Maduro presentó más excusas que resultados en su memoria y cuenta

El líder chavista centró su discurso de memoria y cuenta en el control de la Asamblea Nacional como mecanismo para recuperar al país, y a su vez la ausencia del chavismo en el Parlamento como principal motivo de las desgracias de Venezuela en los últimos años
El mandatario Nicolás Maduro presentó su rendición de cuentas anual, mejor conocido como «Memoria y Cuenta», ante la Asamblea Nacional administrada por el chavismo, después de cuatro años haciéndolo ante otros entes.
Por primera vez en cuatro años Maduro ofrecerá este balance de su gestión ante diputados de la Asamblea Nacional, pues en 2017 lo hizo ante el Tribunal Supremo de Justicia, mientras que desde 2018 hasta 2020 lo había hecho ante la ilegítima asamblea constituyente.
En un hemicilio repleto de diputados chavistas, pero con algunos asientos diplomáticos vacíos, el líder chavista centró su discurso en el control de la Asamblea Nacional como mecanismo para recuperar al país, y a su vez la ausencia del chavismo en el Parlamento como principal motivo de las desgracias de Venezuela en los últimos años.
No en vano, atribuyó la culpa de problemas económicos, sociales, sanitarios y políticos a administración opositora electa en 2015, a la cual se refirió durante toda la alocución con los términos «traidora y cruel». Esta atribución de culpas pierde sentido al considerar que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y posteriormente la ilegítima asamblea constituyente asumieron las funciones del Parlamento opositor por un supuesto «desacato» al que lo sometieron.
En este sentido, Maduro invirtió más tiempo en presentar excusas para la situación actual del país y culpar a terceros, que en mostrar los resultados de su gestión. No solo habló del transcurso del 2020, sino que intentó justificar el desastre económico y político de los últimos cinco años. Por supuesto, en el camino declaró medias verdades, maquilló datos y mintió descaradamente, como pudo conformar el equipo TalCual a través de su verificación de hechos del discurso.
Chavismo contra la covid-19
Maduro inició su discurso de memoria y cuenta con el tema más importante de 2020, la pandemia que azotó a todo el mundo y que profundizó los problemas de Venezuela. Sin embargo, el gobernante celebró el «éxito» que ha conseguido Venezuela en su gestión contra el coronavirus.
Se atribuyó ser el primer presidente en colocarse un tapabocas y en ordenar su uso a la población de su país, tan solo segundos después de admitir que esta decisión la tomó porque así se manejó la crisis en China, tras la aparición de los focos en Wuhan.
Gracias a esta y otras medidas como el confinamiento temprano y la salud gratuita, el chavismo asegura que controla la pandemia con unos 120.000 casos detectados, equivalentes a menos de 15 por cada 100.000 habitantes, según Maduro, uno de los índices más bajos del mundo. Sin embargo, Venezuela figura como uno de los países de la región que menor cantidad de pruebas PCR ha aplicado, por lo que es posible que esta cifra sea un subregistro.
También aseveró que había garantizado la atención médica de todos los venezolanos que contraen la enfermedad a través de 58 hospitales centinela y más de 400 centros de diagnóstico integral habilitados para tratar la covid-19, aunque realmente estos centros no poseen la adecuación necesaria para garantizar una atención adecuada a esta enfermedad, según una investigación de la Alianza Rebelde Investiga.
Por otra parte, afirmó que durante estos meses el chavismo se encargó de compensar a las familias que no han generado ingresos por el confinamiento, mediante bonificaciones otorgadas por el Carnet de la Patria, la suspensión del pago de alquileres y asumiendo las nóminas de las empresas del sector privado. Lo que no mencionó es que los bonos otorgados por el chavismo equivalen a apenas un par de dólares, por lo que alcanzan para comprar apenas productos de una canasta alimentaria que supera los 200 dólares.
Hizo referencia al retorno de migrantes en el contexto de la pandemia y aseguró que en los próximos meses ya tenían programado el regreso de unos 300.000 venezolanos que desean ingresar al país desde el extranjero a través del «plan regreso a la patria». Mientras tanto, omitió datos sobre la emigración, fenómeno que sigue ocurriendo y que según agencias internacionales, este año la diáspora podría superar la cifra de 7 millones de migrantes venezolanos.
En este contexto, el gobernante hizo transición a su segundo tema de la noche: el complot internacional. Y es que Maduro acusó a Iván Duque de aplicar políticas xenófobas contra la comunidad de venezolanos en Colombia e incluso de contagiar de covid-19 a ciudadanos sanos para enviarlos de regreso a Venezuela, con la presunta finalidad de elevar la curva de contagios del país.
Los enemigos de Maduro
Tras lanzar la acusación contra Duque, Maduro hizo un repaso de los supuestos ataques que ha sufrido su gobierno en los últimos cinco años. Nuevamente atribuyendo culpas a terceros para realzar la «lucha» que ha llevado al mantener liderazgo político pese a estos supuestos embates.
En esta retahíla de acusaciones, incluyó a Iván Duque, al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a gobiernos «satélites» bajo las órdenes de Washington y a los tres dirigentes opositores usualmente señalados: Leopoldo López, Julio Borges y Juan Guaidó, responsables de solicitar sanciones a la comunidad internacional y desatar los problemas económicos y productivos del país.
Según Maduro, han sido más de 400 los ataques perpetrados por grupos terroristas en suelo venezolanos, apoyados por Estados Unidos y Colombia. Entre ellos, destacó el supuesto intento de magnicidio del 4 de agosto de 2018 y la Operación Gedeón del 3 de mayo de 2020.
En este sentido, solicitó a la Asamblea Nacional entablar conversaciones con el Congreso de Estados Unidos para que estos hechos se investiguen en suelo norteamericano. «Fue Donald Trump en la Casa Blanca quien dio la orden a Juan Guaidó de reunirse con (Jordan) Goudreu -cabeza de la compañía contratada para efectuar la operación- y contratar a esa empresa. Están las manos sangrientas de Trump metidas en esta operación. Se sabrá la verdad, sabrán de mí», aseguró el mandatario.
La lucha por el Esequibo
Como parte de esta especie de «complot internacional» que Maduro asegura, existe en su contra, también mencionó el conflicto existente en torno al territorio esequibo, una disputa que mantiene con Guyana.
El presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) señaló una vez más a la oposición liderada por Guaidó como responsables de ofrecer este territorio a cambio de reconocimiento y legitimación internacional.
«La derecha trumpcista retomó las acciones para retirarnos el territorio de la Guayana Esequiba. Se pretendió entregar ese espacio a cambio de reconocimiento del Reino Unido. La embajadora de ficción de Guaidó (Vanessa Neumann) hizo el lobby para que el Reino Unido apoyara a Guyana para apoderarse de Guayana», afirmó.
Ratificó su intención de ir a cualquier instancia internacional para reclamar el territorio Esequibo, después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) se declarara competente para determinar a qué país le pertenece este territorio.
Guerra económica
Posteriormente, Maduro le dedicó la mayor parte de su discurso a hablar de la «guerra económica» que se ha aplicado en contra de su Gobierno, y a señalar a las sanciones de Estados Unidos y el sistema internacional como responsables absolutos de la contracción económica de Venezuela en la última década, a pesar de que las medidas sancionatorias iniciaron en 2017 contra funcionarios individuales.
«El ilegal bloqueo a través de la política de sanciones es lo que más daño ha hecho en este quinquenio. Ha sido multiforme, cruel, extenso, creciente y planificado; y ha abarcado todos los aspectos de la economía real: los ingresos del Estado, la moneda, la comercialización del petróleo, la deuda externa, el intercambio comercial con el extranjero, el oro, el petro, todos los minerales, las medicinas, los alimentos, la economía digital… todos los frentes, no hay ninguno que no haya sido atacado», destacó.
Según las cifras del oficialismo, entre 2007 y 2012 el sector público recibió flujos positivos de financiamiento, «soportados por una economía sana», según Maduro, aunque el mayor aporte de aquella época se debe a los ingresos petroleros que encontraron su máximo histórico debido a un barril con un valor de 140 dólares.
En dicho período, el sector público recibió 59.912 millones de dólares de financiamiento externo, mientras que entre 2013 y 2018 esta cantidad se redujo a 5.900 millones. «Cierran los flujos de financiamiento externo del país y mantenemos flujos negativos cercanos a los 6.000 millones de dólares en materia de financiamiento», subrayó Maduro.
Industria petrolera
Aunque despreció sanciones contra todos los recursos, hizo un énfasis en la industria petrolera, ya que su destrucción en los últimos cinco años también tiene culpable externo a los ojos del chavismo.
Lejos de la nula inversión y la desidia gubernamental que advierten expertos y analistas como principal causa del debacle de la industria petrolera, que solía producir más de 2 millones de barriles de crudo por día y ahora suele superar a duras penas los 300.000 barriles, el chavismo asegura que la verdadera razón del colapso de la industria son las sanciones de Estados Unidos.
Maduro sostuvo que el ataque contra la empresa petrolera tuvo varios cursos de acción. En primer lugar una persecución financiera, luego con operaciones jurídicas para despojarles activos como Citgo, posteriormente un embargo que prohibió el comercio internacional de Pdvsa y finalmente un «asalto interno» con sabotaje a sus plantas.
Como resultado, la producción habría caído un 69% entre 2014 y 2019, lo que supondría una pérdida estimada de 102.500 millones de dólares para el Estado.
Sin embargo, sobre la crisis de la industria, Maduro prometió que para el próximo año impulsaría una recuperación de 1.500 millones de barriles por día, gracias a un plan que prevé la disminución de costos de producción y formas de financiamiento alternas.
De hecho Maduro aseguró que esta recuperación podría ser «inmediata» si le devolvieran los activos «robados» por la comunidad internacional a través del gobierno interino de Guaidó. No obstante, olvida el detalle de que estos «robos» iniciaron en 2019, después de cuatro años de colapso de la industria petrolera. Antes de la aparición de Guaidó, el chavismo poseía estos recursos y activos, pero Pdvsa seguía profundizando su crisis.
A pesar de esto, Maduro insistió en que estas fueron las razones por las cuales Venezuela experimentó la «más brusca caída de ingresos en su historia», al perder un 98,6% en seis años. De 56.000 millones de dólares que generaba el país en 2013 por conceptos petroleros, actualmente solo ingresa 743 millones.
Con respecto a la deuda, también hizo hincapié en que la razón por la que el chavismo no ha cumplido con sus compromisos es por la imposibilidad de pagar en el sistema bancario internacional, nuevamente debido a las sanciones.
En este sentido, invitó a los acreedores con pagos pendientes, a negociar directamente con el chavismo para «conseguir nuevas soluciones y buscar nuevos caminos» para cumplir con estas obligaciones.
Dolarización
Maduro hizo énfasis también en el uso del dólar y otras divisas, y las colocó como una «válvula» para aliviar la economía del país, aunque descartó la posibilidad de presenciar un proceso de dolarización en el país.
Para soportar esta declaración reveló que el 77% de las transacciones del país se hacen por vía digital en bolívares, mientras que un 20% en dólares en efectivo. Esta cifra difiere con los estudios de Ecoanalítica, firma que situaba las transacciones en divisas en un 54% para noviembre de 2019.
A pesar de que Maduro hizo esa afirmación, inmediatamente después adelantó que la banca nacional trabaja en un sistema para introducir divisas a las transacciones digitales.
«Vamos a avanzar hacia la economía 100% digital. Se autorizará, bajo supervisión de la Superintendencia de Bancos, la apertura de cuentas a todo nivel en divisas convertibles. Podrán abrir legalmente cuentas en dólares y tendrán tarjetas para que hagan sus pagos de compras y venta en bolívares, y se haga la conversión», subrayó.
Sobre la «economía digital», también adelantó que el sistema de transporte público adaptará mecanismos para pagos digitales, ya que un 80% del dinero en efectivo en Venezuela se utiliza con ese fin.
Resultados en cápsulas
Tras un largo discurso de más de dos horas relatando los «obstáculos» de su gestión y su «heroica» lucha para mantener al país en medio de los supuestos ataques en su contra, Maduro finalmente ofreció resultados y estadísticas de su memoria y cuenta correspondiente a 2020, de forma resumida.
Aseguró que en 2020 se produjeron 400.000 toneladas de alimento en suelo venezolano, también que la industria petrolera logró subsidiar 430 millones de dólares a vehículos particulares y otros 134 millones al transporte público como parte del nuevo esquema de precios del combustible; y que el aporte fiscal de la recaudación interna al gasto público se ubicó en 47%.
Por otra parte, aseguró que transfirió recursos para para su programa de bonos del carnet de la patria por el orden de 1.400 millones de dólares en todo el año, a través de 517 millones de bonos que habrían beneficiado a 14,2 millones de personas mensualmente.
Acotó que la tasa de desempleo subió dos puntos, de 6,9% a 8,8%. El empleo formal disminuyó tres puntos para ubicarse en 56,1% y el trabajo informal subió tres puntos hasta 43,9%.
La escolaridad, por otra parte, según el chavismo se ubica en un 93%. Sobre este punto, insistió en que se trabaja en un plan para regresar parcialmente a las aulas de clase de manera presencial en febrero.
En cuanto a la pobreza, Maduro ubicó esta cifra en un 17% de pobreza general y un 4% de pobreza extrema, números que contradicen una inmensa cantidad de informes de organizaciones nacionales e internacionales que han estudiado la crisis humanitaria que sufre el país. Concretamente, según la última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), la pobreza extrema se encuentra en un 79%.
Más de 6,2 millones de familias estarían incorporadas a los «sistemas de protección» de Hogares de la Patria. Otros dos millones supuestamente han sido atendidos a través de la misión José Gregorio Hernández y ya son 21,2 millones de ciudadanos los registrados en el sistema patria.
De igual manera, afirmó que se construyeron y otorgaron 400.000 nuevas viviendas como parte de la gran misión vivienda Venezuela, y prometió 500.000 para 2021.
Maduro concluyó su memoria y cuenta solicitando colaboración de la Asamblea Nacional para mejorar la gestión contra la covid-19, recuperar la economía, establecer leyes que incrementen la participación popular y defender el territorio de Guayana.