La doble moral de Chacumbele, por Simón Boccanegra

¿Será que el Primer Showman de la República no se ha enterado de que en Georgia hay una guerra? ¿Será que ocupado como está, reflexionando necedades como esa de cambiarle el nombre a América Latina por Indoamérica, no ha tenido tiempo de mirar Telesur o el canal 8 para saber qué ocurre en el universo que aspira a regir? ¿O será, más bien, que siendo la gran potencia imperial, Rusia, la que está aplastando con sus tropas a la pequeña república de Georgia, el Primer Locutor prefiere hacerse el loco, conocidos como son sus vínculos con el «hermano» Putin? Poca duda puede caber sobre esto. Chacumbele es de los que creen que hay un imperialismo malo -el gringo, por supuestoy uno bueno, el ruso. Chacumbele eleva su voz para condenar la invasión a Iraq, pero jamás ha dicho una palabra sobre la destrucción de Chechenia. Se puede estar seguro de que Chacumbele, en 1965, habría derramado todo su arsenal de insultos sobre el Gobierno de Johnson, cuando éste envió sus tropas a Santo Domingo, pero en 1968 habría aplaudido la invasión de Checoeslovaquia por las divisiones acorazadas soviéticas. Habría maldecido a Pinochet, en Chile, pero habría aplaudido al general Jaruszelski, el golpista polaco. Rusia, desde que se desplomó el imperio soviético, ha estado estimulando movimientos separatistas de los osetios en Georgia y ahora ha enviado sus ejércitos para «proteger» a los separatistas osetios. Chacumbele, sobre esto, permanece mudo, pero, en cambio, opinó sobre lo de Kosovo. Doble rasero, doble moral, doble política. Ninguna autoridad.