Maquiavelo y los opositores venezolanos, por Pedro Luis Echeverria
Twitter: @PLEcheverria
Una soleada mañana, caminando por las calles de Florencia en Italia, los integrantes de una delegación de opositores venezolanos se toparon repentinamente con el politólogo, filósofo, escritor y diplomático italiano, Nicolás Maquiavelo; considerado como el padre de la ciencia política moderna. Impresionados por las credenciales del personaje, rápidamente le propusieron contratarlo como asesor político del movimiento opositor de nuestro país.
Sobre el particular, Maquiavelo les dijo: «En las deliberaciones en que está en juego la salvación de la patria, no se debe guardar ninguna consideración a lo justo o lo injusto, lo piadoso o lo cruel, lo laudable o vergonzoso, sino que, dejando de lado cualquier otro respeto, se ha de seguir aquel camino que salve la vida de la patria y su libertad». Yo creo que lo principal en esta conversación entre nosotros es que ustedes conozcan mi pensamiento sobre cuáles deberían ser las cualidades de un buen líder y como debe comportarse para aspirar a ser el mejor. A mi juicio, esto se consigue mediante la astucia, la inteligencia y/o el pragmatismo, añadió.
Por todo ello, antes de considerar la interesante oferta que me proponen, permítanme formularles algunas reflexiones y ciertas preguntas cuyas respuestas u omisiones determinarán mi decisión:
¿Cuál creen ustedes que es su responsabilidad principal en estos tiempos de pandemia, colapso de la economía, el desplome de los servicios básicos, la inseguridad, la destrucción del sistema de salud, la indetenible corrupción, etc. que asolan y han asolado a su país?
Por otra parte, hay que tener coherencia entre lo que dicen, hacen y lo que la sociedad espera de ustedes.
Deben ejercer funciones de fiscalización, sin concesiones de ninguna naturaleza, de las actividades del régimen, legislar, en todas las instancias, sobre cuáles han de ser las políticas que convienen al país, pero, desafortunadamente tengo la impresión de que lo que recibe el pueblo venezolano de ustedes es todo lo contrario, una oposición enredada en sus ambiciones personales y en las propias y difíciles circunstancias por las que atraviesan las organizaciones políticas a las que pertenecen.
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Cuándo ustedes asumen un liderazgo que nadie les ha otorgado, ¿cuáles son las motivaciones que los impulsan?, ¿tener poder?, ¿ganar fortunas?, ¿por prestigio personal? O ¿para cualquier otra cosa? Yo creo que esos son propósitos individuales y que no hay un propósito superior en lo que ustedes hacen. Entonces, ¿se trata acaso de cuidar los compromisos que asumieron para llegar al liderazgo? Me refiero a los compromisos con su organización política, con sus amigos, con sus parientes, con los que les financiaron la campana política. Debo advertirles que con el cumplimiento de esas «obligaciones» aparecen las incongruencias y el tipo de conducta que aleja a la ciudadanía de la política y que contribuyen al descrédito y el rechazo del sistema democrático.
¿No creen ustedes que el desafío más grande de los venezolanos es realizar una auténtica reforma política, que comprenda lo institucional, lo conceptual y el establecimiento de principios éticos si es que quieren vivir en una democracia eficiente, justa y de equidad? Entonces, ante unas elecciones en ciernes ¿cómo son los candidatos?, ¿los partidos?, ¿las plataformas y los programas? ¿Cómo le garantizan al país que no van a usar la democracia para atender los intereses particulares que se sabe ustedes defienden?
Muchos de ustedes están en la política para ascender socialmente, para cuidarse las espaldas por los errores cometidos, para hacer dinero y tener solvencia económica, pero en ninguna parte he visto que están allí para cambiar al país, para propender a la equidad, para mejorar la educación, la salud, el medio ambiente, erradicar la corrupción, etc.
Les exigen a los ciudadanos votar, pero, a su vez, no se comprometen a ser responsables en el ejercicio del poder para salvaguardar la democracia. Les recuerdo que, por ejemplo, hace varias décadas el Pacto de la Moncloa, que en su momento se suscribió en España, logró una transición democrática que le puso fin a una dictadura que tenía casi cuatro décadas usufructuando el poder. Esta acción de la política española rehízo el sistema político lo que le permitió a es país ubicarse en la modernidad.
Ustedes, a mi parecer, no están cumpliendo ni cumplen con los requisitos mínimos indispensables que exijo para darles mi asesoría, por lo tanto, muy a mi pesar me veo obligado a declinar vuestra atractiva oferta.
Pedro Luis Echeverria es economista y consultor.
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