Ingredientes para las hallacas se dispararon con el dólar y se alejaron de la mesa
El precio de las hallacas ya listas se dolarizó y van desde uno hasta cinco dólares, dependiendo del vendedor y la clientela. Los precios de los ingredientes también se expresan en dólares
La hallaca forma parte esencial de la tradición navideña venezolana, pero desde hace unos años se ha hecho un plato difícil de llevar a la mesa, esto debido al alto costo de sus ingredientes y los bajos salarios que se tienen en el país.
A pocas semanas de llegada de la época decembrina, los gastos que tendría que acometer un comprador para adquirir los ingredientes de las hallacas superan por mucho encima el salario mínimo, que apenas es de 1.200.000 bolívares al mes, según se conoció de manera extraoficial. Esto apenas alcanzaría para adquirir apenas varios kilos de hojas de plátano que sirven de envoltura al suculento condumio, que en los mercados populares ronda los Bs. 250.000, mientras que en los supermercados, donde se venden empaques que dicen servir para 50 hallacas, el costo supera los Bs 450 mil.
Wilson Mejía es vendedor de una de las carnicerías ubicadas en el popular mercado de La Redoma en Caricuao, y cuenta que aunque las ventas en el año han estado «bien, pocas personas han comprando ingredientes para las hallacas, muchos vienen y preguntan, pero solo anotan los precios y ya, se van».
*Lea también: Chavismo reconoce que los servicios públicos están por el suelo
Asegura que esto se debe a que en los últimos días «el dólar se disparó, y aquí llega mucha gente con verdes, pero también llega gente que no tiene nadita, sobre todo los abuelos».
El precio de la carne varía según el corte, la conocida como pulga negra ya alcanza los 3,6 dólares o su equivalente en devaluados bolívares, mientras que cortes mejor apreciados están en $3,8.
«Yo he ido comprando para que mi mujer vaya guardando y así cuando llegue diciembre tener para hacer unas hallaquitas, así sea poquitas, pero cónchale que la navidad no pase sin la comidita, sobre todo por mis hijas, porque esas si aman la navidad», dice Mejía.
La hallaca no es prioridad
Aunque diciembre es sinónimo de utilidades, lo que antes representaba una alegría para los venezolanos ya no lo es. Lo mucho o poco que puedan recibir los trabajadores a través de esta compensación salarial es usado en su mayoría para comprar comida, pero no la típica comida navideña -pan de jamón, ingredientes para las hallacas o el deseado pernil- sino la comida del día a día.
Así da constancia Yamileth Maldonado, jubilada del ministerio de Educación que dicta clases particulares de física y química. «Con lo que reciba de la jubilación compraré comida para tener en la casa, porque en diciembre los papás no mandan a los niños a clases particulares, esa es una época de bochinche y pachanga y nadie va a estar pendiente de estudiar».
«Mis dos hijos viven fuera del país y siempre me mandan dinero, pero yo les digo que no es su obligación y menos con todo esto de la pandemia, porque allá también se ha visto todo difícil, entonces es mejor asegurar la comida y si queda puede ser que compre unas hallacas, porque hacerlas yo sola tampoco me gusta», dice esta mujer, quien forma parte del gran número de padres solos ante la migración de sus hijos.
La hiperinflación se ha devorado los ingresos de los venezolanos, quienes en los últimos años habían tomado previsiones para poder asegurar el plato típico de la navidad, pero este 2020 fue particular, la pandemia bajó los ingresos de muchos y desmejoró drásticamente las condiciones de vida de otros.
El año pasado, en zonas como Sabana Grande y Chacaíto, los vendedores ambulantes tenían las hallacas entre 45.000 y 50.000 bolívares; mientras que en locales de Chacao y Altamira, como Pastelería Danubio y automercados Plaza’s, los precios oscilaban entre los Bs 105.000 y Bs. 115.000. Hay apenas estos montos alcanzan para pagar dos pasajes de autobús.
Ruth Lira es madre de tres hijos, la mayor tiene apenas 12 años. Esta mujer que vive en Cartanal, una zona empobrecida de los Valles de Tuy, pocas veces en la vida ha llevado a la mesa de sus hijos una hallaca: los altos costos y el no tener un empleo que le generen ingresos fijos se lo impiden.
«Cuando comenzó la cuarentena la cosa se me puso chiquita, no teníamos ni para comer y no podía salir a rebuscarme con cualquier trabajito porque estaba prohibido, entonces por esos meses pasamos trabajo parejo», explica. Aclara que luego de esto finalmente llegó una oportunidad, «un amigo me prestó el dinero para comprar cloro, jabón y desinfectante detallado en una empresa y así cambiarlo por productos, y bueno, todo comenzó a cambiar».
Esta mujer que camina horas bajo el sol cambiando sus productos, asegura que «ni porque haga bastante dinerito hago hallacas, porque eso es una sola comida, ¿y los demás días qué? Prefiero hacerles un pollo al horno, o unas hamburguesas, total, ellos no entienden mucho la navidad porque poco la hemos celebrado«.
Precios de las hallacas se fijan en dólares
Durante la pandemia las redes sociales han sido el mercado propicio para cualquier venta, y las hallacas no quedan por fuera. Y los precios varían según el tipo (orientales, llaneras, caraqueñas o andinas); del tamaño; la calidad de los ingredientes y hasta del prestigio de quien las elabora.
Es por esto que la oferta del multisápido plato varía entre uno y cinco dólares, este último visto en las página de Instagram de una reconocida panadería al este de Caracas .
Según datos del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), para el mes de noviembre los venezolanos necesitaban al menos 29.930.000 bolívares para la realización de 50 hallacas con 18 productos, lo que representa un alza de 1.529% con respecto a los precios de 2019.
Con información de Jesús Hurtado