Guásimo, la planta que beben pacientes con VIH por escasez de antirretrovirales
Algunas pruebas clínicas pueden llegar a costar 50.000 bolívares soberanos, unos 87 dólares a la tasa del mercado paralelo
Quienes padecen el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en Venezuela, han tenido que recurrir a brebajes para enfrentar la escasez de antirretrovirales. Guásimo es el nombre de la planta que usan los pacientes por recomendación de los médicos.
“No tengo nada que perder (…) la mente lo que te trabaja es de una manera: me voy a morir, mi vida llegó hasta acá por un desfase en el gobierno, que no está cumpliendo con la medicación”, dice un hombre que lo consume desde hace cinco meses, el mismo tiempo que lleva el Instituto Venezolano de Seguros Sociales, sin otorgarle los fármacos.
Aunque el brebaje se ha tomado por años en distintos países de la región, entre ellos Brasil, como un tratamiento natural y complementario a enfermedades como la diabetes y el VIH, a Venezuela llegó por recomendación de algunos médicos porque dicen que mantiene altas las defensas de las personas con VIH, reseña la agencia de noticias Reuters.
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“Es un tratamiento complementario (…) porque el componente macerado de esas hojas es el tanino, que es un componente bioquímico que aparentemente tiene propiedades antivirales”, dijo el médico Carlos Pérez Pérez, parte del equipo de la organización no gubernamental Acción Solidaria, surgida en 1995 y que brinda atención integral a personas con VIH.
Desde inicios de este año cuando se acentuó la escasez de antirretrovirales, el médico recomienda a sus pacientes beber el licuado de las hojas de guásimo dos veces al día por un mes, en un consumo que puede ser una vez o dos al año.
El hombre que padece VIH cuenta que el brebaje sabe a lechuga licuada con agua
El internista José Félix Oletta, exministro de Salud y miembro de la Red Defendamos la Epidemiología, difiere de Pérez Pérez, «esa bebida no sirve absolutamente para nada, ni son tratamientos que tienen soporte”.
Algunas pruebas clínicas pueden llegar a costar 50.000 bolívares soberanos, unos 87 dólares a la tasa del mercado paralelo. Una caja de 30 pastillas de antirretrovirales, cuesta unos 85 dólares, según personas con VIH. El salario mínimo en Venezuela es de BsS 4.500 o unos 7,8 dólares al cambio paralelo.
Jhony Gómez, 30 años, diagnosticado con VIH en el 2012, manifestó que “el examen es tan costoso que ni dejando de comer» puede costearlo. «Los exámenes son pagados en dólares”, agregó. Además, dijo que ha conseguido sus medicamentos por donaciones privadas de ONGs, por lo que no se ha visto obligado a recurrir al guásimo.
En 2016 Venezuela tuvo 6.500 nuevas infecciones por VIH y 2.500 muertes relacionadas con el Sida, según un portavoz de ONUSIDA. En 2016 habían 120.000 personas infectadas por el VIH, de las cuales el 61% accedió a terapia antirretroviral.
La ONG Acción Ciudadana Contra el Sida denunció el 1 de diciembre en el Día Mundial de la Lucha contra el Sida que en Venezuela hay una escasez de 95% de medicamentos antirretrovirales y pidió ayuda humanitaria, en medio de la severa crisis económica que atraviesa el país.