La fea trompa del fascismo, por Simón Boccanegra

Hace dos días un pequeño grupo de personas agredió la sede de RCTV. Piedras, botellas, gritos agresivos y pintas insultantes en las paredes exteriores del canal fueron las armas de la heroica jornada. Adentro, los trabajadores vivieron momentos de angustia y temor.
¿Aquello era el anuncio de nuevos y mayores ataques? Este minicronista no sabe si los tipos fueron por su cuenta o los mandaron. Pero eso es irrelevante, porque aun si el gobierno negara su responsabilidad, no puede eludir su autoría intelectual. Ese ataque es consecuencia directa del lenguaje camorrero y brutal que Yo El Supremo emplea cada vez que se refiere al tema del canal 2. En el ambiente fascistoide de «mande, comandante, que nosotros obedeceremos», el «comando» que apedreó Radio Caracas TV cumplió la orden implícita.
¿Piensan los agresores directos y sus dirigentes políticos en los hombres y mujeres acorralados en la sede del canal, temiendo cosas peores? El socialismo se debe a altos y nobles ideales. ¿Lo son la cayapa, el insulto, la pedrada, la violencia? No. Esos son los antivalores del fascismo.