La migración: del trauma a la resiliencia
La crisis migratoria venezolana arrastra consigo una pesada factura psicológica, la afectación emocional en los migrantes no es un daño colateral, sino una herida profunda que aún sangra. Hay quienes vieron en la migración una oportunidad. Sobre este tema, los alumnos del posgrado en Psicología Clínica Comunitaria de la UCAB entrevistaron a siete destacados psicólogos venezolanos, todos migrantes con formación en Venezuela y estudios en el extranjero
Los profesionales de la psicología abordaron temas como la migración, el exilio y el trauma, ofreciendo una visión enriquecedora y académica que permite comprender este fenómeno y promover una visión más humana del proceso migratorio.
Este trabajo recoge las experiencias de los especialistas, muestra las diversas caras de la migración, el duelo migratorio y las distintas formas de superar el dolor. Habla de cómo descubrieron de lo que eran capaces, se reinventaron y lograron salir adelante en otras latitudes.
El aporte de los psicólogos entrevistados, todos migrantes, rescata la figura de la migración venezolana, pues muchos países se están enriqueciendo gracias a sus conocimientos, experiencias y habilidades, lo que permite construir sociedades más robustas, dinámicas y preparadas para el futuro.
“El migrante y sus amenazas”
Martín La Roche, psicólogo venezolano, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), migró a Estados Unidos en 1989. Actualmente atiende en el Boston Children’s Hospital, es profesor de Harvard, escritor y tiene su consulta privada en Cambridge. La Roche destaca que la salud mental en contextos migratorios debe abordarse desde una perspectiva integral que incluya factores sociales, políticos y económicos.
Su enfoque, llamado “psicoterapia global”, busca no sólo tratar al individuo, sino también fortalecer comunidades y narrativas colectivas.
Para Roche, es fundamental que el psicólogo conozca los eventos que rodean al paciente, las condiciones en las que se encuentra, el impacto que tiene tanto en su integridad mental, como en la física.
Destacó que el migrante enfrenta una serie de amenazas difíciles de superar como la pérdida de empleo, de hogar, separación familiar, privación de libertad, entre otras. Considera que el miedo y la angustia se han encargado de quebrar familias.
“Mucho de mi trabajo es tratar de incluir la parte social, política, económica en la terapia de una forma que sea factible clínicamente. […] Es traer la terapia […] y entonces no vamos a poder cambiar las instituciones, lamentablemente, pero sí van a poder hacer cambios en sus comunidades”.
Martín La Roche resaltó la importancia de ejercer la psicología con una mirada sensible ante los efectos de la migración forzada y la violencia estructural, invitó a estudiantes y profesionales del área a concebir la psicología clínica como una herramienta para reconstruir la pertenencia, fortalecer la resiliencia y transformar los vínculos en la sociedad.
Visión positiva de la migración
Julieta Casó, socióloga y psicóloga social, formada en la Universidad Central de Venezuela, hija de migrantes argentinos, apoya a la migración venezolana en Argentina a través de la Fundación Guáramo y trabaja con el Observatorio de la Diáspora Venezolana.
Desde su historia personal, marcada por la integración entre ambas culturas, promueve una visión positiva de la migración como un proceso de adaptación y crecimiento, más allá del sufrimiento, sostiene que siempre se ha sentido migrante.
“Cuando fundé Guáramo Argentina, lo hice con esa intención: acompañar a los migrantes venezolanos en su proceso de integración. Mostrar que uno puede volver a hacer hogar en otro país, sin dejar de ser del suyo. Sí, es distinto, uno extraña, pero no creo en esa idea de que migrar sea un sufrimiento eterno. Hay momentos duros, claro, pero también se puede ser feliz como inmigrante”.
A través de su organización, impulsa proyectos para apoyar a la población migrante y subraya que cada experiencia migratoria es única en distintas áreas; para la especialista la calidez y el optimismo del venezolano se han convertido en un valor apreciado en países como Argentina.
Casó aseguró que quien emigra enfrenta múltiples pérdidas: sus afectos, proyectos profesionales, sus hábitos y referencias culturales. Hizo referencia a una investigación que realizó en el año 2021, la cual arrojó que el 64% de los venezolanos encuestados trabajaban en algo distinto a su área de formación, es decir se reinventaron.
Julieta Casó es una vocera ideal para la migración venezolana, pues la doble migración en su hogar, le ha permitido rescatar su potencial para el crecimiento de ella y de quienes forman parte de la diáspora venezolana.

Fotografia: El Pitazo
“Esperanza y resiliencia”
La psicóloga venezolana Carolina Izquiel, formada en la UCAB y con amplia experiencia en trabajo comunitario, reflexionó sobre las fortalezas del migrante latino desde su experiencia como terapeuta en Boston, Estados Unidos, donde también dicta un curso en Boston College sobre atención clínica a poblaciones Latina.
Izquiel expresó que, aunque la migración implica grandes desafíos, los latinos llegan con propósito, esperanza y resiliencia, factores que protegen la salud mental y facilitan la integración.
“Hay muchos factores protectores en la comunidad latina, por ejemplo llegan con metas muy claras y con muchas esperanzas, construir una vida mejor, eso te sirve de motor y motivación y te mantiene bastante sano porque tienes como objetivos muy claros, también ayudar a la familia que se quedó en el país de origen te da un propósito. Entonces tienes propósito, motivación, esperanza y la posibilidad de valorar eso que para los que viven acá ya está naturalizado. El latino que llega acá tiene una sensación de agradecimiento y de valor de cosas como tener seguridad o que el agua salga por donde es, haya luz e internet, hay una valoración de eso que te aleja de la depresión”
Comparó las diferencias entre la atención psicológica en Venezuela y Estados Unidos, señalando que el modelo norteamericano tiende a ser más distante, mientras que en Latinoamérica hay un vínculo afectivo con el paciente, lo que influye en la recuperación emocional.
Para Izquiel, los latinos poseen una enorme capacidad de adaptación, empatía, sensibilidad y alegría, lo que se convierte en fortalezas en los procesos migratorios.

La migrante de Venezuela Génesis Medina prepara alimentos durante una entrevista con EFE en Ciudad Juárez (México). EFE/ Luis Torres
“La población venezolana está expuesta a un trauma colectivo”
La psicóloga venezolana Vivian Khedari, egresada de la UCAB, investigadora y psicoterapeuta radicada en Nueva York, destacó la importancia de comprender el trauma desde una perspectiva biológica y social, especialmente en países como Venezuela, donde la población enfrenta un trauma colectivo derivado de la crisis política, social y económica.
Doctora en Psicología Clínica por The New School for Social Research, Khedari ha trabajado con comunidades afectadas por conflictos en Asia, África y América Latina. Explicó que el cerebro humano reacciona igual ante distintos tipos de amenazas, desde una situación de violencia hasta una crisis política, lo que desmiente la idea de que las personas “se acostumbran” al sufrimiento.
Al referirse a Venezuela destacó, “la población ha estado expuesta a un trauma colectivo caracterizado por la desinformación, la ausencia de libertad de expresión, la falta de servicios básicos y de salud, la violencia institucionalizada y la ruptura del tejido social. Comprender que las respuestas biológicas al trauma son universales ayuda a legitimar el sufrimiento de los venezolanos y a rechazar la noción de que, de alguna manera, se han adaptado a la adversidad de tal forma que ya no les afecta. La falta de control y la imprevisibilidad del entorno tienen un costo psicofisiológico real, y es fundamental reconocerlo para diseñar intervenciones efectivas”.
Khedari, desde su experiencia como migrante, recomienda una atención psicológica pragmática, que ayude primero a la estabilidad de las personas antes de abordar sus traumas profundos.

La migración inversa revela la urgencia de reconstruir condiciones dignas en el país de origen l Fotografía: El Pitazo
¿Por qué el trauma puede ser un regalo?
La psicóloga venezolana Edith Shiro, egresada de la UCAB, cofundadora del Centro de Trauma y Resiliencia y miembro de varias ONG’s, explicó que el trauma no debe entenderse solo como una herida, sino como una puerta hacia la reconstrucción interna; advirtió que esta mirada sólo puede aplicarse una vez superada la fase más aguda del dolor.
“Muchos me han preguntado, Edith, pero ¿Y tú cómo pones en un título de un libro, la palabra trauma y la palabra regalo en la misma oración?, y yo le digo precisamente es eso, es poder entender el trauma, la adversidad, los retos en la vida, el dolor, el sufrimiento como una oportunidad, que no solamente es ese momento de dolor, sino que también es una puerta, un trampolín, para crecer de alguna manera y cambiar la situación para tener una perspectiva distinta de lo que se está viviendo”.
En el caso venezolano, consideró que es urgente reconocer el trauma colectivo derivado de la crisis social y política, para poder procesarlo y avanzar hacia la recuperación.
La psicóloga subrayó que la empatía y los vínculos humanos son herramientas terapéuticas poderosas, capaces de generar sanación incluso fuera de los espacios clínicos.
“Estrés crónico en los niños”
La psicóloga venezolana Karen Garber, residente en Estados Unidos desde hace 30 años es especialista en salud mental perinatal y desarrollo infantil temprano, abordó la influencia del duelo migratorio y el trauma intergeneracional en familias latinoamericanas radicadas en Estados Unidos.
Garber explicó que la incertidumbre legal, la discriminación y la separación familiar generan un estrés crónico en los niños.
Señaló que la inestabilidad y la posibilidad de deportación de los cuidadores, “se constituye como una amenaza latente que genera una angustia persistente, una sensación de que la seguridad familiar puede desaparecer en cualquier momento. El miedo no necesita materializarse para afectar profundamente. La amenaza de que ocurra es suficiente para que el niño se encuentre permanentemente en un estrés crónico”.
La especialista sostiene la tesis de que los traumas se transmiten de generación en generación. Resaltó que los migrantes desarrollan resiliencia y habilidades de adaptación, aunque el duelo migratorio puede dificultar la integración y el bienestar familiar.
Garber subrayó la necesidad de programas de apoyo psicosocial que incluyan a todos los miembros de la familia, fomenten la empatía, fortalezcan redes de apoyo comunitario y combatan la xenofobia para sanar las heridas de la migración.
*Lea también: El papa León XIV critica el trato «extremadamente irrespetuoso» a los migrantes en EEUU
“El trauma es más difícil para las víctimas de violencia política”
David Ephraim, egresado de la UCV, especialista en psicología psicodinámica y en el estudio del trauma con pruebas proyectivas, destacó que el trauma es mucho más difícil para aquellas personas víctimas de violencia política.
“Las personas que han sufrido un proceso de tortura prolongada y repetida son frecuentemente incapaces de contar de una manera racional y coherente aquello por lo que han pasado. Es más, ese es uno de los criterios de diagnóstico. Es decir, empiezan a hablar de lo que vivieron y vienen recuerdos aislados, emociones incontrolables, de modo que para alguien que lo que espera es un relato coherente y bien organizado de lo que esta persona está diciendo, es decir, la idea de la veracidad de su relato es cuestionable”.
El especialista encontró en las pruebas proyectivas una gran utilidad para que la persona afectada pueda relatar los eventos que le causaron trauma sin re-traumatizarse.
Ephraim subrayó que la recuperación no depende únicamente del trabajo individual, sino de la intervención contextual y comunitaria, reforzando la necesidad de rescatar los vínculos sociales y familiares como parte integral de la terapia.
En conclusión, la migración es un proceso complejo que, aunque marcado por el trauma, dolor y pérdida, también abre caminos hacia la reconstrucción y el crecimiento.
Según los especialistas consultados, comprender su impacto exige una mirada integral que vincule la salud mental con las realidades sociales, ya que migrar no solo implica sobrevivir, sino también reconfigurar identidades, fortalecer vínculos y transformar el trauma en una fuerza de resiliencia colectiva.
Los entrevistados son un vivo ejemplo de que la migración es una transferencia de conocimientos, experiencias y recursos humanos. Cada migrante no solo trae consigo una historia, sino también un capital intelectual, que ha permitido transformar el concepto de «problema» en una oportunidad estratégica de crecimiento y desarrollo mutuo.
Haz clic aquí para leer las entrevistas completas.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.





