Innovación médica en Venezuela muestra logros a pesar de mínima inversión pública
El escaso presupuesto del que disponen las universidades públicas afecta la investigación y, por consiguiente, el desarrollo de ideas aplicables en el ámbito de la salud. Profesores venezolanos hacen alianzas con otros institutos para desarrollar proyectos de innovación y las academias premian la excelencia estudiantil para promover la generación de conocimiento
Las ciencias médicas venezolanas siguen produciendo a pesar de la falta de recursos y financiamiento desde el Estado venezolano. Profesores universitarios y estudiantes que optan a un postgrado generan conocimiento que, en algunas ocasiones, no consigue un patrocinante para materializar las innovaciones médicas creadas desde el laboratorio.
Un grupo investigador del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (IMT – UCV), encabezado por el infectólogo Oscar Noya, desarrolló el concepto de una placa o banda recubierta de nanomoléculas para la detección de virus, en este caso para aplicarse al covid-19.
En la investigación participó Vladimiro Mujica, profesor en ciencias moleculares de la Universidad Estatal de Arizona y profesor jubilado de la UCV. “Esta placa se recubre de nanomoléculas, que es lo que sirve para comprobar si el virus está presente o no. También se quería complementar con otra tecnología basada en absorción de luz en nanopartículas de oro para la detección de virus”.
Mujica explica que esta banda para detección de coronavirus estaba pensada para distribución gratuita, bajo la aprobación de las autoridades sanitarias, pero no lograron conseguir financiamiento por parte de la Fundación Simón Bolívar, un ente de la empresa Citgo, o del Estado venezolano para su desarrollo.
El físico Ismardo Bonalde, presidente de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela (Acfiman), destaca la importancia de la investigación dentro de las universidades. “80% de la producción científica sale de seis universidades, y sube a 90% cuando sumas al IVIC. Para tener una ciencia más o menos saludable, se debería invertir alrededor de 2% del PIB”.
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“Esto no es algo que no ocurra (conseguir financiamiento), pero nuestra idea era impactar la salud pública. Se quería manufacturar un número grande para la distribución gratuita y que funcionara como test portátil. Un mecanismo de estos, incluso post pandemia, permite detectar dónde están ocurriendo nuevos brotes e intervenir”, asegura Vladimiro Mujica.
La banda para la detección de covid-19 no muere por el traspiés. Los investigadores siguen buscando un financista para esta idea mientras afinan detalles para patentar la idea. En todo caso, esto evidencia el uso de la nanobiotecnología – uso de micro partículas en la investigación y desarrollo de soluciones médicas- en el país.
Las últimas investigaciones relacionadas a este campo en el mundo han sido para administración de fármacos de quimioterapia a los tumores de forma más eficaz. En Venezuela también se desarrollan estudios sobre cáncer, pero asociados al tratamiento del dolor.
Una investigadora que trabaja la línea de terapias para aliviar el dolor es la estudiante de postgrado de Inmunología Yetsenia De Gouveia Pontes, que en noviembre recibió el premio Acfiman Estudiantes de Ciencias 2022.
De Gouveia, quien realiza el postgrado de Inmunología en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), desarrolló un trabajo de grado titulado Caracterización in vitro del efecto de gabapentina sobre la línea celular de melanoma múrido B16-BL6/Zs Green, relacionado a la neuroinmunología del dolor asociado a cáncer.
“El dolor oncológico es de gran interés clínico debido al impacto que produce sobre la vida del paciente que lo padece. De Gouveia caracterizó parte de la relación neuroinmunitaria que ejerce la gabapentina en las células de melanoma múrido, contribuyendo así a aumentar el cuerpo de conocimientos que sustentan su uso como estrategia multivalente en el tratamiento del cáncer, coadyuvando con el uso de las terapias farmacológicas más convencionales”, destaca un resumen de la investigación hecho por la Academia de Ciencias.
Innovación con recursos
Un ejemplo de recursos para investigación y avances médicos es el tratamiento con células madres que adelanta la Unidad de Terapia Celular del IVIC, especialmente para su uso en emergencias radiológicas.
La Unidad, que forma parte del Centro de Medicina Regenerativa, presentó el 1° de diciembre los avances en el tratamiento de pacientes con síndrome cutáneo radioinducido, es decir, lesiones en la piel asociadas a exposición radiológica ionizante, ya sea de forma accidental o médica.
Los avances y cursos, así como la creación de la Unidad de Investigación en Radiogenómica, Inmunología y Oncología Molecular, son patrocinados por la Organización Internacional de Energía Atómica, la Organización Panamericana de la Salud y los ministerios venezolanos de Salud y Ciencia y Tecnología.
Esta unidad cuenta con equipo automatizado de extracción de materia genética, transiluminador UV, espectrofotómetro, equipo de electroforesis, entre otros insumos, que permiten realizar estudios anatomopatológicos a nivel celular y a nivel de tejidos (en tiempo real), con el fin de detectar genes tumorales, y, a su vez, detectar el tipo de tratamiento focalizado o individualizado con el estudio del ADN.
#Noticia
Tratamientos de células madre con potencial uso en emergencias radiológicas ☢️Expertos de la @iaeaorg conocieron de primera mano avances y protocolos experimentales con células madre realizados por la @UTC_IVIC del Centro de Medicina Regenerativa del @IVIC_oficial. pic.twitter.com/hH0MivKpv2
— Polo Científico-Tecnológico Venezolano (@PoloCyT_ve) December 1, 2022
Marina Vázquez, especialista en protección radiológica y asesora médica de la Autoridad Regulatoria Nuclear de Argentina, señaló durante su visita al país que dentro del IVIC “tienen un avance muy importante en terapia regenerativa que debe ser complementado con la evaluación y reconstrucción dosimétrica para que de los implantes de células que se realicen puedan obtenerse los mejores resultados”.
Otro ejemplo de recursos e innovación es la aplicación, por primera vez en el país, de cirugía fetoscópica para corregir espina bífida mielomeningocele, la deformación más grave de la columna vertebral.
La operación se realizó el pasado 10 de noviembre en el Centro Médico Docente La Trinidad, a cargo del neurocirujano Rafael Rojas y el ginecobstetra Carlos Bermúdez. En un comunicado, la clínica explicó que esta técnica, además de corregir los problemas congénitos, reduce los riesgos de secuelas motoras y cognitivas para el niño.
Además, minimiza la posibilidad de un nacimiento prematuro, pues la manipulación uterina es menor debido a que no hay incisiones, apertura abdominal o exposición del útero o del feto, lo que evita las contracciones en la madre.