Jalabolivarianismo, por Teodoro Petkoff
«Auténtico, natural, carismático, poeta, sencillo»: el Ministerio de la Secretaría de la Presidencia acaba de editar un perfil de Chávez. No se lo pierdan. El Ministerio de la Secretaría de la Presidencia editó en ocasión del segundo aniversario del gobierno un folleto de 32 páginas, full color, bajo el título «A paso de Vencedores… La Revolución Avanza», que constituye una elegía al Presidente de la República, que recuerda las peores épocas dictatoriales de nuestro país. En esas 32 páginas, hay 2 ilustraciones y 50 fotos; en 49 de ellas aparece Hugo Chávez (besando un niño, sembrando un arbolito, con Fidel, con el Papa, con Clinton, con Pastrana, de uniforme, de paltó y corbata, con Marisabel atrás, con Rosinés, con gorrito y bata de laboratorista, con gorra de pelotero, con braga de obrero, con casco de obrero, manejando un tren, en fin, en cuanta pose sea dable imaginar). En la única página donde no sale, se inserta un perfil biográfico de nuestro mandatario (cursi, muy cursi, cursilísimo), fruto de una pluma almibarada, melosa, del cual se pueden extraer algunas perlitas: «Entre esteros, ríos, sabanas, lagunas y mastrantos, el hoy Presidente de Venezuela transcurrió sus primeros años siempre bajo la mirada vigilante y formadora de sus padres».
«Su incorporación a la Academia Militar, promediando los 17 años, fue si se quiere un accidente por cuanto trasladarse a Caracas tenía la premeditada intención de perfeccionar su condición de pelotero, hacerse profesional de este deporte y más concretamente, ingresar al equipo del cual es un fanático consecuente: Los Navegantes del Magallanes. Fue así como alternó una actividad con otra».
«El béisbol para Chávez es una pasión; pero también sus proyectos tenían una meta específica» (era de noche y sin embargo llovía). «En el campo militar Chávez ha sido un profesional exitoso» (sobre todo el 4F). «El presidente Chávez, pese a sus múltiples ocupaciones, trabaja un promedio de 18 horas diarias, cultiva con entusiasmo tanto el deporte como la literatura» (Tomen nota de que una cosa son las ocupaciones y otra el trabajo). «Su producción literaria incluye varios cuentos, poesías y obras teatrales». «Aficionado también a la pintura, sus más conocidas creaciones en este campo es (sic) el cuadro ‘El Sueño de Robinson'». «Descendiente de las etnias Cuibas y Yaruros, el Mandatario venezolano goza de una popularidad jamás vista en la historia política venezolana». «Auténtico, natural, carismático, poeta, sencillo, son los atributos principales del Presidente venezolano». «Comentario especial merece el trato del Presidente Chávez con los niños. Tiene una empatía tan especial y supremamente tierno (sic) con cualquier menor (se supone que también con los oligarquitas), no importa de donde provenga, especialmente si se trata de niños pobres o ‘niños de la calle’ como los han bautizado algunos. Lo cierto es que a sabiendas de ese trato tan especial, los niños a su saludo se sienten felices, le saltan encima al paso por las calles, avenidas (caminos, trochas, veredas, pasadizos, escaleras eléctricas, corredores, zaguanes, etc), lo abrazan, lo besan, en fin, no importa el sitio donde se encuentre y violando cualquier norma protocolar».
«Y las lágrimas que generalmente derraman sobre los hombros del Presidente no son de sufrimiento, sino de una inmensa alegría, porque él (por error no se escribió con mayúscula el pronombre), Chávez como cariñosamente lo llaman, les devolvió la esperanza».
¿Qué viene después de esto? ¿Los retratos gigantes en las calles? ¿Las estatuas? ¿Los himnos ditirámbicos? Esta muestra de endiosamiento, de adulancia nauseabunda, ¿no lastima la sensibilidad de la gente seria que queda en este gobierno? ¿Se dan cuenta de adónde están llevando al país? Un gobernante que promueve una conducta tan servil, desprecia a su pueblo, desprecia a su entorno. Un gobernante que se monta sobre el pedestal de la jaladera no tiene colaboradores sino sigüises amedrentados y avergonzados. Sin embargo, Hugo, ¿cuántas estatuas hay en Venezuela de Guzmán Blanco, de Cipriano Castro, de Juan Vicente Gómez, de Marcos Pérez Jiménez? ¿Cuántos municipios, calles, avenidas, liceos, escuelas, hospitales, estadios, puentes, plazas, llevan sus nombres? ¿Qué se hicieron en el recuerdo del pueblo?
Pero, de ellos, Hugo, se escribieron, en su momento, cosas tan empalagosas como las que de ti escriben hoy tus plumíferos. Todavía es tiempo de detener esta avalancha obscena.