Maduro, Cabello y la Polar, por Sebastián Boccanegra
El número de empresas privadas en Venezuela se ha venido achicando desde 1999. El sector privado ha tenido que soportar una guerra, esta sí verdadera, desde el Gobierno del difunto «eterno», primero, y de su «hijo» después. Hemos visto nacionalizaciones, compra de empresas por parte de «amigos» del Gobierno, no sólo en el sector de los medios de comunicación sino en otras áreas, como la de alimentos, y no lo decimos solo por la venta de la empresa que fabricaba el popular diablitos.
Para hacerse dueños de algunos medios de comunicación desde el Gobierno se ha empleado todo tipo de artimañas para hacer a esas empresas poco o nada rentables y obligar a sus dueños a venderlas.
Están los casos de Globovisión que sufrió innumerables visitas de Conatel y del Seniat, multas y hasta bombas de diversos tipos y calibres lanzadas por grupos paramilitares chavistas.
Los medios impresos también recibieron presiones de diferente tipo y les aplicaron medidas para que sus dueños vendieran.
Así algunos boliburgueses se hicieron dueños de esas empresas. Tenemos la percepción de que algo similar se está haciendo con Empresas Polar. Insultos de todo calibre contra su presidente Lorenzo Mendoza.
Inspecciones permanentes, multas, formación de sindicatos paralelos amparados desde el Ministerio del Trabajo, asalto a sus instalaciones, secuestro de camiones por parte de grupos paramilitares, cerco cambiario, control de precios eterno. Todo ello hace que la rentabilidad de la empresa se reduzca significativamente.
En este ataque tienen una participación muy importante el Presidente de la Republica y el capitán Cabello. ¿Será que ambos personajes son una especie de testaferros de algunos boliburgueses, bolichicos o bolicheros que le quieren poner la mano a Empresas Polar?
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