Manipulación policial, por Teodoro Petkoff

El vicepresidente Rangel se ha quejado de lo que denomina “manipulación mediática” en el tratamiento de los acontecimientos desencadenados a raíz del asesinato de Danilo Anderson. Así como Rangel confesó que la detención y presentación pública de los esposos López Castillo fue un “exceso”, también es posible que algunas personas que han opinado sobre el caso hayan cometido “excesos” en el tipo de especulaciones que realizan sobre el trágico episodio. Lo mismo podría decirse del modo como algunos medios han presentado las incidencias de la investigación.
Pero existe también —y Rangel, profundo conocedor de los comportamientos policiales puesto que se pasó muchos años denunciando tales “excesos”, lo sabe muy bien— la manipulación policial. Esta es evidente en algunos aspectos de la investigación que se adelanta y en el modo como se informa de ella. Jesse Chacón, esta mañana en el canal 8 dijo, en una variante de la declaración de Rangel, que se está intentando desviar la atención de lo que llamó el “centro” del asunto, que es la muerte de Anderson, hacia otro terreno y que de la víctima se quiere hacer el victimario. Esta es una manera tendenciosa de presentar las cosas. Desde el momento en que comienza la investigación policial la atención del público y de los medios se traslada inevitablemente hacia esta y hacia el esclarecimiento del crimen. Ahora el “centro” del caso es la investigación, sobre todo si en ella se han producido otras muertes.
En este terreno, a pesar de que el Presidente alertó acerca de que los procedimientos policiales deberían ajustarse a la Constitución y las leyes, han ocurrido cosas sobre las cuales cabe sospechar una actuación poco clara de las policías. Comencemos con el caso de los hermanos Guevara. ¿Cómo es eso de que unas personas a las que, según Chacón, se les buscaba por existir indicios de su participación en el caso Anderson, “desaparecen” y a los días “aparecen” maniatadas en un matorral en Valencia y son “encontradas” por la Guardia Nacional, que las entrega luego a la Disip? ¿Quién los apresó y retuvo por unos días y luego los lanzó en ese sitio? ¿Fue un cuerpo policial? ¿Cuál? ¿Qué tipo de procedimiento policial es este? ¿Está ajustado a la Constitución y a la ley? Es obvio que no. Jesse Chacón se limitó a decir que eso habría que investigarlo y luego se lanzó a especulaciones tan absurdas como que no se podía descartar que se hubieran “autosecuestrado”. Es evidente que a estas alturas ya Chacón sabe exactamente qué pasó. ¿Por qué no dice la verdad y evita con eso las especulaciones y las “manipulaciones” ? Por otra parte, después de la detención de otro Guevara, Juan Bautista, no se ha sabido más de él. Sus familiares no han podido verlo (la Constitución prohíbe la incomunicación) y no ha sido presentado ante los tribunales. ¿Es esto legal? ¿Es constitucional? ¿No es esto manipulación policial, doctor Rangel?
Tenemos también el caso de la persona muerta en el motel de Barquisimeto. La información policial suscita muchas dudas acerca de la posibilidad de una manipulación. Si el hombre estaba encerrado en una habitación, a nivel del suelo, sin otra salida, y siendo esencial para el desarrollo de las investigaciones capturarlo vivo, ¿no habría sido lo correcto intimarlo a rendirse y negociar con paciencia su entrega —puesto que no tenía posibilidad alguna de eludir el cerco—, en lugar de tumbar la puerta y entrar echando plomo, con el resultado conocido? Si hubo, como se dijo, un funcionario herido en la balacera, ¿por qué no se le presenta a los medios para evitar especulaciones que alimentan las dudas acerca de cómo se produjeron los hechos?
Si las cosas se hacen correcta y diáfanamente, doctor Rangel y teniente Chacón, si todos los procedimientos se ajustan a la Constitución y a las leyes, no hay espacio para la “manipulación mediática”. Si la hay —y no lo negamos de plano— es el propio gobierno quien la impulsa con la evidente manipulación policial.