La “bomba atómica” del Poder Comunal

Yo El Supremo dijo en estos días, como quien no quiere la cosa, que la CIA está penetrando los Consejos Comunales. Difícil imaginar cosa más exquisitamente perversa que esta. Pero no es una maldad cualquiera; tiene toda la lógica maligna del totalitarismo. De aquí en adelante todo el que no rece el credo chavista, por buen activista comunitario que sea, será sospechoso y,muy probablemente, execrado, como “agente imperialista”. Este es el camino para hacer de los Consejos Comunales instituciones roja-rojitas. Lógicamente,muchas personas que se sienten convocadas a participar en los asuntos de su comunidad, ante la horrible perspectiva de ser sospechosos nada menos que de agentes de la CIA, seguramente lo pensarán dos veces antes de continuar en su empeño. Los consejos quedarán en manos de los activistas del PUS, obligados a aceptar el modelo que centraliza aquellos en manos de Yo El Supremo, quien envía los reales y las órdenes. Es el conocido mecanismo que redujo a mero ornamento los soviets (es decir, los consejos, que eso significa el término), de obreros, campesinos y soldados, que fueron las primeras formas de real poder popular, surgidos espontáneamente, en los primeros tiempos de la revolución bolchevique y que luego fueron castrados y sometidos al poder del partido, de un modo bien semejante al que adelanta la chavocracia. La “bomba atómica” del poder comunal termina siendo apenas un triquitraqui.