Emprendimiento asociativo como un eje contra la crisis, por Oscar Bastidas Delgado
En artículos anteriores expresamos nuestro deseo de una Venezuela convertida en República de Emprendedores como fórmula para superar el desierto organizacional generado por la quiebra y cierre generalizado de empresas del incapaz dúo militarista Chávez – Maduro. Insistimos en el tema.
Resolver la incógnita “¿cómo enfrentar problemas?”, es reto permanente de toda persona natural o jurídica en cualquier rincón del planeta. La pléyade de opciones posibles obliga a quienes asumen ese reto a diseñar organizaciones apropiadas con base en los esfuerzos y recursos reales y potenciales necesarios para lograr los objetivos estratégicos propuestos.
Hay problemas que atañen a un individuo que deberían ser resueltos por él; la Pirámide de Maslow sobre la jerarquía de las necesidades humanas es útil para visualizarlos. Otros afectan numerosas personas y obligan al concurso de ellas, de empresas y hasta gobiernos como la pobreza, el desempleo, la salud, inflación, inseguridad, y en general los incluidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU.
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No basta con determinar la existencia de problemas. Enfrentarlos implica dos fases: 1.- diseñar y constituir la organización apropiada para el logro de los objetivos pre-establecidos, labor propia del emprendedor; y 2.- ponerla en marcha, gestionarla, conducirla al éxito, labor propia del administrador, gestor o coordinador. Si la organización puesta en marcha fuese una empresa: labor propia del empresario.
Emprender no es solo soñar, implica acciones y disposición al cambio. Cambiar la realidad, transformarla, es sinónimo de decisión, de enfilar y poner en marcha personas y recursos en aras de objetivos concretos
Es desarrollar un proceso no lineal, una suerte de cadena que puede resumirse así: observación del problema ↔ toma de conciencia para enfrentarlo ↔ formulación de una visión preliminar del cómo ↔ determinación de acciones ↔ diseño de la organización específica ↔ incorporación de personas y recursos ↔ puesta en marcha ↔ monitoreo de acciones e impactos ↔ reinicio del proceso si el problema continúa. En cada tramo se toman decisiones.
Emprender obliga a cumplir con el dúo concepto / direccionalidad. Concepto como explicación operativa del problema y de su solución, con las pertinentes acotaciones históricas y sociales; y direccionalidad como la ruta, con vías rápidas, paradas, accidentes, desvíos y retrocesos, que la organización debe transitar para ser exitosa.
La crisis generada por el daño al país de los dos gobiernos militaristas del supuesto socialismo del siglo xxi (mas que socialismo simple receta del pragmatismo cubano), es de tal magnitud que los esfuerzos a realizar luego de la salida del usurpador deberán ser super-mayúsculos en lo socio – económico y en lo ético.
Necesario será impulsar el emprendimiento individual pero de mayor necesidad, por la magnitud de los problemas y la escasez de recursos y personas, será el masificar los emprendimientos asociativos, el conceptualizado y direccionado por amplias experiencias mundiales, latinoamericanas y también venezolanas como las Ferias de Consumo de Lara y de varias cooperativas de base previas al desgobierno militarista, cobijadas bajo el término Economía Social.
La Economía Social es entendible como el conjunto de actividades económicas realizadas por organizaciones constituidas voluntariamente por personas que desean enfrentar sus propios problemas con claros valores y principios y recursos propios. La Economía Social comprende las asociaciones y cajas de ahorro realmente participativas, las mutuales y las cooperativas. Todas con amplios impactos socio – económicos y tangibles e intangibles economías de escala.
¡Alerta!. En contra del emprendimiento asociativo jugará el cementerio no menor a 400.000 cooperativas y los no menos de cuatro millones de frustrados que se montaron en el barco populista y a fondo vacío del fallecido teniente coronel, sin llegar a puerto alguno. El rayón dado al cooperativismo por ese militarismo ramplón no será fácil de superar sin apropiados procesos formativos, sobre valores y principios, demostrativos de las bondades del eje asociacionista de las Organizaciones de la Economía Social.