Los intocables de Clodosbaldo, por Simón Boccanegra
Clodosbaldo anuncia, alborozado, en un rapto de energía revolucionaria, que con su ley de contraloría se acabaron los intocables. Ahora todo el mundo puede ser investigado. ¡Corruptos, temblad, que allí viene Sir Clodosbaldo, caballero en blanco corcel, lanza en ristre en la diestra y las tablas de su portentosa ley en la siniestra, dispuesto a destriparos! Nos llena de gozo saber que Sir Clodo ya tiene montados en la olla a los hasta ahora intocables generales del misterioso guiso de los 1.030 millones en la Comandancia del Ejército, herencia de la Cuarta, con algunos protagonistas que se colaron hasta la Quinta. También, gracias a nuestro valiente Amadís de Gaula particular, sabremos si el intocable contraalmirante Grüber Odremán las debe en verdad o lo que salió a la luz pública fueron vapores de la fantasía de Alfredo Peña. A buen seguro que ya Clodo está calentando los motores del tanque con el que va a entrar en los intocables predios del Plan Bolívar 2000. Un fantasma recorre esta tierra de gracia, el fantasma de Clodosbaldo. Sir Clodo sólo espera del Rey Arturo que le indique a quién puede tocar. Hasta tanto, palabra de contralor arrecho, nadie será tocado.