La CVG llega a sus 61 años con sus empresas en ruina y trabajadores empobrecidos
El 29 de diciembre de 1960 se fundó la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) durante el gobierno de Rómulo Betancourt. Desde entonces han pasado 22 presidentes por el holding. Durante el mandato de Hugo Chávez comenzó el declive
Hablar de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) es tener dos contrastes. Uno es el que recuerda la gestión de los inicios de Ciudad Guayana y cómo fue desarrollando lo que prometió ser el emporio industrial y la alternativa no petrolera del país. La otra es la realidad actual: empresas básicas sin producción, desmanteladas y trabajadores activos y pasivos llevados a la pobreza por el incumplimiento en el pago de sus beneficios.
El miércoles 29 de diciembre se cumplieron 61 años de la fundación de la CVG, creada durante el gobierno de Rómulo Betancourt. El primer presidente de la corporación fue el general Rafael Alfonzo Ravard, encargado del gran proyecto de desarrollar la zona sur y parte del oriente de Venezuela.
La CVG, a la par, iba desarrollando a Ciudad Guayana poniendo siempre lo social por delante, construcción de viviendas, vialidad de primera, acueductos de agua potable, electricidad, construyó centrales hidroeléctricas como Macagua y Guri, que en principio tenían como fin surtir de electricidad a estas empresas, pero después tuvo capacidad para suministrar energía eléctrica al resto del país”
Ramón Gómez, secretario general del Sindicato Único Nacional de Empleados Públicos (Sunep-CVG)
A su creación, la CVG tenía tres objetivos fundamentales: “el aprovechamiento del potencial hidroeléctrico del río Caroní; el desarrollo integral del sector minero metalúrgico del estado Bolívar y la creación de un polo de desarrollo al sur del país, cumplidos con la construcción de las centrales hidroeléctricas que aportan más del 70% de la energía eléctrica que demanda el país; las industrias de metales y la creación de Ciudad Guayana”, reseña el portal Poderopedia.
Además de Bolívar, su alcance incluía a Amazonas y Delta Amacuro. En 2006, mediante Decreto Nº 4.649, se amplió la Zona de Desarrollo de Guayana y se extendió el ámbito de acción de la corporación al sur de Monagas, Anzoátegui, Guárico y el oriente de Apure.
“A partir de ese año, la CVG está adscrita al Ministerio de Industrias. En sus inicios tutelaba más de 15 empresas y tenía un rol activo en el desarrollo de Ciudad Guayana, pero con la creación de la Corporación Eléctrica Nacional, la Corporación del Aluminio y la Corporación Siderúrgica de Venezuela ha sufrido bajas al tener que transferir empresas bajo su tutela a las nuevas corporaciones. El desmembramiento ha significado un debilitamiento financiero, pues la principal fuente de financiamiento de CVG proviene de los ingresos por concepto de gestión corporativa, la cual corresponde con el aporte del 2% de las ventas brutas de las empresas tuteladas”, destaca Poderopedia.
El declive de la CVG
Desde su fundación, la CVG ha tenido 22 presidentes, 12 de ellos desde que Hugo Chávez asumió el poder, y en cuyos períodos comenzó el declive de este ente y sus empresas tuteladas. Actualmente la preside Pedro Maldonado. Su sede, lejos de ser esa institución enfocada en el desarrollo social e industrial, es punto de concentración de constantes protestas de trabajadores y jubilados que reclaman el cumplimiento de sus beneficios.
Ramón Gómez, secretario general del Sindicato Único Nacional de Empleados Públicos (Sunep) de la CVG, recuerda el desarrollo que para Ciudad Guayana significó los comienzos de esta institución.
“La CVG, a la cabeza de estos ingenieros, estas personas que de verdad querían el bienestar para Venezuela, lo hicieron posible cuando construyeron empresas como Ferrominera, que fue la pionera, luego vinieron Sidor, Alcasa, Venalum, Bauxilum, que un principio se llamó Interalúmina, Carbonorca, entre muchas otras empresas que tuvieron demanda de mano de obra increíble y fue necesario que muchas personas de diferentes estados se vinieran a esta zona a trabajar”.
“La CVG, a la par, iba desarrollando a Ciudad Guayana poniendo siempre lo social por delante, construcción de viviendas, vialidad de primera, acueductos de agua potable, electricidad, construyó centrales hidroeléctricas como Macagua y Guri, que en principio tenían como fin surtir de electricidad a estas empresas, pero después tuvo capacidad para suministrar energía eléctrica al resto del país. Lamentablemente esto cambió de manera drástica en los últimos 20 años, sobre todo en la parte social”, agregó.
Planificación vs corrupción
El dirigente sindical considera que lo que fue la ciudad planificada hoy es prácticamente una ciudad fantasma, con empresas quebradas o abandonadas.
“Deberíamos tener una ciudad pujante, de primer mundo, pero lamentablemente hoy vivimos del recuerdo de aquella ciudad tan bella. Desde el punto de vista económico la CVG representaba la alternativa no petrolera por los ingresos que generaba y ayudaba al crecimiento de toda Venezuela”, destacó.
Miguel Espinoza, presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionados de la CVG, también recuerda con nostalgia los inicios de la Corporación Venezolana de Guayana y sus filiales.
“Con esas empresas se estableció el progreso del país, una visión futura, estábamos en primera línea de desarrollo. Los trabajadores eran prioridad, muchos se superaron, preparaban a su personal. Se proporcionó un futuro a los estudiantes y la juventud. Vino luego Sucre Figarella, un mago de la gerencia, y reafirmó lo que se había concebido e hizo un impulso con los ingresos petroleros. Aquí en Guayana se sembró el petróleo como decía Arturo Uslar Pietri”.
Espinoza coincide con Gómez al afirmar que a la llegada de Chávez, y luego Nicolás Maduro al poder, cambió todo negativamente.
“Una vez que llegó este gobierno todo eso se cayó, con una pretensión de igualdad pero igualdad para abajo, mientras la burocracia y la corrupción se diseminaron por todas las empresas. Pusieron de presidentes a militares que no conocían de la rama siderúrgica y metalúrgica. Trajeron a egresados de las Fuerzas Armadas o personas universitarias, pero sin el conocimiento necesario para dirigir a las empresas, habiendo aquí personal preparado. Llegó la V República y desperdició todo ese capital humano”, cuestionó.
Espinoza considera que lo que hoy se vive son precisamente las consecuencias de las malas políticas implementadas en la V República, como una sobrepoblación de trabajadores en las empresas, sin producción, y sin capacidad para cumplir las cláusulas económicas de los contratos colectivos.
La respuesta de cada industria, en cambio, es la persecución o retaliación, como la desactivación de fichas y suspensión de sueldos, como castigo para quienes protestan en reclamo de sus beneficios.
Con información de Correo del Caroní