Hospitales en Caracas permanecen custodiados para evitar protestas
En el hospital José María Vargas, el abastecimiento de agua era una de las preocupaciones de los pacientes y los familiares
Funcionarios de distintos cuerpos de seguridad se mantienen en las entradas o cercanías de hospitales en la ciudad de Caracas para evitar protestas de los pacientes, luego de las fallas que presentan algunos servicios tras el apagón ocurrido desde el jueves 07 de marzo.
Policía Nacional Bolivariana y su Fuerza de Acciones Especiales (FAES), Policía de Caracas, Guardia Nacional, Milicia, seguridad interna se encuentran en los accesos de entrada revisando a los familiares que van a los servicios de hospitalización o tras áreas.
Incluso en los alrededores se puede observar la presencia de»colectivos», como se conoce a los civiles armados afectos al oficialismo. Parados al lado de motocicletas, observan la entrada y salida del personal, e incluso se detienen a conversar con algunos trabajadores.
En el hospital pediátrico José Manuel de los Ríos, la entrada principal está cerrada y custodiada por la FAES y Policía de Caracas. La entrada a visitantes y familiares se hace por la emergencia, que debe justificar la visita o solo dejar comida o medicinas para que las retire la persona que ya está dentro del centro de salud.
Desde el fin de semana, la entrada al J.M de los Ríos está cerrada luego de que madres protestaran por la falla en la planta eléctrica, la falta de agua y la escasa alimentación que recibían los niños hospitalizados. Desde ese momento, al menos cuatro funcionarios de la FAES se mantiene en las cercanías del hospital.
Frente a la emergencia del hospital Miguel Pérez Carreño, perteneciente al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, se encontraban varias camionetas de la Policía Nacional Bolivariana, que incluso prestaba los vehículos para realizar el traslado de algunos pacientes.
En una emergencia donde se tenía que esperar turnos para ser atendidos dependiendo de los especialistas disponibles, se vivieron momentos de tensión cuando en la mañana del martes 12, dos camionetas abandonaron a una persona tiroteada en la entrada.
«Se estaban negando a recoger a ese muerto, hasta que los pacientes empezamos a reclamar y gritar y lo recogieron», dijo la familiar de una paciente que prefirió no ser identificada.
La mujer estaba esperando para ingresar y entregar algunos insumos y ropa a su familiar, que dio a luz luego de ser «ruleteada» por dos hospitales más. «Nos rebotaron y la llevamos a la casa, nos dijo que tenía dolores y llegó un momento cuando no podía caminar más, la revisamos y ya el bebé estaba saliendo. Al final tuvo al niño en la casa y la trajimos para que cortarán el cordón».
A pesar de contar con planta eléctrica, la luz no estaba garantizada para todos los servicios la noche del domingo 10. «Nosotros tuvimos que sacar los celulares y alumbrar para que le cortaran el cordón. Tu veías que unas partes de hospital estaban alumbradas y otras no», detalló la mujer.
En el hospital José María Vargas, el abastecimiento de agua era una de las preocupaciones de los pacientes y los familiares. Las autoridades del centro pusieron varios tanques de agua en la sala de atención al usuario, donde familiares y personal de salud llevaban sus botellas y tobos para ser llenados y cumplir con el aseo.