La salud mental de los jóvenes en América Latina, por Marino J. González R.
Hace pocas semanas el Banco Mundial publicó un reporte de investigación que llama la atención sobre un problema de especial importancia en América Latina. Se trata de las condiciones de salud mental de los jóvenes en la región. No es solamente que muchas veces la salud mental, en general, recibe poca atención en las prioridades de políticas de los gobiernos. Es que la salud mental de los jóvenes es mucho menos frecuente en la agenda pública.
Esta situación es bastante llamativa porque es contradictoria con la importancia que se la asigna a la juventud para el futuro de los países. Importancia que es, sin dudas, real por las implicaciones que tienen los jóvenes para la generación de nuevas ideas y prácticas, así como para el progreso en la calidad de los empleos y en la innovación.
El reporte del Banco Mundial indica que las condiciones de salud mental en la población entre 10 y 24 años representaban la causa más frecuente de años de vida perdidos por discapacidad (AVAD) en América Latina y el Caribe en 2019 (22% de la carga total de enfermedad). También se indica que más de 22 millones de jóvenes, sobre un total de 160 millones en la región, viven con alguna condición que afecta su salud mental.
Al comparar las variaciones entre 1990 y 2019, se señala en el reporte que el conjunto formado por depresión, ansiedad, trastorno bipolar, trastornos de la alimentación, y esquizofrenia, representa el grupo más frecuente de años de vida perdidos por discapacidad (AVAD) relacionada con la afectación de las condiciones de salud mental (más de la mitad de todas las causas). También se indica que los años de vida perdidos por discapacidad asociados con los abusos de sustancias han aumentado casi 15%, y los años perdidos por discapacidad asociada con autolesiones y suicidios se incrementaron en 18% entre 1990 y 2019.
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En el gráfico se muestran los valores de años de vida perdidos por discapacidad (AVAD) relacionada con condiciones de salud mental para los países de América Latina en 2019. Seis países de la región (Brasil, Paraguay, Chile, Uruguay, Ecuador, y Argentina) tienen valores de AVAD mayores que el promedio para América Latina y el Caribe.
América Latina: Total de años perdidos por discapacidad (AVAD) por condiciones de salud mental por países, 2019
(AVAD por 100.000 habitantes)
Fuente: Gordillo-Tobar, Medici, Calvo. 2023. Discussion paper. Banco Mundial
Dado este contexto, ¿cuáles podrían ser las alternativas de políticas que tienen a su disposición los países de la región? El reporte insiste, atinadamente, en las grandes limitaciones para contar con datos que fundamenten mejores políticas. Los datos analizados corresponden a los últimos disponibles, esto es, para 2019. Esto significa que las consecuencias de la pandemia de covid-19 en el ámbito de las condiciones de salud mental son prácticamente desconocidas.
Se señala que esta situación es agravada porque muchos países no cuentan con sistemas rutinarios para obtener, ordenar y sistematizar datos de relevancia para la toma de decisiones en esta área de las políticas de salud. Se debe agregar a estas restricciones las inconsistencias en las definiciones y clasificaciones de las condiciones de salud mental.
Mientras los gobiernos implementan cambios sustantivos en los sistemas de registros, es fundamental generar alternativas de intervención en los espacios de convivencia de los jóvenes en la región. Esto significa la puesta en marcha de programas innovadores que integren esfuerzos de servicios de salud, escuelas, universidades, organizaciones de la salud, con el propósito de mejorar el diagnóstico precoz, y especialmente, el inicio del tratamiento adecuado y el seguimiento.
Como en tantas áreas de las políticas públicas, el gran reto es mejorar la identificación del riesgo de las personas y familias. Sin la incorporación de estas alternativas de intervención seguiremos conociendo tarde los efectos en las condiciones de salud mental de los jóvenes, y, en consecuencia, no podemos esperar otra cosa que el aumento de la frecuencia y magnitud de estos severos impactos para la región.
Marino J. González es PhD en Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina. Miembro de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL).
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