La independencia del CNE, por Simón Boccanegra
Ya el verdadero Poder Electoral, esto es, Chacumbele, decidió convocar cuanto antes las elecciones para la Gobernación del estado Guárico. En sí misma, la medida no es objetable y se ajusta a la ley. Pero ocurre que la misma diligencia no se muestra en el caso de la alcaldía de una ciudad que tiene, ella sola, casi dos veces más habitantes que todo el estado Guárico. Es la alcaldía de la segunda ciudad más importante del país: Maracaibo. La implacable y cruel persecución a que sometiera Chacumbele a Manuel Rosales, obligándolo a exilarse, dejó a Maracaibo sin alcalde electo, desde hace ya más de año y medio. Hasta ahora, tiene un alcalde interino, Daniel Ponne, quien, por cierto, se desempeña bien, pero la ley, como en el caso de Guárico, manda a sustituir al alcalde defenestrado mediante elecciones, en los pocos meses siguientes a su salida del cargo. ¿Por qué tanta prisa en el Guárico y tanta morosidad en Maracaibo? ¿Tienen las cuatro damas del CNE una explicación razonable y verosímil para esta anomalía? Este minicronista sospecha que esa elección no le interesa al Jefe, dada la elevadísima probabilidad de que el candidato que ponga el PSUV, en una fotico mínima al lado del candidato verdadero que, obviamente, será el mismísimo Chacu, recibirá una paliza monumental.
Por tanto, autónomamente, con la independencia feroz que caracteriza al Poder Electoral ante el Ejecutivo, las señoras han decidido obviar la elección del alcalde de Maracaibo, mientras dedicarán todas sus energías a llevar adelante la elección del gobernador de Guárico, decisión que también toman en uso perfectamente autónomo e independiente de sus atribuciones.
