Las tribulaciones de José Pinto, por Simón Boccanegra
Revisando el portal de Aporrea, este minicronista se tropezó con el artículo de un tal José Pinto, titulado «El pueblo no está contento con la Ley de Arrendamiento», con el cual llueve peste contra la llamada Ley Cabello, argumentando que «una estrategia que implementaban los excluidos del sistema era alcanzar la propiedad de una vivienda para luego alquilarla y obtener una renta como mecanismo de previsión social.
Con los nuevos parámetros para la fijación del canon y del precio de venta de una vivienda alquilada, esa estrategia se desvanece». Uno podría pensar que no se trata de José Miguel Pinto (jefe-fundador de los Tupamaros), sino de un tocayo suyo, con carnet del PSUV y seguidor furibundo del Presidente, a quien no le hace gracia el adefesio legal a través del cual se desatará la persecución de los propietarios de viviendas, sencillamente porque este señor José Pinto está ubicado en la otra acera: la de quienes se redondean sus ingresos alquilando una habitación a un primo o un vecino, y así, al tiempo que ayuda a alguien se gana una platica, que no lo enriquece, pero le permite enfrentar la inflación que no parece afectar al camarada Giordani.
Si no fuera porque el escrito aparece publicado en un portal a todas luces oficialista, cualquiera estaría en su derecho a calificar de «capitalista» y «vendepatria» al citado autor del artículo. Y mucho más, cuando Pinto sentencia que «los pequeños propietarios están de luto con esta ley, no por ambiciones desmedidas frustradas, sino por la injusticia a la que son sometidos de forma tan despiadada, porque el dolor más grande viene cuando al atropello se le quiere llamar justicia, sobre todo cuando el despojo recae sobre asalariados que tuvieron que sufrir para poder llamarse propietarios».