La revolución tiene razones que la razón no puede entender
La justicia y las cárceles de nuevo en el ojo del huracán. Una sentencia de la Sala Constitucional del TSJ (ponente el inefable Cabrerita), ordenó el juicio en libertad de los guardias nacionales acusados por los asesinatos de varios reclusos en la cárcel de Vista Hermosa en Ciudad Bolívar. Como tres guardias civiles, acusados también por el mismo delito, no tienen dolientes de tanto poder, quedaron presos. Al insulto se añade el agravio. A la FAN, ni con el pétalo de una rosa, se dirán Cabrerita y sus colegas. Puro surrealismo. La Sala Constitucional no sólo echó por tierra una sentencia de la Sala Penal, que había ordenado el juicio con los acusados en prisión, sino que, encima, encontró la manera de sacar a los militares y dejar presos a los civiles. Cómo se nota que ahora Carrasquero es miembro de esa Sala. Pero como si fuera poco, los reclusos de quince penales, regados por todo el país, están en huelga de hambre, recordándonos, a todos, pero en particular a la gente del Gobierno y del Poder Judicial, que el de las cárceles sigue siendo un drama en busca de solución. Solución que los humanistas de la revolución bonita no han podido proveer en seis años.