Luis Lander: Izquierda latinoamericana está viviendo su caída del muro de Berlín
El director del Observatorio Electoral Venezolano, Luis Lander, considera que la izquierda totalitaria no ha comprendido que la democracia liberal es una conquista de los pueblos y no una imposición de la burguesía
El caso venezolano es paradigmático para mostrar lo que ha ocurrido con las experiencias de los gobiernos izquierdistas de tendencia totalitaria en América Latina, en las que los países que han tenido regímenes de este tipo han sufrido serias dificultades económicas, al tiempo que han visto mermadas sus instituciones y mecanismos democráticos. Así lo piensa Luis Lander, director del Observatorio Electoral Venezolano, quien cree que en la región se está viviendo una situación análoga a la de finales de la década de los 80 del siglo XX, cuando cayó el denominado bloque del Este, que desde la II Guerra Mundial había competido férreamente por el dominio del mundo frente a los países occidentales, de orientación capitalista.
«En Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro ha acentuado esos rasgos negativos y de alguna manera uno podría establecer una analogía, que estamos en una situación similar para la izquierda con lo que ocurrió con la caída del muro de Berlín, que inició el desmantelamiento del bloque socialista de Europa Oriental, el desmantelamiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y el distanciamiento del socialismo por parte de la mayoría de los países de ese bloque, y donde la propuesta de izquierda se vio profundamente debilitada», expresó Lander en entrevista con TalCual.
Considera Lander que las experiencias en América Latina de estos gobiernos llamados progresistas del pasado reciente en general no son muy halagadoras. «Son de mala gestión económica, lo que ha generado una serie de problemas en distintos países; han maltratado en exceso la democracia; han tenido una fuerte inclinación autoritaria; han socavado las instituciones públicas y en la mayoría de los casos ha habido un acentuado personalismo, y después hay cosas que uno, desde la izquierda pensaba que gobiernos de esta tendencia nunca podido haber hecho ese tipo de cosas, como casos de corrupción escandalosos y de violaciones de DDHH», aseguró.
División
Luis Lander, quien nos recibió en el estudio de su residencia, en Caracas, apunta que ha existido una dicotomía entre los sectores de izquierda a nivel mundial, ya que hay una tendencia que se opone a la versión totalitaria del socialismo y admite los logros en lo político y social de la democracia liberal.
De habla pausada, evidencia que piensa muy bien en las palabras antes de soltarlas y con ocasionales sonrisas al abordar temas complicados, Lander resaltó que hubo sectores muy importantes de la izquierda que criticaban severamente el modelo soviético. Esa tendencia al predominio de la razón se devela también por uno de los dos cuadros que le flanquean en las paredes de su biblioteca. Se trata del dibujo El sueño de la razón produce monstruos, de Goya, pieza emblemática del ambiente pre fascista que se vivía en la Europa de su tiempo.
«Tú estás en TalCual y Teodoro (Petkoff, su fundador) fue un personaje muy central del debate mundial alrededor del problema del estalinismo en la izquierda y la necesidad de superar eso. Pero, obviamente, aunque existía esa izquierda, que tenía una fuerte crítica al estalinismo, la caída del muro de Berlín significó un “tatequieto” por un rato de la izquierda mundial. Después, de alguna manera, la izquierda fue recomponiéndose y en América Latina tuvo un resurgir importante que lo llevó electoralmente a ganar varias elecciones; pero el resultado de esos triunfos nos colocan en esta situación que estamos ahora donde son muy significativos los casos donde electoralmente se han revertido esas tendencias que se aspiraban, desde sectores de la izquierda que fueran permanentes».
-El padre Pedro Trigo, investigador del Centro Gumilla, habló hace poco en un foro sobre la izquierda, organizado por Provea, y afirmó que existe una izquierda ineficiente que trata desde el Estado hacer algunas reformas pero no acaban con el sistema impuesto por el sector dominante económicamente, y otra que se debe ir creando con movimientos sociales desde abajo para lograr esos cambios ¿Es esa realmente la dicotomía que tenemos actualmente?
-Creo que hay una definición crucial en la cosa actual que es la postura de la izquierda con respecto a la democracia. Entendiendo la democracia en una medida importante lo que la izquierda tradicional ha menospreciado, que es la democracia liberal. Hay un viejo discurso de izquierda que la identifica como la democracia burguesa, pero no había una comprensión allí de que esa democracia liberal es una conquista de los pueblos, no es una cosa que la burguesía le impuso al pueblo.
-Fue con la revolución francesa
-La revolución francesa y antes que eso la revolución de Cromwell en Inglaterra que le puso coto a la monarquía y abrió espacios democráticos en la sociedad. En el siglo XX se estaba luchando por el voto de las mujeres, de los analfabetos, la conquista del voto como un derecho humano básico; eso en ninguna parte fue una concesión graciosa, fue producto de mucha calle. Esa “cosa” de la democracia, que la izquierda, Lenin, lo hablaba con absoluta contundencia, decía que se trata de consolidar la dictadura del proletario. Así que no se trata de democracia. Pero la idea de democracia se ha extendido ampliamente, de manera que nadie dice que no es democrático, nadie dice en su discurso que está en contra de ella aunque en la práctica puede estar de manera muy radical con prácticas que no son para nada democráticas, pero hay un debate en la izquierda que produce deslindes entre una que sí cree en la democracia y al creer en ella está el sufragio como elemento central, la separación de poderes, el pluralismo, la alternancia en el ejercicio del poder, elementos de un sistema democrático.
A juicio de Lander, la experiencia en Venezuela es muy categórica en eso: «Ya el PSUV y el gobierno claramente no creen en el pluralismo, la alternancia. Lo dicen cada vez que le preguntan, ‘estamos aquí para siempre’, después de Chávez son los ‘ungidos’ por el destino para ser herederos legítimos del chavismo y los únicos que tienen derecho a gobernar.
-Paradójicamente se vuelve a los principios de la monarquía
-Terminan siendo “el heredero”. Esto por supuesto de alguna manera tiene que ver con lo que mencionabas que dijo Pedro Trigo el otro día, porque la imposición de arriba hacia abajo no es democrática mientras que la pluralidad desde abajo y la expresión plural de que somos diversos sí sería democrático.
Nuevos debates
-Las experiencias contrarias a la democracia liberal, la Unión Soviética, Europa Oriental, Cuba, China que tuvo que echar atrás todo lo que se había intentado con Mao para terminar del lado del mercado, Corea del Norte, que tampoco es un modelo de progreso e industrialización, ¿esa izquierda totalitaria no está demostrado que no trae bienestar para el pueblo ni cumple las promesas de un mejor futuro para los pueblos?
-Por eso decía que estamos en una situación parecida a la que padecía la izquierda cuando la caída del muro de Berlín, un proyecto de izquierda, ha demostrado que no es capaz de hacer nada.
-Estamos viviendo lo que vivió Europa
-No solamente Europa, sino la izquierda mundial. Pero, por otra parte, las razones de fondo para que se hayan levantado alternativas distintas, progresistas, esas razones están ahí y se han ahondado, La desigualdad en el mundo desde la caída del muro de Berlín a esta parte lo que ha hecho es acentuarse.
«El hecho que hubiese una opción distinta al capitalismo en el mundo contenía excesos fuertes; borrada esa alternativa, también se borraron los límites del mercado, que es absolutamente desregulado y que por ende produce inequidades desreguladas muy grandes».
Relató Luis Lander que a estos factores que impulsan la búsqueda de una alternativa al capitalismo, se agregan problemas que tal vez no son nuevos pero sobre los que hay actualmente una mayor conciencia, como el ambiental, que se ha convertido en parte importante de la agenda. «No sé si allí (en ese debate) hay izquierda y derecha, pero por ejemplo Trump dice que no cree en eso. También los problemas de inequidad de género, eso se ha ido convirtiendo de manera creciente en un debate político importante. El abordaje del tema es novedoso y hace que esta cosa de derecha e izquierda se haga más complicada. Quisiera pensar, siendo optimista, que en América Latina la versión autoritaria de la izquierda ha conseguido suficiente mala prensa como para que se le ponga un freno y que eso no quiere decir que una alternativa no capitalista, progresista, no tiene espacio porque (como dice el lema) “el capitalismo y el liberalismo es la única opción”, ya que muy mala opción es.
Falta de proyecto
-Si nos hemos enfrentado a estas experiencias de izquierda y en algunos países giran a la derecha y salen peor con las medidas de libre mercado, con inflación ¿a qué se enfrentan los pueblos? ¿Hay que dejar estas ideas en el siglo XIX y repensar todo de cero? ¿O es simplemente como dice mucha gente de izquierda, que no es el modelo sino la aplicación?
-Claramente hay una deficiencia de la implementación de la cosa que es incuestionable. ¿Es posible a partir de las ideas básicas de izquierda hacer una alternativa que funcione mejor? Hay un historiador inglés, marxista, Eric Hobsbawm, decía que un problema serio del socialismo en general es que no ha tenido nunca un proyecto alternativo, no ha dicho qué es lo que hay que hacer, cuál es el modelo opuesto al capitalismo. Uno ve que los intentos de gobierno de izquierda son atacar algunas cosas del capitalismo, en la mayoría de los casos terminan siendo proyectos profundamente estatistas que terminan siendo proyectos no democráticos, porque en el Estado se concentra todo. Hobsbawm dice que el mercado no es ni socialista ni capitalista. Por supuesto que el mercado sin ningún tipo de regulación produce distorsiones, pero sin mercado tampoco hay economía y a varias gentes, Teodoro inclusive, decía que lo que se trata es construir una sociedad con tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario; no está diciendo nada, no hay precisión, pero es la idea de que es absolutamente necesaria la existencia de un mercado que sea vigoroso, que funcione con vitalidad pero con un Estado que regule la economía para defender a los más vulnerables. Si se produce una transición política se va a dar con mucha fuerza el debate sobre qué hacemos con la industria petrolera, la privatizamos o la dejamos como está. En Noruega no es privada pero tampoco es del gobierno. En Venezuela tuvimos desde 1976 una empresa petrolera nacional exitosa, pero para mi gusto funcionaba demasiado como empresa privada.
-Volviendo al tema de los derechos humanos y la izquierda totalitaria. El chavismo todavía es una fuerza respetable por más que sea evidente que es minoría, pero las personas que siguen el proceso bolivariano a pesar de señalamientos como el informe de la alta comisionada de los DDHH, MIchelle Bachelet, ¿lo hacen porque no tienen una clara conciencia democrática o porque el Estado ha impuesto su pensamiento al dominar hegemónicamente los medios?
-Claramente el Gobierno tiene un control mediático muy determinante. Hay algunos sectores de la sociedad que los afecta menos, porque con estos aparaticos (teléfonos inteligentes), computadora, internet, whatsapp, logran mantenerse informados y logran baipasear los controles del Estado, pero hay otro sector de la población que no tiene acceso no solo a la información sino a canales de esparcimiento, porque solo cuentan con los canales del Estado, que plurales no son. Hay una creciente (tendencia) de mentir, y es impresionante la impunidad con que eso se hace. El constituyente Pedro Carreño dijo antier “la pendeja esa de Bachelet”. Cuando la nombraron alta comisionada, mucha gente en Venezuela, por supuesto de la oposición, dijeron, “ya pusieron una chavista allí” y yo dije “menos mal que la eligieron” porque tenía confianza en que era una mujer honesta y que había padecido experiencias de violaciones de DDHH y que era sensible sobre el tema.
Opina Luis Lander que el informe de Bachelet tiene mucha más fuerza internacional, pero también para la izquierda mundial, debido a que quien está dando ese informe sea precisamente la socialista Michelle Bachelet. «Ahí está atravesado el debate en la izquierda. Yo era estudiante universitario cuando asesinaron a Jorge Rodríguez padre, lo conocí, aunque no fuimos amigos cercanos, pero recuerdo que el funeral, en el Aula Magna, fue algo conmovedor porque se llenó de bote en bote, de estudiantes y profesores, y hubo una manifestación que llevó a pie la urna desde allí hasta el Cementerio General del Sur. Fue un golpe duro para la izquierda en Venezuela y mostró que el gobierno de entonces era violador de los DDHH. Ajá, pero entonces ¿qué pasó ahora con el caso del capitán Acosta Arévalo? Las mismas gentes, muchas de las cuales asistieron a ese velorio, que defienden al gobierno de Maduro ahora ¿no les hace un cortocircuito allí? Uno podría decir algo similar con la corrupción. La bandera muy vehementemente manejada por Chávez era la de la lucha contra la corrupción, ¿y ahora qué pasó? Son interrogantes a las cuales no tengo respuesta.
Guion exitoso
-En los años 70 y 80 el debate era sobre las dictaduras del cono sur, la operación Cóndor y aquí en Venezuela la prisión de David Nieves, ¿ver ahora esta situación y no hacer nada es como decir, como lo hace la izquierda no me importa, y que entonces se criticara porque lo hacía la derecha? Volvemos a la pregunta, ¿nos falta la cultura democrática?
-No es una pregunta que se puede responder fácilmente con sí o no. Si uno hace caso a los estudios de opinión, la valoración por el sufragio en el venezolano es muy alta. La gente todavía ahorita, está en uno de los portales de la Universidad Católica, aún en las condiciones actuales, el 70% dice que iría a votar con estas condiciones, aunque dicen que lo que les genera más desconfianza es el CNE. Por supuesto que eso no es lo único que define la democracia, es parte importante del asunto. Si no hay elecciones por supuesto que no hay democracia, pero habiendo elecciones uno debe preguntarse de qué tan buena calidad son las mismas, y lo otro es la separación de poderes, la alternancia, libertad de expresión, respeto a los DDHH. ¿Cómo estamos nosotros aquí? Una cosa que es terrible pero constatable, es que el venezolano con respecto a la corrupción suele ser tolerante en épocas de bonanza. ‘Hay para todos’ pero cuando se está en una situación como la de ahorita donde hay personas que para comer hurgan en la basura, es absolutamente terrible, y ahí la corrupción adquiere ribetes escandalosos, que conduce a que la población sea más intolerante ante ello. La corrupción con impunidad incita a que eso prospere.
-La constituyente nombró una comisión para ver la posibilidad de adelantar las elecciones de diputados. Qué escenario avizora allí? ¿Si se hace fuera de un acuerdo entre la oposición y el Gobierno a qué escenario vamos?
-El oficialismo está repitiendo un guioncito que hasta ahora desde su perspectiva le ha resultado exitoso. No es algo distinto a la elección presidencial de 2018, la asamblea constituyente, que no es la que tiene potestad de convocar elecciones, impuso unas elecciones presidenciales anticipadas, pero además fueron convocadas con un muy estrecho margen, fueron extremadamente apresuradas y eso significa que el hecho que la mayoría de la oposición hubiese terminado decidiendo no participar, una de las razones por las que ocurrió, es porque no tenían tiempo de ponerse de acuerdo. Si las elecciones hubiesen sido en diciembre hubiesen logrado algún acuerdo.
-¿Es partidario de acudir aunque no se cambien las condiciones?
-No me gusta la pregunta en esos términos de sí o no. Es un proceso dinámico. Hay una serie de cosas específicas que hay que entender. Si me dicen que se tienen que cumplir todas, serían unas elecciones perfectas, no aspiro a eso; pero sí atender a varias de ellas. Si logramos que funcione hasta la mitad es mejor que lo que tenemos ahorita. Esperemos a estar frente a ese puente a ver si lo atravesamos o no.
-Tenemos la experiencia exitosa para la izquierda de Chile y la de Uruguay, ¿por qué cree que no se imitan estos modelos y sí el cubano?
-Tiene que ver con lo del libro de Lenin, Reforma y Revolución. Hobsbawm dice que la izquierda debe ser un continuo, que no debe verse ruptura entre reforma y revolución pero hay sectores de izquierda que ven con desprecio propuestas progresistas que de alguna manera respetan las instituciones liberales y las acusan de reformismo y dicen que no está en su campo.
Quedan situaciones excepcionales, como la del Uruguay, donde la experiencia del Frente Amplio, que realmente es amplio y hay diversidad de posturas y dinámica democrática. Los otros casos, está el de México, le daría un tiempo para evaluarlo. Hay quienes dicen que (la gestión de Andrés Manuel López Obrador) va hacia el chavismo aunque a mí me parece exagerado, pero hay que dejar que ruede un poco. Pero los casos son los de Nicaragua y Cuba, que es de vieja data. El de Bolivia no es exactamente como los demás porque hay organizaciones no partidistas que son sólidas y reclaman espacios y no se han dejado apabullar del todo.
Luis Lander prevé que el caso de Argentina, donde está prácticamente cantado el regreso al poder de Cristina Fernández, en esta oportunidad como vicepresidente, llamará mucho a debate. «Estaba el gobierno de los Kirchner, que era visto por una parte de la sociedad latinoamericana como algo espantoso; entonces Macri ofreció una alternativa y allí está la opinión de los argentinos sobre esa alternativa. Aparentemente no les gustó. ¿Qué va a pasar si ocurre lo que pareciera que va ocurrir si los Fernández ganan la elección en octubre?
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