La clase del embajador Romain Nadal frente a Oscar Schemel
En el programa Análisis Situacional de Globovisión, su conductor Óscar Schemel hizo un esfuerzo mayúsculo para arrastrar al embajador francés Romain Nadal a la narrativa oficialista. No lo logró. Es más, le salió mal.
Transcribamos tan solo un fragmento:
Schemel: —¿Puede haber elecciones libres cuando uno de los actores —el oficialimo— está sometido a presiones tan fuertes (las sanciones)?
Nadal: —Yo creo que todos los actores están sometidos a presiones. ¿Puede haber elecciones con candidatos inhabilitados? Puede haber elecciones con partidos intervenidos? ¿Puede haber elecciones con presos políticos? Esas también son preguntas, señor Schemel. La UE no ha adoptado sanciones económicas sobre Venezuela, y esperamos que haya acuerdos para permitir abrir la economía venezolana. Pero se necesitan gestos políticos para que haya elecciones competitivas se necesitan también medidas de apertura, que se deben negociar.
Schemel: —Hay una oposición presente en la AN, que participa y ha ganado elecciones. Disculpe la insistencia, pero qué más. Algunos dirigentes de oposición están presos por tentativas de golpe, de invasión…
Nadal: —Bueno, entre los presos políticos no solo hay responsables políticos, hay también miembros de ONG. Javier Tarazona no es golpista y está preso. Roland Carreño también está preso y tampoco es un golpista. Todos esos temas deben participar de una negociación política y desembocar en acuerdos y gestos políticos que permitan restablecer la confianza entre los actores políticos venezolanos.
Nadal no se dejó interrumpir por Schemel cuando decía esto último.
El video completo de la participación del diplomático francés es elocuente, con un Schemel defendiendo que la «revolución bolivariana» es un proceso «incomprendido». El analista, como otros que se acercan más a las visiones del discurso oficial, planteaba —palabras más palabras menos— los acercamientos internacionales que ha tenido Nicolás Maduro como un triunfo del régimen.
Nadal lo expuso desde otro punto de vista, el que defiende Francia: los acuerdos, las aperturas, los acercamientos diplomáticos, las relaciones internacionales mas bien le significan al gobierno venezolano más factores participando de presiones para lograr soluciones políticas dialogadas y negociadas.
Schemel también le trajo a colación las sanciones, y Nadal lo bateó: «Hay que discutir y negociar para salir de esta situación y superarla. La negociación tiene que ser exitosa para arreglar esos temas que son difíciles. Francia aboga por el éxito de la negociación política, y se necesitan gestos políticos de ambas partes».
Nadal habló de solución política y acuerdo político al menos siete veces. Lograba colar la idea en todo momento, también para insistir en que para que entre Europa y Venezuela haya mejores relaciones, a todo nivel, hace falta que los acuerdos democráticos sean protagonistas. No basta, por tanto, con «entenderse» con Maduro como aspira el oficialismo y como asomaba Schemel.
Y, por cierto, el diplomático también dejó clarito que Vladimir Putin es un invasor que ha decidido aplastar a Ucrania sin haber sido provocado. Al chavismo no le debe haber gustado que la narrativa prorrusa que defiende haya tenido un golpe tan directo.