Créditos comerciales indexados al dólar generarán un rebote de la hiperinflación
Los préstamos dirigidos al sector comercial ahora deben pagarse según el precio del dólar oficial. Con esta medida se reviven los temores de la llamada «cuota balón», con el cual los créditos hipotecarios estaban indexados a la inflación. Una modalidad que el propio chavismo eliminó en 2012
El Banco Central de Venezuela (BCV) continúa ejecutando medidas poco tradicionales para estabilizar la inflación: luego del aumento del encaje legal y de la creación de un encaje legal especial de 100% a la banca, ahora decidió que los créditos comerciales deben cancelarse según la fluctuación del tipo de cambio oficial.
Analistas consultados sostienen que esta medida impulsará la hiperinflación que ya cumple dos años en Venezuela, puesto que no se han ejecutado los ajustes necesarios en materia cambiaria, fiscal y monetaria para resolver los principales desequilibrios de la economía. Explican que los préstamos indexados al dólar aumentará los costos a los empresarios, por lo que inevitablemente se trasladará a los precios de los bienes y servicios.
La resolución del BCV publicada en la Gaceta Oficial establece que a partir del 28 de octubre, los préstamos comerciales que otorgue la banca deberán cancelarse de acuerdo a la fluctuación en el precio del tipo de cambio oficial. Los consultados señalan que con la indexación de los préstamos al movimiento del dólar dificulta al cliente planificar sus pagos, ya que los montos se modificarán cada mes y los cuales aumentarán dada la poca efectividad de las autoridades monetarias y financieras para estabilizar el mercado cambiario.
Actualmente las tasas de interés activas (las que se cobran por los créditos) son fijas ya que son controladas por el BCV, a la fecha se colocan en 30,67%. Mientras que el precio del dólar oficial Dicom aumentó desde enero a octubre 33,9 veces o 3.294%, al pasar de 638,18 a 21.659,92 bolívares.
En su resolución, el BCV señala que creará el Indice de Inversión el cual se formará de dividir el tipo de cambio del día entre un valor base y multiplicarlo por 100, es decir, un indicador que aumentará en proporción a como lo haga el precio del dólar.
Venezuela se encuentra en hiperinflación desde 2017, por lo que una indexación creciente de la economía (que ya va en curso al usarse el dólar como referencia para muchas transacciones) pudiera acentuar aún más la inflación, convirtiéndose así en un fenómeno inercial, más difícil de abatir», destaca Urbi Garay, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).
Por eso -para el economista- es importante atacar las causas de la inflación.
«Se corre el riesgo de que ocurra un rebote de la hiperinflación al haber una indexación creciente de la economía (y sin estar atacando las causas de la inflación). Depreciaciones del bolívar serán cada vez más inflacionarias«, dijo.
Recuerda Garay que la experiencia de otros países que sufrieron hiperinflación y en los que hubo una indexación masiva de la economía (de tasas de interés, salario mínimo, tasa de cambio), como el caso de Brasil entre los años 80 y principios de los 90, condujeron a una agudización de la hiperinflación.
Ronald Balza, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), coincide en que la tasa de inflación continuará aumentando debido, principalmente, al alza en la emisión de dinero inorgánico por parte del BCV.
La expansión de la liquidez no tiene tanto que ver con los préstamos de la banca como con la emisión primaria de dinero que hace el gobierno. Al revisar los balances del BCV se observa que la mayor expansión de la base monetaria proviene justamente de recursos entregados a Pdvsa y esto es lo que termina llegando a los bancos».
Balza explica además que al tratar de impedir la entrega de los créditos o hacerlos más costosos, más que eliminar el incentivo para que se forme el mercado paralelo, lo que se frena es toda posibilidad de financiamiento para otra cosa que no sea la compra de divisas. «Hay empresas que solicitan créditos para pagar la nómina, para pagar a proveedores, impuestos, es decir, aún hay una gran cantidad de usos del bolívar que pueden justificar el préstamo bancario».
Para el economista Víctor Alavarez, con la medida del Banco Central surge el riesgo de sobreendeudamiento e impago. Explica que para evitar la morosidad y proteger su patrimonio, la banca se concentrará en el crédito comercial indexado al dólar y exigirá garantías en divisas. Sostiene -por cierto- que el resto de los préstamos en bolívares, como el financiamiento al consumo mediante las tarjetas de créditos, tenderá a desaparecer.
El riesgo que corren las empresas que facturen en bolívares limitará su acceso al crédito y, a la larga, las obligará a dolarizar sus operaciones de compra-venta. Quien no facture en dólares y solo lo haga en bolívares estará condenado al sobreendeudamiento, con el riesgo de caer en una cesación de pagos», dijo.
Los economistas coinciden en que es prioritario estimular el ahorro en bolívares, pero para ello se deben aumentar las tasas de interés.
«Las tasas de interés a ser devengados por los ahorristas siguen igual, es decir, a niveles muy debajo de la inflación. Después de al menos 18 años con tasas de interés reales fuertemente negativas, sería correcto y justo estimular el ahorro en bolívares (…) Y mientras tanto la capacidad de endeudamiento del sector privado está restringida por la política de encaje del BCV, que intenta así controlar el paralelo. Un pie en el acelerador y el otro en el freno. Continúa el desplome económico y la hiperinflación», resalta Garay.
Balza insiste en que lo relevante es la necesidad de contener la hiperinflación, bajando la emisión de dinero inorgánico en lugar de colocar restricciones a la banca.
«Las tasas de interés pudieron incrementarse en vez de indexar los créditos comerciales al dólar. Hubiera sido preferible hacer una evaluación de las tasas. Pero hay otra cosa que analizar y es que en el caso de estos créditos indexados, el riesgo de morosidad aumenta para todo aquel que no sepa qué va a pasar con el dólar. Ahora cuando se aumenta las tasas de interés es más fácil anticipar la morosidad».
La cuota balón
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dictó el 24 de enero de 2002 una sentencia que puso fin al otorgamiento por parte de la banca de créditos hipotecarios indexados a la inflación. Este tipo de financiamiento destinado a la compra de viviendas se denominó «cuota balón» puesto que la cuota mensual de pago era reajustada de acuerdo a cómo evolucionaba el índice nacional de precios.
Las denuncias sobre esta modalidad de crédito se basaban en que los bancos tenían la potestad de cobrar intereses sobre intereses, lo que hacía que los montos se elevaran cada vez más; pero a su vez, incrementaba el valor inicial del inmueble. Sin embargo, la inflación también comenzó su impulso y en consecuencia impedía a los clientes poder cumplir con las cuotas.
Pero 17 años después el Banco Central publica una resolución similar a las cuotas balón, lo que revive los temores sobre un mecanismo de esta naturaleza.
«Hay una similitud, pero si recuerdo que uno de los problemas que se presentaron con los créditos indexados era que al subir la inflación muy rápido, pues la posibilidad de pagar para los que tenían esos préstamos se les hizo cuesta arriba, lo que trajo como consecuencia que hasta legalmente se prohibiera», acotó Ronald Balza.
Por otra parte, Víctor Alvarez considera que la indexación de los créditos comerciales a la evolución del tipo de cambio oficial es un nuevo empuje a la dolarización del comercio, del crédito comercial y de la economía venezolana.
El desmantelamiento del control de cambios se concreta en la Resolución 19-09-02 del BCV que indexa los créditos comerciales a la tasa de cambio oficial (…) Este nuevo marco legal y regulatorio libera el mercado cambiario y propicia la dolarización de la economía nacional, en gran medida empujada por la voraz hiperinflación que pulverizó el bolívar como unidad de cuenta, medio de pago y reserva de valor».
Esta medida junto a la del encaje legal están orientadas a estabilizar el precio del dólar, partiendo de la idea del gobierno de que el sistema bancario está prestando bolívares que se están destinando para comprar dólares, por lo que si impide los préstamos, el precio del tipo de cambio dejará de subir.
Para Urbi Garay, la indexación de los créditos al dólar pudiera ser el preludio de otros anuncios de indexación, por lo que insiste en que al no haber un programa de estabilización integral (frentes fiscal, monetario, cambiario/privatizaciones), se pudiera agudizar la inflación «inercial» que ya padece el país.
«La inflación inercial consiste en que mientras más alta haya sido la inflación pasada (a lo cual habrá contribuido la indexación), mayor será la proyección de la inflación futura que tendrán las personas, lo que repercutirá en los precios a pagar por los bienes y servicios».