Materializar el rechazo, por Naky Soto
Muchos gobiernos ratificaron este lunes su rechazo al proceso con el que, aún con la alta abstención y el más alto rechazo a su gestión, Nicolás se “reeligió”. El Grupo de Lima acordó reducir el nivel de sus relaciones diplomáticas con Venezuela, por lo que llamaron a consultas a los embajadores -que quedaban- en Caracas, así como intercambiar lineamientos para atender el tema migratorio y considerar contribuciones financieras para organismos que ayudan en los países fronterizos a atender la huida masiva de venezolanos. Australia instó al diálogo, para absoluta satisfacción del infame José Luis Rodríguez Zapatero; mientras ejemplos notables de democracias sólidas como Rusia, China, Irán, Cuba y Bolivia llamaron a reconocer los resultados. El vocero del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, explicó la preocupación de António Guterres por la situación en Venezuela y sobre la no-elección expresó que Guterres tomó nota de los resultados. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, pidió sanciones más fuertes, enfatizando que: “el sistema político, sus autoridades y su Presidente son un fraude». Aunque varias naciones amenazaron con sanciones, solo Estados Unidos las concretó.
Limitando la venta
El presidente Donald Trump firmó una orden limitando la capacidad del Gobierno venezolano de liquidar activos públicos, incluyendo deuda pública y bonos de Pdvsa, en un intento por restringir aún más la capacidad de financiación “a expensas del pueblo venezolano”, prohibiendo a ciudadanos y empresas estadounidenses la compra de cualquier tipo de deuda del gobierno venezolano, financieras o cuentas por cobrar. También prohibió la venta, transferencia, asignación o adjudicación de cualquier participación accionaria en entidades en las que el gobierno de Venezuela tenga 50 % o más de participación. El economista Asdrúbal Oliveros advirtió: «Las sanciones obviamente tienen una valoración moral por haber traspasado ciertos límites, como haber realizado elecciones fraudulentas (…) Este universo de sanciones económicas complica el flujo de caja del gobierno y dado que el Estado es el principal importador de la economía, terminarán afectando también a todos los ciudadanos con inflación y escasez».
Al día siguiente
Mientras María Corina Machado afirmaba que “la vía electoral se cerró” y que la única ruta es la desobediencia total; el presidente de la Asamblea Nacional, Omar Barboza, llamó a reconstruir la unidad opositora para enfrentar a Nicolás: «Todos los venezolanos tenemos el deber de colaborar con la construcción de las vías necesarias para lograr el cambio que necesitamos con urgencia. Y esa tarea es la reconstrucción de la Unidad Nacional de todos los que queremos un cambio, sin exclusiones de nadie». Barboza añadió que el Frente Amplio y la Unidad continuarán trabajando para establecer las condiciones necesarias para que se realicen elecciones libres. El sábado 2 de junio anunciarán sus próximas acciones. Con tuits, Henri Falcón sentenció que el tiempo le dará la razón a quienes votaron y que su lucha no termina si no que se transforma “consolidando una alternativa verdadera y objetiva frente a los grandes problemas del país”. Javier Bertucci aceptó las cifras anunciadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y aseguró que está dispuesto a participar en un proceso de diálogo con Nicolás “siempre y cuando se abra el canal humanitario”. Para no perder nada del guión oficial, añadió que las elecciones pudieron ganarse de haber existido unidad en la oposición.
Sin euforia
El jefe de campaña del Psuv, Jorge Rodríguez, adelantó las cifras que más tarde anunciaría la rectora del CNE, Sandra Oblitas: con el 98,7 % de las actas transmitidas, la participación alcanzó a 9.261.839 votantes (45.99 % del padrón electoral), otorgándole 6.190.612 de votos a Nicolás, 1.917.036 a Falcón, 988.761 a Bertucci y 36.246 a Reinaldo Quijada. Rodríguez se regodeó en la amplitud de la ventaja de Nicolás; aseguró que las denuncias sobre los puntos rojos y los votos asistidos fueron solventadas y ratificó que a Nicolás no le importa el rechazo internacional. Su hermana, Delcy Rodríguez, no se refirió a los pocos votos que levantó el movimiento que dirige (Somos Venezuela), a pesar de todos los fondos que gastaron en su promoción, pero sí le pidió a las naciones que han rechazado las elecciones y su resultado que “dejen la pataleta contra Venezuela”, afirmando que “la CIA fracasó en Venezuela porque no pudo intervenir”. A pesar de eso, le alcanzó el bótox para añadir que están dispuestos al diálogo. Que calificara la participación como masiva, fue otro exceso. Conste en acta: contrario a otras “victorias”, los canales del Estado no transmitieron nada que tradujera satisfacción, alegría o euforia. Nada.
Breves y graves
– Se cumplen tres meses del otorgamiento de las medidas cautelares de la CIDH para los niños y niñas del servicio de nefrología del Hospital J.M. de Los Ríos, sin que el Estado haya hecho lo necesario para su cumplimiento, mientras las condiciones de la infraestructura se han agravado y más niños han muerto por su negligencia.
– Funcionarios del Sebin en El Helicoide prohibieron la entrada a los abogados de los presos políticos. Las 18 presas políticas que iniciaron el sábado una huelga de hambre y por ello, fueron aisladas, mantienen su causa. Hubo un importante movimiento en redes solicitando la liberación de quienes permanecen arrestados aún con boletas de excarcelación.
– Mientras la OPEP advertía su preocupación por el descenso de nuestra producción petrolera, el Gobierno prorrogó la vigencia del billete de Bs. 100 hasta la entrada en circulación del nuevo cono monetario.
– Hubo protestas modestas en rechazo a la “reelección” de Nicolás en Caracas, Bolívar, Aragua, Monagas, Yaracuy, Lara y Mérida. Algunas fueron reprimidas por la Guardia Nacional, a pesar de su baja convocatoria.
– Según The Spectator Index, Venezuela lidera la lista de las naciones con más muertes por armas de fuego, con una tasa de 59 por cada 100.000 habitantes, superando con mucho al segundo lugar que ocupa Brasil.
…
Si una parte de la oposición tiene el propósito de reunificar, la convocatoria a una reunión que concrete esa posibilidad debió estar entre los mensajes clave. De igual modo, la intención de procurar elecciones justas pasa por describir lo que es necesario para lograrlas y todos los escollos que entrevera esa misión frente a un Gobierno autoritario. La estrategia que tantos esperaban conocer, no se explicó. Hubo más empeño por demostrar quién tuvo la razón, por endosar culpas -sin reconocer errores propios-, sin incorporar todos los hilos de la madeja que compuso la enorme abstención. Nuestro tejido social -y político- está tan lastimado, que pareciera más rentable seguir cortando que trenzar desde otras perspectivas.