La CIA ya no es lo que era, por Simón Boccanegra
La verdad es que los redactores del correo electrónico que se atribuye al director de TalCual, para Henrique Santos, director de El Tiempo, de Bogotá, o son estúpidos y, por añadidura, torpes, o creen que los demás son tanto o más estúpidos que ellos. El correo comienza por advertir que el medio a usar es «riesgoso», no obstante lo cual dice cosas que hasta un conspirador novato trataría de enmascarar.
Se habla de la «coordinación con Klein», apellido tan inocultablemente gringo, que no puede ser sino el del hombre de la CIA; se refiere a reuniones con «Vicente» y, para que Jesse no se equivoque, se aclara, entre paréntesis, que se trata del «electoral», o sea el rector Vicente Díaz; se menciona a un tal «Federico», que, ¿quién más puede ser sino Ravell? Todo, pues, clarito. Nada se dice en clave o en lenguaje críptico sino que el oligofrénico que escribió ese correo, o sea Teodoro Petkoff, revela «imprudentemente» los planes conspirativos. Pero, la supuesta respuesta de Santos es aún más cómica.
En lugar de estar dirigida al director de TalCual, se dice a sí mismo lo que aparentemente quería decirle a Petkoff. (From: Teodoro Petkoff; To: Enrique Santos). Pura chambonería. Santos, aún más oligofrénicamente, revela sin tapujos que todo se hace «por instrucciones de Mr. Klein», señalando que se han hecho consultas «a la Colina del Norte», seguramente para que Jesse se devane los sesos investigando si esa «Colina» será o no será Estados Unidos.
Por supuesto Mr. Klein (o sea, la CIA) recomienda el traslado del equipo del «hombre de la TV» aclarando, para que no haya dudas, que es «Don Federico», es decir Ravell. Finalmente el «imprudente» Santos revela el lugar de la reunión de los conspiradores, que ya estos, según él mismo, conocerían. Las actividades que el imperio sugiere son «noticias, entrevistas, mesas redondas, programas especiales, dirigido (sic) a demostrar la inconstitucionalidad de la enmienda, el fraude implicado en su convocatoria, la violación al principio de alternabilidad». ¡Vaya! Uno habría pensado que Mr. Klein iba a recomendar poner bombas, matar gente y cosas así, pero salió con que se haga una banal campaña electoral, con «noticias, entrevistas, etc». Cómo se ve que la CIA ya no es lo que era.