Liderazgo narcisista: «un virus» que infecta a las empresas, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
No solo del covid-19 deben protegerse las empresas y sus empleados, pues ya ha dado suficientes muestras del severo impacto que tiene en la salud, la economía y en la sociedad en general. Hay otra amenaza que acecha. Me refiero a los líderes narcisistas, portadores de un “virus” que también infecta a las compañías y los resultados pueden ser nefastos para el negocio.
De hecho, un trastorno de personalidad narcisista causa problemas en muchas áreas de la vida, como en las relaciones, la escuela, el trabajo o los asuntos económicos. La Clínica Mayo explica por qué: “Los narcisistas se sienten atraídos por el poder y saben cómo conseguirlo. Tienen un sentido desmesurado de su propia importancia”.
Esa necesidad profunda de admiración lleva a estos líderes, cuyo lado oscuro se revela con el tiempo, a exudar confianza y, a menudo, pueden abrirse camino dentro del organigrama empresarial, imponerse, desarrollar seguidores leales y dejar su marca aún después de irse.
El estudio «Cuando ‘yo’ triunfa sobre ‘nosotros’: los líderes narcisistas y las culturas que crean», dirigido por Jennifer Chatman, profesora de gestión organizacional en la Escuela de Negocios Haas de UC Berkeley, ayuda a comprender cómo este tipo de líder daña a una compañía. Los resultados son reveladores: muestran como sus “grandiosos” planes no mejoran el desempeño de una empresa, lo empeoran.
El poco valor que le dan al trabajo en equipo y a la integridad dificulta la capacidad de una compañía para ser innovadora. Según la investigación, cuando los empleados ven que los líderes se atribuyen el mérito de cada éxito, culpan a los demás por los fracasos y los logros colectivos, se vuelven más difíciles de alcanzar, su moral se hunde y la confianza en sí mismos se debilita.
Pero eso no es todo. Los líderes narcisistas tienen personalidades que son profundamente grandiosas y deshonestas, actúan de forma agresiva, toman malas decisiones, son menos propensos a respaldar códigos de conducta éticos, respetar a los demás y evitar conflictos de intereses.
Además, según Chatman, “son abusivos con sus subordinados, piensan que son superiores, no escuchan a los expertos, crean conflictos y creen que las reglas simplemente no se aplican a ellos”. “Pueden estallar de rabia ante cualquier signo de desacuerdo o deslealtad: siempre hay un ‘yo’ en su concepción del equipo”, agrega.
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Sin embargo, los líderes narcisistas a menudo fracasan, como lo evidencia el estudio, pero ya el mal está hecho. Han infectado la cultura empresarial a través de las políticas y prácticas en las que influyen directa o indirectamente, al extremo que quienes trabajan para ellos suelen adoptar las mismas normas.
Ahora, reemplazar a un jefe narcisista no es garantía de que una cultura corrupta se recupere, pues su comportamiento ha provocado un daño organizacional duradero. Y más aun tomando en cuenta que hay compañías que premian ese comportamiento, lo cual resulta inquietante.
Un reciente estudio realizado en Italia, donde se encuestó a 172 directores ejecutivos de ese país, sugiere que aquellas personas que presentan cinco rasgos de personalidad narcisista son más propensas a ascender en la escala corporativa mucho más rápido que sus pares.
“Nuestros resultados son algo preocupantes. Implican que las organizaciones y las juntas favorecen el surgimiento de individuos narcisistas en puestos clave de liderazgo”, dijeron a Psypost las psicólogas Paola Rovelli y Camilla Curnis, quienes estuvieron al frente de esa investigación.
Si bien los narcisistas son muy astutos y pueden evadir la detección hasta que han estado en un lugar por un buen tiempo, queda de las empresas “desterrar” ese tipo de personalidad de su cultura corporativa. Enfocarse en contar con líderes innovadores, empáticos y transformadores debe ser la meta de cualquier compañía.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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