede. La Patria lo llama, a él, simple brizna de paja (y de paja de verdad) en el huracán de la revolución, y pesaroso y absolutamente contra su voluntad y contra su sensibilidad familiar, no le queda más remedio que atender esa exigencia inescapable, que desde el fondo de los tiempos le formula el mismísimo Simón Bolívar. ¿Cómo desatender un requerimiento del Padre? Él, que es tan buen hijo…
Además, la defensa de la Revolución lo obliga. Nos dice, transido de dolor, que cinco gobernadores golpistas y el alcalde metropolitano de Caracas (claro, apenas islas en el mar rojo-rojito, pero con el imperio por detrás) ya comenzaron a desmantelar los logros del régimen y Él, ya no sólo como reencarnación de Bolívar, y a ratos de Cristo, sino también del propio Che Guevara, debe montar en su Rocinante y salir, lengua en ristre, contra esos dragones. Imagínense ustedes, vocifera ante la fervorosa hinchada, que ese conspirador de Ocariz ha anunciado que va a rehabilitar en Petare treinta módulos de Barrio Adentro casi destruidos. ¡Qué señal más clara de sus intenciones golpistas! Pues bien, no se lo voy a permitir. Si esos módulos están en la lona es porque la revolución lo quiere y así se quedan; ¡que no intente Ocariz reconstruir lo que nosotros destruimos! ¡Lo pulverizaremos! Eso es lo que lo obliga. Sólo pitiyanquis, oligarcas y golpistas pueden confundir tanta generosidad y desprendimiento con un afán de perpetuarse en el poder.
Quedarse en Miraflores hasta que el cuerpo le aguante es meramente adjetivo, secundario, lo realmente sustantivo, lo que importa es el inmenso sacrificio que va a realizar. La famiglia tendrá que esperar, qué se va a hacer. Pero, además, quiere el asunto para ya, para ayer, no vaya a ser que la situación económica coloque ante los venezolanos preocupaciones más urgentes, como las de comer y vestirse y su falta de conciencia (porque fue por eso, por falta de conciencia, que obtuvieron su victoria de mierda el 2D) les impida captar la prioridad de su presidencia vitalicia. Podrían no comprender que la piedra angular del proyecto revolucionario es Él, que sin Él todo se va al diablo porque ni Diosdado, ni Aristóbulo, ni Jesse, ni Reyes Reyes ni ninguno de los inútiles que lo rodean podría dar continuidad a la Gran Obra. ¿Cómo podría alguien haber pensado que no iba a insistir en su objetivo? ¿Cómo no captan que el proyecto es Él, que el proyecto es Su poder personal? ¿Cómo pueden no entender que el gran error de Bolívar (porque algunos cometió el Padre, Él no era como yo, que soy infalible) fue no hacerse coronar rey? Chávez, que es su reencarnación, ¿se colocará la corona imperial? Hugo I.
Con lo que no cuenta es con que lo volveremos a revolcar. Porque lo volveremos a revolcar.