Cientos de migrantes venezolanos esperan en la frontera de Cúcuta para volver al país

Migración Colombia informó el miércoles 3 de junio que 71.052 venezolanos habían logrado retornar a su país a través de las fronteras de Apure, Táchira y Zulia. La mayoría, más de 55.000, lo han hecho por el puente fronterizo Simón Bolívar.
Más de mil migrantes venezolanos están apostados en las aceras y calles de Cúcuta esperando poder retornar al país a través del puente Simón Bolívar.
«Nos queremos ir, nos queremos ir» es una de las consignas que corean estos migrantes, quienes en medio de la pandemia generada por la covid-19 buscan volver a sus hogares, luego de que muchos fuesen desalojados y perdieran sus empleos a causa de las restricciones fijadas por los gobiernos en un intento por frenar la expansión del coronavirus.
Muchos de estos migrantes esperan sentados en las aceras del sector La Parada, ubicadas a los costados del paso del Puente Internacional Simón Bolívar que divide la frontera entre Colombia y Venezuela.
Los venezolanos llegan hasta este punto caminando o en autobuses, todos con sacos y maletas llenos de sus pertenencias, mismas con las que un día se fueron del país. Muchas de estas personas llegaron a Cúcuta desde diferentes ciudades de Colombia y de países como Ecuador o Perú, hace 4, 6 y hasta 8 días, todos esperan que las autoridades de su país autoricen el paso a Venezuela.
Migración Colombia informó el miércoles 3 de junio que 71.052 venezolanos habían logrado retornar a su país a través de las fronteras de Apure, Táchira y Zulia. La mayoría, más de 55.000, lo han hecho por el puente fronterizo Simón Bolívar.
Durante su espera estas personas están sometidos a condiciones que ponen en riesgo su salud y vida, las altas temperaturas que llegan muchas veces a 37 grados centígrados, expuestos al sol inclemente o a las lluvias, muchas veces acostados en el piso o debajo de carpas que improvisan con cobijas y sábanas.
Así lo afirma Giovany, quien desde hace cuatro días llegó al punto fronterizo para dirigirse a la ciudad de Barinas, señaló que diariamente desde el lado venezola les avisan que tendrán paso franco a su país, pero al final de la tarde simplemente se ven encallados en una fila.
«Acomódense que mañana pasan. Nos acomodamos, y pasan unos poquitos», le explicó a la Voz de América. Por su parte, José Gregorio, otro migrante venezolano, se ve obligado a cocinar en una hornilla improvisada con ladrillos, una fogata y unas ollas viejas.
La mayoría de estas personas no cuenta con guantes o tapabocas, equipos de bioseguridad básicos para prevenir el coronavirus.
El director de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa, ha reiterado que Venezuela tiene una capacidad muy limitada para recibir migrantes.
«Tenemos una limitación muy fuerte en Norte de Santander. Logramos un acuerdo en el cual nos permitían el paso diario de 700 personas, pero en estos momentos estamos experimentando días en los cuales solo nos han recibido 80 personas», señaló Espinosa el martes, quien agregó que el domingo no hay posibilidad de paso.
Eso implica que las autoridades colombianas se vieron «obligadas» a restringir esta operación de retorno, porque puede «desbordar» la situación de Norte de Santander, de Villa del Rosario y de Cúcuta.
El martes, la gobernación de Norte de Santander -departamento donde está ubicado este punto limítrofe- señaló que se han estudiado «las medidas de protocolos para garantizar los temas sanitarios y las propuestas para continuar coordinando de manera articulada la aglomeración de migrantes en zona de frontera y su respectivo cruce hacia su país de origen».
Con información de VOA
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