Ideas para Caracas, por Simón Boccanegra
Como ahora al director de este diario le ha dado por ocuparse de Caracas y sus nuevas autoridades, y hasta le ha abierto una carta de crédito a Barreto, por su discurso del otro día, le paré bola a sus ofertas. Está bien eso de volver a hacer de Caracas una ciudad simpática. Pero yo sabía que hacer de La Candelaria una “zona gastronómica”, con las mesas de los restaurantes en la calle, lo había oído antes. Busqué papeles viejos y, en efecto, Peña también prometió eso mismito.
Como se sabe, no quedó en nada. Espero que Barreto, no porque la idea fue de Peña, se vaya a echar pa’ trás. Aunque esa no sea propiamente una prioridad urbana, vale la pena y no cuesta nada. Pero mucho más importante que eso sería adecentar el Cementario General del Sur. Cuando uno sale de la autopista para coger la callecita que desemboca en el camposanto, tropieza de frente con una gigantesca pancarta de Bernal, boinacolorá terciada, diciéndonos que está recuperando el cementerio. Mentira podrida. El cementerio da vergüenza y siendo el de los pobres, un gobierno que se dice de ellos habría hecho de su recuperación una prioridad. Calles tan rotas como las de afuera, llenas de basura, de desperdicios de materiales de construcción, monte por todas partes, buhoneros que ofrecen desde cocaína hasta cerveza pasando por helados.A partir de ciertas horas el lugar es tomado por malandros arma en mano. Carajo, no se necesita ser Le Corbusier para acomodar esa vergüenza. Un mínimo de sensibilidad y un poquito de eficiencia son más que suficientes.